Giscard gan¨® en la 'ruleta rusa' de Maastricht

Si un pol¨ªtico franc¨¦s est¨¢ en situaci¨®n de capitalizar la corta victoria del s¨ª y la fortaleza demostrada por el no, ¨¦se es el ex presidente Val¨¦ry Giscard d'Estaing. El l¨ªder centrista rechaz¨® todo triunfalismo la noche del domingo. Coloc¨¢ndose en una se?orial posici¨®n de reconciliador de las dos Francias, declar¨®: "Ahora hay que tener en cuenta, a escala nacional y europea, los sentimientos de los millones de franceses que han votado no.

El apurado triunfo del s¨ª debe mucho a Giscard. Partidario inquebrantable de la amistad entre Francia y Alemania y militante europe¨ªsta de toda la vida, Giscard hizo una campa?a convencida y convincente a favor del Tratado de Uni¨®n Europea. El socialista Max Gallo y los dem¨¢s partidarios de izquierda del no repet¨ªan que la Europa de Maastricht es "la Europa liberal de Giscard". Y el aludido no ocultaba su contento por esa identificaci¨®n. "Maastricht", confirmaba, "es la Europa de centro-derecha".Giscard, de 66 a?os, ha recorrido Francia defendiendo el s¨ª, y eso pese a que criticaba con dureza la decisi¨®n de Fran?ois Mitterrand de convocar el refer¨¦ndum. Someter al voto popular la ratificaci¨®n de Maastricht le parec¨ªa algo muy peligroso, sobre todo dada la impopularidad del personaje que convocaba la consulta. "Nos hemos jugado el destino de Europa a la ruleta rusa", dijo el domingo.

Una vez expresado su alivio por haber logrado evitar lo peor, el ex presidente se coloc¨® en su tradicional posici¨®n centrista. Dirigi¨® un mensaje de comprensi¨®n a los franceses que hab¨ªan votado no y les prometi¨® que sus inquietudes ser¨¢n tomadas en cuenta por el Gobierno de centro-derecha que, con toda probabilidad, suceder¨¢ a los socialistas tras las legislativas de marzo. "En caso de victoria de la oposici¨®n", dijo, "propondr¨¦ una negociaci¨®n europea sobre la definici¨®n de competencias a nivel comunitario, nacional y local, a fin de proteger el principio de subsidiaridad".

Los an¨¢lisis del resultado del refer¨¦ndum revelaban ayer que Giscard consegui¨® que la mayor¨ªa de los electores tradicionales de su partido, la centrista Uni¨®n para la Democracia Francesa, votaran a favor de Maastricht. Giscard hab¨ªa repetido con insistencia que los franceses deb¨ªan votar s¨ª a Europa "para votar no a los socialistas en marzo".

Un estudio del instituto BVA afirmaba que, para el 30% de los franceses que votaron s¨ª, Mitterrand fue el mejor abogado de Maastricht. Le segu¨ªa Giscard, colocado en esa posici¨®n por un 24% de los votantes favorables al tratado. Mucho m¨¢s lejos quedaban Jacques Delors, Pierre B¨¦r¨¦govoy y Jacques Chirac. Seg¨²n ese mismo estudio, los adalides m¨¢s convincentes del no fueron, por este orden, el gaullista Charles Pasqua, su correligionario Philippe S¨¦guin, el fascista Jean-Marie Le Pen, el populista Philippe de Villiers y el socialista Jean-Pierre Chev¨¦nement.

En el campo europe¨ªsta vencedor el domingo, Giscard tiene una gran ventaja frente a Mitterrand. Los votantes del no son irreductibles enemigos del presidente socialista, pero no pocos de ellos simpatizan con Giscard cuando ¨¦ste, como figura de la oposici¨®n, denuncia el incremento del paro y la corrupci¨®n pol¨ªtica que han caracterizado el reinado mitterrandiano. Por otra parte, el refer¨¦ndum ha permitido a Giscard sacar unos cuantos largos de ventaja en la batalla por el liderazgo de la oposici¨®n de centro y de derecha que le opone al gaullista Jacques Chirac.

Rehacer el RPR

El 58% de los electores de la gaullista Asamblea para la Rep¨²blica (RPR) no escucharon los llamamientos de Chirac a votar s¨ª y siguieron a Pasqua y a S¨¦guin. Ahora Chirac tiene que rehacer la unidad del RPR. S¨®lo si lo consigue podr¨¢ enfrentarse a Giscard. Ambos hombres prometieron hace tiempo que el liderazgo en el seno de la oposici¨®n ser¨¢ decidido por unas primarias a la norteamericana.

Tras una profunda depresi¨®n causada por su derrota frente a Mitterrand en la elecci¨®n presidencial de 1981, Giscard decidi¨® volver a la arena pol¨ªtica, y no como un sabio, sino como candidato a las m¨¢s altas magistraturas del Estado. Giscard aspira a suceder a Mitterrand, pero entretanto desea imprimir su marca a un futuro Gobierno de centro-derecha. Mitterrand ha sugerido que, en caso de tener que cohabitar de nuevo con la oposici¨®n, desea que Giscard asuma el puesto de primer ministro. Y ¨¦ste no ha desde?ado esa posibilidad. Mitterrand y Giscard rigiendo como copr¨ªncipes los destinos de Francia ser¨ªa un apasionante espect¨¢culo.