Menos mal

Menos mal que la juez Pilar Llorente, la del caso Ollero, ha debido de ver muchas pel¨ªculas de mafiosos. No conozco de nada a esta magistrada ni a sus eficaces polic¨ªas judiciales, pero han de ser por fuerza todos ellos unos buenos amantes del g¨¦nero de gangsters, porque, si no, ?c¨®mo han sabido ser tan maravillosamente precavidos?Cuando desaparecieron los billetes de los 22 millones de pesetas incautados, aun estando bajo precinto judicial, la dimensi¨®n e impunidad de la supuesta cochinada me dej¨® sin resuello; y si digo supuesta es porque encima luego los supuestos cochinos van y te ponen una querella. Le¨ª lo del cambiazo y me sent¨ª tan desolada e impotente que renegu¨¦ siete veces de la espa?olidad y pens¨¦ en hacerme ciudadana de P¨¦njamo. Menos mal que los polic¨ªas judiciales hab¨ªan anotado la numeraci¨®n y serie de los billetes esfumados, y as¨ª se ha podido demostrar lo que se sospechaba: que los 22 millones ven¨ªan de las manitas mismas de la constructora Ocisa. Amo a todos esos polic¨ªas y a esa, juez como se ama a los buenos de las pel¨ªculas que arrojan un rayo de luz entre las tinieblas.

Ahora la juez Llorente, en otro rasgo de previsi¨®n genial, ha prohibido a sus polic¨ªas que informen a sus jefes para evitar las filtraciones. Aterradora visi¨®n de un mundo siniestro, la que esta medida nos ofrece. Tendr¨¢ raz¨®n la juez en su cautela, como parece haberla tenido hasta ahora; me la imagino all¨¢ abajo, en la Sevilla profunda, enderezando entuertos talmente como Serpico, el polic¨ªa del filme de Sidney Lumet que luchaba contra la corrupci¨®n. Solo que esta pel¨ªcula es de verdad, y estamos todos; y si no le ponemos coto a todo esto, acabaremos haciendo El Padrino en sus cuatro entregas, como ocurre en Italia. Menos mal que a¨²n quedan jueces que se han visto antes las pel¨ªculas.