'Del¨ªrium tr¨¦mens'

Cuatro bandas del panorama m¨¢s radical y duro de la m¨²sica se dieron cita en la plaza de toros de Las Ventas. Un cambio de horario de ¨²ltima hora provoc¨® innecesarias tensiones a un p¨²blico mayoritariamente propenso a la excitaci¨®n, pero al final s¨®lo hubo empujones y prisas por entrar, quedando como rastro un reguero de botellas de los m¨¢s diversos or¨ªgenes.Los primeros en subir al escenario fueron el grupo Pantera, que se mostr¨® como un nuevo giro musical nacido de los m¨¢s claros instintos del heavy metal. Su solista, Diamond Darrell, utiliz¨® gestos y poses m¨¢s cercanos al rap radical que al motivo musical de su visita, y durante unos tres cuartos de hora calde¨® la plaza.

La inc¨®gnita era el porqu¨¦ de la actuaci¨®n de Gun, mucho m¨¢s mel¨®dicos y sosegados que sus compa?eros de cartel. Unos cuantos seguidores se dieron cita en las primeras filas, pero desde un poco m¨¢s atr¨¢s empezaron a volar botellas y objetos hacia el escenario, dej¨¢ndose ver la disconformidad del p¨²blico.

Cuando apareci¨® Megadeth, la gente se volc¨® en el ruedo. Es el heavy metal m¨¢s cuidado y virtuoso, con muchos dedos y velocidad, que es la base de este sonido. Dave Moustaine, su solista, hizo sus aplaudidos alardes en la guitarra mostrando su capacidad con una de dos m¨¢stiles.

Junto a Megadeth, Iron Maiden fueron los m¨¢s esperados y congruentes con el fin del festival, Estos ¨²ltimos, verdaderos monstruos del heavy por su veteran¨ªa y aceptaci¨®n, pusieron la guinda final.

El escenario, hasta el momento sin ninguna parafernalia oscurantista a la que tiene gran tendencia este tipo de bandas, mostr¨® diferentes juegos de luces y la mascota monstruosa del grupo. Menos enrevesados que sus predecesores, Iron Maiden hicieron las delicias del p¨²blico. La noche termin¨® como hubiera sido predecible: una m¨²sica que encauza las energ¨ªas hacia el l¨ªmite, hacia la locura y el delirio. Tremens.