Major dice que Maastricht sigue vivo y augura su ratificaci¨®n por los Doce
El primer ministro brit¨¢nico, John Major, dijo ayer que "se equivocan quienes piensan que el Tratado de Maastricht est¨¢ muerto", y asegur¨® que finalmente ser¨ªa aprobado por los 12 pa¨ªses miembros de la Comunidad Europea. Major volvi¨® a condicionar el retorno de la libra al Sistema Monetario Europeo a una "profunda reforma" de dicho mecanismo, y agreg¨® que en cualquier caso tal retorno est¨¢ lejano. Major soport¨® un ¨¢spero debate parlamentario en el que no s¨®lo fue criticado por la oposici¨®n, sino por sus propios diputados euroesc¨¦pticos, pero recibi¨® al fin un voto de confianza.
La primera cosa aclarada en la C¨¢mara de los Comunes, convocada en sesi¨®n extraordinaria tras la devaluaci¨®n de la libra, fue que John Major no se ha convertido de la noche a la ma?ana en un euroesc¨¦ptico, como pod¨ªan dar a entender algunas de sus m¨¢s recientes declaraciones. Pero tiene que maniobrar en la ambig¨¹edad para no avivar la rebeli¨®n anticomunitaria en el partido conservador. Los inspiradores de la rebeli¨®n prefirieron reservarse ayer y no mostrar sus fuerzas a la hora de votar: la pol¨ªtica econ¨®mica y europea del Gobierno' fue respaldada por 322 de los 336 esca?os tories. La oposici¨®n sum¨® 296 votos. Major reiter¨® su compromiso con Maastricht y pronostic¨®, sin fijar plazos, que el tratado ser¨ªa aprobado por los 12 pa¨ªses miembros de la CE. En ning¨²n momento habl¨® de que el texto tuviera que ser renegociado o modificado sustancialmente, aunque consider¨® imposible que la uni¨®n monetaria pudiera conseguirse en los plazos previstos.S¨ª, proclam¨®, dirigi¨¦ndose a sus propias filas, que deb¨ªan combatirse las tendencias centralistas en la Comunidad, y que las naciones-Estado deb¨ªan predominar sobre. burocracias supranacionales como la Comisi¨®n Europea. "British first!" (lo brit¨¢nico, primero), exclam¨®, haciendo suyo el lema de los euroesc¨¦pticos.
El canciller del Exchequer, Norman Lamont, defendi¨® fogosamente su propia actuaci¨®n durante la crisis monetaria y atribuy¨® la culpa de la devaluaci¨®n, como de costumbre, al Bundesbank. Respecto a la pol¨ªtica econ¨®mica a partir de ahora, Lamont demostr¨® estar, como su primer ministro, a¨²n conmocionado por la traum¨¢tica salida del Sistema Monetario Europeo (SME) y sin ideas claras sobre el futuro. El ex primer ministro Edward Heath, el miembro m¨¢s veterano de la C¨¢mara y adalid de los conservadores procomunitarios, se felicit¨® de que Major mantuviera una posici¨®n "positiva para el Reino Unido y positiva para Europa".
Nuevo l¨ªder laborista
La segunda cosa meridianamente clara tras el debate de ayer, es que Major tendr¨¢ durante esta legislatura un rival parlamentario mucho m¨¢s preparado y certero que Neil Kinnock. El nuevo l¨ªder laborista, John Smith, consigui¨® que toda la C¨¢mara -conservadores incluidos- se carcajeara con su despiadada narraci¨®n sobre las desventuras monetarias del Gabinete. Smith respald¨¦, sin embargo, el compromiso de Major con la Comunidad, y exigi¨® que ¨¦ste fuera m¨¢s concreto. El l¨ªder laborista ha conseguido acallar las disensiones antieuropeas en su partido hasta la semana pr¨®xima, en que la conferencia anual del laborismo establecer¨¢ la l¨ªnea oficial sobre Maastricht.
En tercer lugar, el debate demostr¨® que no se producir¨¢ un aut¨¦ntico mot¨ªn antieuropeo en el partido conservador si no aparece una figura alternativa a Major. Y, de momento, no se vislumbra esa figura. La votaci¨®n puso de manifiesto que la inmensa mayor¨ªa de los diputados tories prefer¨ªa cerrar filas en tomo a su Gobierno que dar ventajas a la oposici¨®n.
Los viejos militantes conservadores suelen comparar al partido con un burro: s¨®lo necesita instrucciones sencillas y rotundas y un cuidado m¨ªnimo. Cuando se le dan ¨®rdenes precisas (como las daba Margaret, Thatcher), el partido es una m¨¢quina disciplinada capaz de votar blanco o negro, seg¨²n se le diga. Cuando se le dan ¨®rdenes contradictorias (como ocurri¨® respecto a Europa en los ¨²ltimos d¨ªas de la dama de hierro, y podr¨ªa ocurrir desde ahora), el partido enloquece.
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