"Tenemos una responsabilidad cultural, la opini¨®n del concejal de Hacienda no es la opini¨®n oficial"
Enfrente del Cuartel del Conde Duque, donde tiene su despacho, en una cafeter¨ªa, transcurre una entrevista a la que el edil se resist¨ªa. Su jefa de prensa toma, nota, conecta su grabadora, y ante la sorpresa de la entrevistadora advierte que lo pactado es hablar de teatro. Ortiz tercia diciendo que contestar¨¢ a todo, pero se lanza sobre el tema."Es que el teatro est¨¢ en una situaci¨®n insostenible por la p¨¦rdida de asistencia y, adem¨¢s, la Administraci¨®n p¨²blica est¨¢ en pleno recorte presupuestario".
"En Madrid quedan 13 teatros privados y dos est¨¢n a punto de cerrar. En Par¨ªs hay 140". "Hay que potenciar la comunicaci¨®n entre la oferta y la demanda" "Las tres administraciones juntas estamos estudiando diversos proyectos, como el del abono teatral que permitiese comprar la entrada a trav¨¦s de un cajero autom¨¢tico y que evitase el precio-sombra de trasladarse a sacar las entradas. Otro proyecto es que el espectador pague 1.200 por una entrada y la Administraci¨®n ponga las 800 que restan hasta el precio real".
Pregunta. Su compa?ero de filas Fernando L¨®pez Amor, concejal de Hacienda, dijo hace poco que un Ayuntamiento deber¨ªa dedicarse casi en exclusiva a urbanismo y limpieza, y dejar de gestionar la cultura y los deportes. ?Qu¨¦ opina sobre ello?
Respuesta. Yo creo que los ayuntamientos tienen unas competencias culturales. Lo que habr¨ªa que ver es hasta d¨®nde tienen que llegar. Pero cuando uno tiene a su cargo una serie de festejos, momentos ¨¢lgidos culturales e infraestructuras, tiene una responsabilidad cultural. El c¨®mo es lo que hay que ver. En cualquier caso, es la opini¨®n de L¨®pez Amor sobre cultura; no es la opini¨®n oficial.
P. O sea que usted cree que las tres administraciones deben seguir gestionando la cultura.
R. S¨ª. De la misma manera que la Administraci¨®n central tiene autopistas, la regional su red de carreteras y la local su red viaria. Lo importante es gestionar la cultura de forma diferente a como se ha hecho hasta ahora. Por poner un s¨ªmil: las autopistas no deben estar reservadas a los autobuses p¨²blicos, sino para todo el mundo. Las grandes infraestructuras culturales las ha de poner la- Administraci¨®n, aunque despu¨¦s sea el capital privado el que las gestione. Madrid tiene, adem¨¢s, grandes carencias en infraestructuras de artes esc¨¦nicas. Hay que hacerlas y, despu¨¦s, que su gesti¨®n no dependa de los pol¨ªticos o de los que nombran los pol¨ªticos.
P. Eso es una utop¨ªa.
R. No lo es. En anglosajonia se establecen sistemas que lo permiten. Todas las grandes infraestructuras tienen comit¨¦s de direcci¨®n que est¨¢n muy por encima de que le toque a alguien en tal puesto pol¨ªtico.
P. Usted habl¨® una vez de intentar recuperar la movida. ?Ha conseguido algo al respecto?
R. Lo que estoy intentando es poner las bases. ?Qu¨¦ se puede conseguir con 370 millones de pesetas? [presupuesto anual de su concejal¨ªa para actividades culturales al margen de las festivas]. Pues muy poco en t¨¦rminos de movilizaci¨®n. Estamos devolviendo las infraestructuras a la iniciativa del ciudadano. Y estoy muy satisfecho de estos Veranos de la Villa, que con esta revolucionaria gesti¨®n han permitido devolver a la sociedad el protagonismo en la programaci¨®n. En los patios laterales se ha ofrecido una plataforma a gente que normalmente no consigue llenar un teatro y que aqu¨ª contaba con mil personas diarias. El hecho de que su cach¨¦ saliera del porcentaje de las consumiciones -la entrada era gratuita- creaba ese contacto de oferta-demanda.
