Una inquietud sin limites
Nacido en la isla canaria de Lanzarote el a?o 1920, C¨¦sar Manrique era m¨¢s que un destacado artista pl¨¢stico entre los surgidos en nuestro pa¨ªs tras la guerra civil. Es verdad que se dio a conocer primero como pintor y escultor, alcanzando un notable prestigio como un brillante seguidor del informalismo mat¨¦rico espa?ol de los a?os cincuenta, pero, junto a estas cualidades, demostr¨® tambi¨¦n pronto poseer inquietudes no limitadas al espacio del marco de un cuadro. Por de pronto, C¨¦sar Manrique era un promotor y organizador nato, y, en este sentido, remont¨¢ndonos a sus primeros pasos profesionales como artista, fue uno de los fundadores de la Galer¨ªa Fernando Fe, que tan relevante papel promocional desempe?¨® en determinado momento de la historia del arte contempor¨¢neo espa?ol.En Madrid hab¨ªa cursado los estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y, de acuerdo con su esp¨ªritu curioso y vivaz, viaj¨® despu¨¦s por todo el mundo, recalando durante cuatro a?os en Nueva York a partir de 1966. Esta estancia fue muy importante para Manrique por muchos motivos, pero en especial porque fue all¨ª donde se suscitaron sus primeras preocupaciones acerca de la integraci¨®n entre arte y naturaleza, mucho antes de que se pusiera de moda el ecologismo.
Su gran obra
De regreso a Espa?a, C¨¦sar Manrique se entreg¨® a la que ser¨ªa la gran obra de su vida, su obra de arte total: a Lanzarote, su isla natal. Comenz¨® predicando con el ejemplo: con su propia casa y jard¨ªn" que fue creciendo como un modelo, a partir del cual, fue comparativamente m¨¢s f¨¢cil demostrar c¨®mo era posible atender las exigencias de un turismo civilizado sin arrasar la belleza, el car¨¢cter y hasta la higiene locales. Eso no quiere decir que C¨¦sar Manrique no tuviera que seguir luchando ardorosamente hasta el final para evitar que se esfumaran esas conquistas iniciales que convirtieron a Lanzarote en un caso ¨²nico en el mundo, pero dichos esfuerzos, que llev¨® a cabo con convicci¨®n y una enorme capacidad persuasiva, fueron los que le hicieron acreedor a los m¨¢s diversos y relevantes prem¨ªos internacionales.
Fij¨¢ndonos exclusivamente en su obra pict¨®rica, cabe rese?ar, tras unos primeros momentos de estilo realista y temas regionales, su pronta vinculaci¨®n con la corriente informalista espa?ola, que pronto ¨¦l interpret¨® desde bases mat¨¦ricas y texturales. Esta obra, por otra parte, preconizaba su ulterior pasi¨®n por los temas ecol¨®gicos, ya que evocaba el mundo de la tierra, concedida a trav¨¦s del hermoso paisaje volc¨¢nico de su isla natal. En cuanto a la escultura, C¨¦sar Manrique pudo explayar con ella su veta l¨²dica, utilizando materiales industriales y colores vivos.
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