Italia respira pese a que el futuro europeo no est¨¦ despejado
"He respirado con alivio", dijo ayer en directo por televisi¨®n el primer ministro italiano, Giuliano Amato, minutos despu¨¦s de conocer el triunfo del s¨ª en Francia por escaso margen. "Tambi¨¦n soy consciente de que tenemos delante muchos escollos, pero si los franceses hubieran dicho hoy que no, se habr¨ªan perdido 40 a?os de trabajo" a?adi¨®.
Voces autorizadas, como la de Romano Prodi, ex presidente del Instituto para la Riconstruzione Industriale y uno de los economistas italianos m¨¢s prestigiosos, vaticinaron que, incluso si ganaba el s¨ª, ser¨ªa inevitable abrir un per¨ªodo de reflexi¨®n sobre el proyecto europeo y de arreglo de cuentas a la determinaci¨®n de Alemania de no ceder un ¨¢pice de una pol¨ªtica econ¨®mica que s¨®lo conviene a sus intereses. En ese contexto, se insertaban las dudas que a ¨²ltima hora formulaba Italia sobre la inmediata reincorporaci¨®n de la lira al Sistema Monetario Europeo (SME).
Pero el alivio de Amato era comprensible, ya que del ¨¦xito del refer¨¦ndum franc¨¦s depend¨ªa en buena medida que se mantuviera en Italia el impulso hacia la disciplina financiera y, en general, hacia la europeizaci¨®n del sistema pol¨ªtico que pretende representar su Gobierno, a trav¨¦s de un plan de austeridad que encuentra fuerte resistencia en el Parlamento y en la calle.
Amato reconoci¨® que es preciso desarrollar m¨¢s los aspectos sociales, pol¨ªticos y de defensa de la unidad europea, aunque afirm¨® que "Maastricht no es s¨®lo un acuerdo monetario".
Un no de Francia a los tratados de Maastricht, se?al¨® el primer ministro italiano, "hubiera representado da?os irreperables para esos mismos ciudadanos europeos preocupados por el crecimiento de Alemania y que temen perder su soberan¨ªa".
Manos ocultas
Mientras el resentimiento antialem¨¢n se afirmaba como la reacci¨®n m¨¢s general en Italia frente a la crisis europea vivida la ¨²ltima semana, el l¨ªder socialista, Bettino Craxi, habl¨® estos d¨ªas de una maniobra especulativa concertada por grandes poderes ocultos en contra del SME y de Europa. Craxi, quien lleg¨® a invitar al Gobierno a que dijera 1o que supiera" sobre este asunto, no quiso responder a la pregunta de si, tras esa maniobra, ve¨ªa la mano de Jap¨®n o EE UU.
Las alusiones de Craxi han tenido la curiosa consecuencia marginal de provocar un debate entre el Opus De? y la masoner¨ªa italiana. Giuseppe Corigliano, potavoz del Opus Dei, ha puntualizado, en efecto, que "los miembros de la Obra son completamente aut¨®nomos y libres en su actividad profesional, por lo que resulta imposible su coodinaci¨®n en cualquier plan, expl¨ªcito o subterr¨¢neo". Estas palabras daban respuesta a la afirmaci¨®n del Gran Oriente de Italia, Giuliano de Bernardo, quien asegur¨® que los poderes ocultos a que alud¨ªa Craxi eran el Opus Dei y el Vaticano.
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