P. ?Qu¨¦ ha sido para usted el Madrid 92, un caramelo o una: patata caliente?
R. No es un problema de la Concejal¨ªa de Cultura, sino del Consorcio, donde el Ayuntamiento est¨¢ en minor¨ªa.
P. En un a?o ha roto usted la. disciplina de voto, ha presentado la dimisi¨®n y se ha enfrentado al. edil de Personal por el contrato de la directora adjunta del teatro Espa?ol, la esposa del director.
R. Yo no romp¨ª la disciplina, de voto. Reserv¨¦ emitir mi voto ni siquiera fue una abstenci¨®n., Tampoco dimit¨ª. S¨®lo hubo una, carta al alcalde que s¨®lo conocemos tres personas.
P. ?No es usted la chinita en el zapato del alcalde?
R. He negado las tres cosas, as¨ª que es imposible que lo sea. En un momento dado mostr¨¦ mi preocupaci¨®n por c¨®mo se estaba gestionando Madrid 92 desde el Consorcio. Despu¨¦s, el Madrid 92 se est¨¢ desarrollando como se est¨¢ desarrollando.
P. ?C¨®mo lleg¨® usted al PP?
R. Me afili¨¦ en 1982, cuando volv¨ª de Oxford, y entonces el secretario general, Jorge Verstringe, me pidi¨® que me encargara de coordinar la pol¨ªtica urban¨ªstica del PP. Estuve trabajando en la calle de G¨¦nova hasta 1987.
[Hijo de diplom¨¢tico, Ortiz naci¨® en Manila y ha vivido en siete pa¨ªses distintos. Tras dejar de asesorar a los alcaldes populares sobre cuestiones urban¨ªsticas, pas¨® al Ayuntamiento de Madrid, donde ahora, adem¨¢s de ocuparse de la cultura, preside la junta del distrito de Salamanca].
P. ?Qu¨¦ opina de la pol¨ªtica de los pasos subterr¨¢neos?
R. Para circular por una ciudad se necesita espacio y ¨¦ste se crea de muchas maneras: poniendo un autob¨²s, que equivale a los 80 coches que ocupar¨ªan sus viajeros; poniendo un metro, un aparcamiento o un paso subterr¨¢neo. En un paso subterr¨¢neo el espacio que ganas es el recorrido equivalente al que los coches hacen en la ciudad al no estar parados ante un sem¨¢foro durante un minuto. O sea, que son 500 metros por, cada paso; no los 50 que mide.
P. La oposici¨®n cree que facilitar el transporte privado s¨®lo. sirve para que haya m¨¢s.
R. No, en absoluto. Son necesarios el autob¨²s y el paso.
P. ?Se siente usted c¨®modo teniendo como compa?ero de gobierno a ?ngel Matanzo?
R. El PP es tan amplio que todos cabemos dentro de ¨¦l.
P. ?Se llevan ustedes bien?
R. S¨ª, porque es una persona, con una enorme honestidad y ¨¦sa es una cualidad que yo exijo prioritariamente en un pol¨ªtico.
P. ?Qu¨¦ cree que es lo m¨¢s importante que ha conseguido el gobierno municipal del PP?
R. Fundamentalmente, un cambio de estilo. En lugar de imponer un gobierno al ciudadano, ha sido un mayor protagonismo del ciudadano en la actividad de la ciudad. El Ayuntamiento, as¨ª, adem¨¢s, reduce la carga que hay sobre el ciudadano.
P. ?sa es la pol¨ªtica de las privatizaciones.
R. ?sa no es la palabra. La idea es que para qu¨¦ va a hacer la Administraci¨®n p¨²blica con dinero del bolsillo de todos aquello que perfectamente se puede hacer con una iniciativa privada. La Administraci¨®n tiene que hacer aquello que es necesario y que no puede hacer la iniciativa privada, y al menor coste.
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