Antonio Mir¨® presenta su imagen del hombre y la mujer actual

La pasarela del Gaud¨ª vivi¨® en la noche del martes uno de sus momentos ¨¢lgidos. Antonio Mir¨® present¨® sus dise?os para hombre y mujer en un escenario compartido por los mejores instrumentistas, reunidos para la ocasi¨®n en una banda. La jornada de desfiles concluy¨® mostrando las tendencias para ba?o.

Desde el principio, el favor del p¨²blico parec¨ªa conquistado, mientras la escena se iba poblando progresivamente de hombres vestidos por Antonio Mir¨®, abrazando un instrumento musical de cuerda o viento que se perd¨ªa en evoluciones r¨ªtmicas. Los temas funcionaban y el sonido era total. No en vano, el p¨²blico ten¨ªa ante s¨ª a una selecci¨®n de 15 instrumentistas de ¨¦lite interpretando las composiciones bailables de funky y rythm and blues de Agust¨ª Fern¨¢ndez, pianista y director de la banda.Y es que en pasarela Mir¨® se lo monta como nadie cuando se trata de subir de golpe la temperatura de la concurrencia. Tambi¨¦n pas¨® algo parecido cuando ense?¨® su colecci¨®n masculina, que logr¨® apagar la sed generalizada de hallar una moda hecha, formal y conceptualmente, a imagen y semejanza de esta ¨¦poca.

Con una clientela incondicional, Mir¨® sigue fiel a ese estilo especial de formas bien construidas que parecen desestructuradas, de tonalidades provistas a la vez de suavidad, fuerza y morbo. Pero el secreto de su ¨¦xito est¨¢ en que no se conforma con eso. Ahora la novedad consiste en reconducir el bajo del pantal¨®n hacia una mayor amplitud, en resucitar por aqu¨ª el cuello Mao, por all¨¢ un traje de cuadritos de cocina o en eliminar solapas y botones de una americana.

Pero si el hombre de Mir¨® camina con solvencia en un mundo de elegancia peculiar, la mujer que le acompa?a se muestra inestable. Los enormes bombachos largos, los h¨ªbridos mitad pantal¨®n mitad falda, parecen s¨®lo veros¨ªmiles para una minor¨ªa.