Ni la momia de Lenin se salva
El laboratorio que la conserva quiere vender su f¨®rmula de embalsamar
Nada ni nadie se sustrae en Rusia al tr¨¢nsito hacia la econom¨ªa de mercado. Ni siquiera el cuerpo incorrupto de Lenin, s¨ªmbolo m¨¢ximo del poder sovi¨¦tico. El laboratorio que se cuida de su mantenimiento tambi¨¦n ha sufrido recortes presupuestarios y, en su b¨²squeda de dinero para mantenerse, ha puesto las t¨¦cnicas de embalsamamiento, tan secretamente desarrolladas durante d¨¦cadas, al alcance de todo aquel que tenga dinero para pagarlas.
"Por nuestra parte, no hay problema alguno para su comercializaci¨®n", asegura Yuri Den¨ªsov-Nikoski, vicedirector del ahora denominado Centro de Investigaci¨®n Cient¨ªfica de Estructuras Biol¨®gicas.El doctor Den¨ªsov-Nikolski, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias M¨¦dicas, explica que su laboratorio ha aplicado sobre el cuerpo de Lenin "un m¨¦todo cient¨ªficamente fundamentado" que permite conservar al embalsamado "por un periodo indefinido de tiempo" en un lugar -el mausoleo de la plaza Roja- en que puede ser visitado diariamente por el p¨²blico. Adem¨¢s, agrega, mantiene los rasgos que tuvo en vida. Y subraya las diferencias con las momias egipcias: "Nadie pudo acceder a ellas despu¨¦s del embalsamamiento y no se puede determinar el aspecto que ten¨ªan en vida".
El laboratorio como tal ha dejado de ser secreto tras la ca¨ªda del r¨¦gimen comunista, pero los m¨¦todos que utiliza siguen siendo guardados celosamente. "Las particularidades de la metodolog¨ªa que utilizamos son un secreto comercial protegido por patentes", precisa el vicedirector del centro. La ¨²nica precisi¨®n que est¨¢ dispuesto a hacer Den¨ªsov-Nikolski es que se utilizan soluciones de sustancias "que permiten detener los procesos que destruyen los tejidos tras la muerte".
Con los ojos cerrados para concentrarse mejor, el doctor prosigue: "Nuestro m¨¦todo permite conservar los vol¨²menes y relieves de todas las partes del cuerpo e incluso de los ¨®rganos interiores, as¨ª como el color de la piel y los cabellos. Adem¨¢s, hemos creado las condiciones adecuadas en el aire del mausoleo para que las visitas de la gente no afecten al embalsarnado".
Con todo, el cuerpo de Lenin requiere de constantes cuidados que se le aplican los lunes y los viernes, d¨ªas en que el p¨²blico no puede entrar en el mausoleo de la plaza Roja a contemplar, en fila india y sin detenerse, un cad¨¢ver vestido en el que quedan al descubierto el rostro extremadamente blanco, como de cera, del fundador del Estado sovi¨¦tico y las dos manos, la derecha ligeramente cerrada, como si saludara con el pu?o a los visitantes. Cada a?o y medio, adem¨¢s, ha de cerrarse el mausoleo por dos meses para tareas m¨¢s profundas de mantenimiento.
Para demostrar que Lenin no es un caso ¨²nico y que la metodolog¨ªa del laboratorio puede ser aplicada a cualquiera en cualquier latitud, Den¨ªsov-Nikolski recuerda que empleados del laboratorio conservan, desde 1969, el cuerpo de Ho Chi-min en Vietnam, y desde 1980 el de Agostinho Neto en Angola, o temporalmente, hasta que el Gobierno decidi¨® enterrarlo, al l¨ªder de la Guyana, Forbes Bumham.
A gusto del consumidor
Para la Comercializaci¨®n de la t¨¦cnica de embalsamamiento ofrecen dos variantes: con observaci¨®n permanente, como sucede en los tres casos reales en que se aplica, y con controles anuales. "Nuestro m¨¦todo es muy eficiente, pero tambi¨¦n muy caro, para asegurar las condiciones id¨®neas de mantenimiento", subraya el vicedirector del laboratorio. Pero se niega a precisar cantidades. Se limita a decir que cuando embalsamaron a Burnham alguien apunt¨® en Georgetown que aquel trabajo habr¨ªa costado un mill¨®n y medio de d¨®lares si hubiera sido hecho sobre una base comercial y no por convenio entre dos gobiernos amigos.Pero mantener a Lenin "cuesta muy barato", se apresura. a decir, consciente de que el gasto de conservaci¨®n del cuerpo del l¨ªder de la Revoluci¨®n de Octubre es uno de los argumentos que utilizan los que quieren acabar con el mausoleo de la plaza Roja y enterrar de una vez al dirigente bolchevique en San Petersburgo, junto a su madre, tal y como ¨¦l quer¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.