Jes¨²s Romero, le echa variedad

La mon¨®tona grisura con que se desarrollan la mayor¨ªa de los festejos en estos tiempos posmodernos se vio alterada ayer, para bien, gracias a la variedad que con percal y pa?osa albore¨® Jes¨²s Romero. Fueron ambros¨ªas que degustaron con ganas los escasos aficionados presentes y el p¨²blico en general. En la ¨¦poca del toreo en serie, cual hamburguesas, se agradece eternamente el rico men¨² variado del toreo eterno, de la cocina tradicional.Los clarineros de la banda tocaron floreada al alcala¨ªno cuando iba a salir el novillete que abri¨® plaza, just¨ªsimo de trap¨ªo, como los tres primeros. Fue un anticipo del floreo capotil que alumbr¨® Romero de inmediato: finas ver¨®nicas ganando terreno y rematadas con media belmontina de rancio sabor y otra serie cerrada con la socorrida serpentina. Tras el monopuyazo, nuevamente se luci¨® Romero en un ajustad¨ªsimo quite por chicuelinas culminado con un airoso farol.

Con la fl¨¢mula cascabele¨® su arte a base de los habituales redondos, naturales y pases de pecho, que tarace¨®, inspirad¨ªsimo de nuevo, con faroles, am¨¦n de trincherillas, pases de la firma, del desprecio, kikirik¨ªes y hasta un molinete con la izquierda, muy sevillano. El ¨²nico borr¨®n fue el fe¨ªsimo espadazo en la zah¨²rda entre pinchazo y descabello.

En el cuarto, un galafate para lo que se exige en un coso de tercera, como los dos que le siguieron, se transmut¨® y, pese a un nuevo toque floreado, Romero recorri¨® los asendereados caminos de la vulgaridad. Pese a ello, recibi¨® un ¨®bolo presidencial en forma de oreja. No ser¨ªa el ¨²nico regalo de la tarde.

Faena ligada

Manolo S¨¢nchez, que se presentaba y desped¨ªa como novillero en el centenario coso de Alcal¨¢, realiz¨® al segundo una faena por esos senderos trillados del redondo y el natural, con el m¨¦rito a?adido de que la lig¨® en un palmo. Como hizo en el colorao, ojalado y bocirrubio quinto, que lleg¨® entero al ¨²ltimo tercio y hab¨ªa que someterlo antes de intentar el lucimiento. S¨¢nchez lo someti¨® y se luci¨® posteriormente.El jovenc¨ªsimo Regino Ort¨¦s acus¨® su falta de festejos con picadores, pero demostr¨® agallas, entrega y rabia novilleril. Con eso, una excelsa serie de naturales al manso sexto, el apoyo de sus paisanos y la facilidad pa?uelera presidencial le bast¨® para acompa?ar a sus compa?eros en la salida por la puerta grande.