Los f¨ªsicos

Nueve f¨ªsicos, reunidos en El Escorial para hablar del origen del universo en una jerga incomprensible, han conseguido llenos diarios y una cobertura informativa notable. Parece asombroso, pero hay que tener en cuenta que estuvieron todo el rato d¨¢ndole vueltas a una cosa que llamaban la materia oscura. Yo me entero de que en un sitio dan una conferencia con ese t¨ªtulo y pago lo que sea por entrar, aunque me garanticen que no voy a comprender nada. Por las mismas razones le¨ª a ciegas el libro de Stephen Hawking sobre los agujeros negros, por eso, porque trataba de agujeros negros, y en cualquier sitio donde se hable de materia negra o agujeros oscuros se est¨¢ hablando de m¨ª.La gente acude a o¨ªr a estos f¨ªsicos porque, aunque parece que hablan del universo, en realidad se dedican a levantar la biograf¨ªa de quien les escucha. Por lo poco que he podido entender, esta materia oscura es el tejido del que est¨¢ hecho el 90% del cosmos y, sin embargo, es indetectable, ciega, lo mismo que el deseo o la culpa, que siendo capaces de llenar un cuerpo, de saturar una identidad, resultan invisibles.

El secreto de estos f¨ªsicos tan seductores es que no consiguen decir una palabra que no nos concierna a, todos, seamos ingenieros, escritores administrativos, militares o m¨¦dicos. Por ejemplo, cuando George Smoot, uno de los nueve magn¨ªficos, habla del proyecto Explorador del Fondo C¨®smico (COBE) parece que se est¨¢ refiriendo a nuestro subconsciente, pues ¨¦ste nos devuelve la misma luz ciega que a ¨¦l el fondo c¨®smico. Hace a?os, al leer que otro f¨ªsico, Hesenberg, titulaba una de sus teor¨ªas con el nombre de El principio de incertidumbre, intu¨ª que hab¨ªa m¨¢s pensamiento literario en el ¨ªndice de un libro de f¨ªsica que en toda la teor¨ªa literaria que daban en la Facultad de Letras.

Llevaba raz¨®n.