Educaci¨®n productiva
EL NUEVO curso escolar presenta como novedad m¨¢s ?mportante la entrada en vigor del ciclo inicial (los dos primeros cursos) de la educaci¨®n primaria de la nueva estructura del sistema educativo establecida en la LOGSE. Los efectos reales de las reformas educativas necesitan a?os antes de que sus frutos sean visibles. Es pronto, por tanto, para juicios y balances; pero quiz¨¢ no lo sea para llamar la atenci¨®n sobre el riesgo de que una insuficiente financiaci¨®n pueda tener efectos m¨¢s que proporcionales en los resultados. Pues no es la primera ocasi¨®n en que una reforma planteada en tiempos de euforia econ¨®mica tiene que ser aplicada en ¨¦poca de penuria. As¨ª ocurri¨® con la precedente gran reforma del sistema educativo espa?ol, la de la Ley General de Educaci¨®n de 1970, la llamada reforma Villar Palas¨ª, fraguada al calor del desarrollismo de los a?os sesenta, pero cuya aplicaci¨®n coincidi¨® fundamentalmente con el momento en que llegaron a Espa?a los efectos de la crisis de los setenta. Ello contribuy¨® a que se frustraran muchas de las esperanzas puestas en ella.
?Espera a la LOGSE el mismo destino? No deber¨ªa ser as¨ª. La historia de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas nos ense?a el grave error que supone ver en los fondos destinados a mejorar la educaci¨®n un gasto asistencial m¨¢s, y no una inversi¨®n productiva, con efectos directos no s¨®lo en t¨¦rminos de cohesi¨®n social, sino de desarrollo econ¨®mico. Quienes a veces ofrecen recetas r¨¢pidas para acabar con el desequilibrio presupuestario m¨¢s o menos inspiradas en la experiencia thatcherista o reaganiana de los ochenta no deber¨ªan ocultar a sus seguidores los efectos de esas pol¨ªticas que han acabado manifest¨¢ndose en los noventa: junto a las crisis del sistema educativo, p¨¦rdida de competitividad de algunos sectores productivos. Por no hablar de lo que significa la marginaci¨®n de buena parte de la juventud en la periferia de las grandes ciudades. Soci¨®logos y economistas. tienden hoy a estar de acuerdo en considerar que la investigaci¨®n y la educaci¨®n deber¨ªan ser cap¨ªtulos intocables cuando aprieta la crisis. M¨¢s a¨²n: llegan a postular que sean precisamente ¨¦sos dos de los frentes preferentes en tal circunstancia. Que as¨ª sea ahora.
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