El secretario de Estado de Defensa dimite por el recorte presupuestario que impone Hacienda

MIGUEL GONZ?LEZ, El secretario de Estado de Defensa, Jos¨¦ Miguel Hern¨¢ndez V¨¢zquez, ha manifestado al ministro de Defensa, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, su decisi¨®n irrevocable de abandonar el cargo, por su radical desacuerdo con el presupuesto del departamento para 1993 aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros. Hern¨¢ndez se convierte as¨ª, por decisi¨®n propia, en la primera v¨ªctima pol¨ªtica del ajuste y de la restrictiva Ley de Presupuestos, presentada ayer en el Congreso por el ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga. Para el PP, la dimisi¨®n es el principio del "fin de una ¨¦poca".

Defensa, cuyo titular se encontraba ayer en visita oficial en Par¨ªs, contar¨¢ el pr¨®ximo a?o con 755.000 millones de pesetas, lo que supone una reducci¨®n del 3,85% en t¨¦rminos nominales y de casi un 10% en t¨¦rminos reales respecto al presupuesto de este a?o. La dimisi¨®n de Hern¨¢ndez, nombrado secretario de Estado hace s¨®lo un a?o, fue aceptada por la tarde por el titular de Defensa, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, pese a que "no comparte en absoluto las discrepancias manifestadas por el secretario de Estado con la pol¨ªtica presupuestaria, del Gobierno", seg¨²n una nota oficial del ministerio.La decisi¨®n de abandonar el cargo fue comunicada el lunes por Hern¨¢ndez a la junta directiva de Afarmade (Asociaci¨®n de Fabricantes de Armamento y Material de Defensa), en la que est¨¢n representadas las principales empresas del sector, con la que se reuni¨® para explicarle los Presupuestos del pr¨®ximo a?o. En medios de Defensa, no obstante, la decisi¨®n era conocida desde hace d¨ªas, pues el propio Hern¨¢ndez la comunic¨® a sus m¨¢s directos colaboradores y la coment¨® en la ¨²ltima reuni¨®n del consejo de direcci¨®n del departamento.

Seg¨²n se deduce de la explicaci¨®n que el lunes dio a los empresarios, Hern¨¢ndez considera una grave irresponsabilidad los Presupuestos de Defensa para 1993, incluso en la actual coyuntura econ¨®mica, ya que no garantizan la supervivencia de la industria militar espa?ola durante el periodo de crisis. Seg¨²n su razonamiento, si una vez superada ¨¦sta, Defensa quiere reanudar sus compras, deber¨¢ dirigirse al extranjero, ya que la industria espa?ola habr¨¢ desaparecido. Hern¨¢ndez justific¨® tambi¨¦n su dimisi¨®n por coherencia con los repetidos anuncios p¨²blicos de que ¨²nicamente continuar¨ªa en el cargo si contaba con los fondos m¨ªnimos imprescindibles.

El ministro, desairado

La marcha de Hern¨¢ndez deja en una inc¨®moda situaci¨®n al ministro de Defensa, quien deber¨¢ defender en el Parlamento unos Presupuestos contrarios al acuerdo del Congreso de julio de 1991, por el que deb¨ªan incrementarse los gastos militares hasta el 2% del PIB, y hacer frente al malestar originado en los cuarteles generales por el recorte presupuestario.

Para el secretario general del Partido Popular, Francisco ?lvarez Cascos, la dimisi¨®n hace patente que "cuando un barco hace agua, hay mucha gente que huye antes de que se hunda y esto lo vamos a ver en otras muchas ¨¢reas m¨¢s alejadas de la de la Marina. Esto es el final de una ¨¦poca".

Se da la circunstancia de que antes de fin de a?o Defensa debe remitir al Parlamento una nueva ley de dotaciones presupuestarias para las Fuerzas Armadas, con un programa de inversiones militares hasta final de siglo, lo que en las actuales. circunstancias parece inviable. Defensa no confirm¨® la dimisi¨®n de Hern¨¢ndez hasta ¨²ltima hora de la tarde, una vez que el ministro regres¨® de Par¨ªs, adonde hab¨ªa viajado el lunes para participar en un seminario sobre estrategia. Varios miembros de la c¨²pula militarcontestaron con un "sin comentarios" a las preguntas sobre la dimisi¨®n, aunque era palente el respaldo castrense a la actitud del secretario de Estado.

Los departamentos de Defensa y Hacienda han mantenido en los ¨²ltimos meses un sordo enfrentamiento en torno a los Presupuestos. Antes del verano, Defensa pidi¨® 944.000 millones para 1993, mientras que Hacienda le ofreci¨® 830.000. Sin embargo, esta oferta fue rebajada por Hacienda en 100.000 millones tras las vacaciones veraniegas, lleg¨¢ndose finalmente a los 755.000 (30.000 menos que este a?o).

El recorte afecta especialmente al cap¨ªtulo de inversiones, que baja de los 107.000 millones actuales a s¨®lo 98.000 en 1993, un 8,8% menos en pesetas corrientes. Como consecuencia de ello, ha quedado suspendida sine die la construcci¨®n de cuatro nuevos cazaminas, con un valor total de 53.000 millones de pesetas. Este proyecto, que el presidente murciano, Carlos Collado, ha intentado salvar hasta el ¨²ltimo momento, era fundamental para garantizar la continuidad del astillero de Baz¨¢n en Cartagena.

Tambi¨¦n se ha quedado sin partida presupuestaria el programa Secomsat, de 11.000 millones de pesetas, necesario para que el Gobierno pueda sacar partido para sus fines al primer sat¨¦lite espa?ol de comunicaciones, el Hispasat, lanzado al espacio a principios de este mes. Desde el punto de vista militar, el proyecto m¨¢s importante de los suspendidos es, seguramente, el Harrier Plus, un programa conjunto con Estados Unidos e Italia destinado a dotar de radar a los aviones del portaaeronaves Pr¨ªncipe de Asturias, que actualmente no pueden operar de noche ni en condiciones climatol¨®gicas adversas, en el que Espa?a lleva gastados 5.500 millones de pesetas. Tampoco podr¨¢n modernizarse los carros de combate M-60 norteamericanos de segunda mano que han empezado a llegar a Espa?a como consecuencia de los acuerdos de desarme en Centroeuropa.

El recorte obliga incluso a cancelar contratos ya firmados. Es el caso del programa de modernizaci¨®n de los aviones P-3 Orion de lucha antisubmarina, adjudicado a las empresas Inisiel, Ceselsa y CASA en 21.000 millones de pesetas.