Hablando de sexo con Madonna

"Creo que se puede seguir practicando el sexo, si se hace con cuidado, y la masturbaci¨®n es la forma m¨¢s segura de sexo. Por ello hay mucho de ella en mi libro. Es un libro de fantas¨ªas er¨®ticas, no es un libro que diga a la gente sal y jode a lo loco, sin seguridades. Yo advierto que mis personajes viven sus fantas¨ªas en un mundo perfecto, un mundo sin sida, pero la realidad requiere el preservativo". Veronica Louise Ciccone, Madonna, resulta contundente a la hora de expresar sus opiniones.

Un traje oscuro cruzado, a rayas, camisa de seda a juego y gruesas botas de ca?a sostienen su imagen treinta?era de boss que nada teme -"Ya hay muchos locos que me persiguen, cinco m¨¢s no me preocupan", dice-, o de creadora sin prejuicios: "Soy una artista y hago lo que tengo que hacer, sin pensar lo que pueda gustar o interesar a la gente".Pero el jet lag y dos enormes guardaespaldas de raza negra que la acompa?an en todo momento contribuyen a subrayar su delgadez actual y la modestia del metro y medio de altura que sustenta la cabeza rubia m¨¢s escandalosa y pop de estos tiempos.

Lleg¨® el pasado domingo a Mil¨¢n en vuelo privado procedente de Los ?ngeles. El principal motivo de su viaje era asistir al pase de modelos de unos modistos amigos y presentar el libro, disco y v¨ªdeo, que saldr¨¢n escalonadamente al mercado a lo largo de este mes de octubre.

El libro, titulado Sex, es una colecci¨®n de fotograf¨ªas de la estrella y textos escritos por ella con suficiente sustancia como para dar pie a una nueva pol¨¦mica in¨²til sobre las fronteras existentes entre la pornograf¨ªa y el erotismo.

El disco, titulado Er¨®tica, tiene un contenido menos expl¨ªcito, aunque incluye al menos tres temas de espesos dobles sentidos.

Y el v¨ªdeo mezcla im¨¢genes de sadomasoquismo y lesbianismo, con colaboraciones estelares como las de Isabella Rosellini o Tatiana von Furstenberg, pero suficientemente ve'ladas como para abrirse el camino hasta los televisores familiares sin m¨¢s problemas que los de un cierto esc¨¢ndalo que, en el caso de Madonna, se da ya por supuesto.

Desde esa osad¨ªa bien graduada, los tres productos se refuerzan en el sentido de una controversia que tendr¨¢ su base principal en el libro y se complementan hasta constituir una especie de paquete familiar que tiene algo que ofrecer tanto a grandes como a peque?os en estos tiempos de sexo a distancia, de erotismo visual y orgasmos telef¨®nicos. Madonna explica: "El libro es para adultos, no para ni?os. Figurar¨¢ escrito en la bolsa que lo contiene. El disco es otra cosa, es muy distinto".