Adi¨®s a las giras
Dire Straits alz¨® la mano anoche en Madrid para despedirse durante una larga temporada. Hoy ser¨¢ el adi¨®s definitivo en la plaza de toros de Las Ventas, y cuando el pr¨®ximo viernes toquen en Zaragoza el ¨²ltimo bis, habr¨¢ finalizado una gira que ha durado m¨¢s de un a?o y congregado a m¨¢s de siete millones de personas en todo el mundo. En Espa?a, donde han realizado 18 actuaciones durante tres meses, la cifra asciende a medio mill¨®n. Veintis¨¦is pa¨ªses han despedido a Dire Straits. Desde Reino Unido a M¨¦xico; desde Polonia a Australia; desde Chile a Finlandia. Porque On every street se anuncia como la gira del adi¨®s.Mark Knopfler ha exprimido bien esta despedida, aunque no parece pertenecer a la tribu de los chupones. Tampoco extra?a el adi¨®s, vista su trayectoria. Aquel excelente guitarrista que a finales de los 70 opuso su estilo di¨¢fano a la oscuridad del punk, educado en la t¨¦cnica instrumental norteamericana sin olvidar el sonido brit¨¢nico de los Shadows, no cuadra con el arquetipo de hombre espect¨¢culo. Ultimamente, el espect¨¢culo lo estaba devorando, cuando a Mark Knopfler lo que le gusta es tocar la guitarra, algo que siempre ha hecho estupendamente. Por eso" la despedida de Madrid ten¨ªa el morbo de conocer el estado actual de las relaciones entre guitarrista y espect¨¢culo.
Dire Straits
Mark Knopfler (voz, guitarra), John Illsey (bajo, coros), Alan Clark (teclados), Guy Fletcher (teclados), Phil Palmer (guitarra, coros), Paul Franklin (pedal steel guitar), Chris White (saxo), Chris Whitten (bater¨ªa), Danny Cummings (percusi¨®n). 16.000 personas. Precio: 3.800 y 4.800 pesetas. Plaza de toros de Las Ventas. Madrid, 6 de octubre.
Lejos de disquisiciones te¨®ricas, el p¨²blico, m¨¢s h¨¢bil y astuto, se lo pas¨® en grande con el aperitivo de rhythm and blues que ofreci¨® el buen grupo The Blues Band, antes de que Dire Straits apareciese en el escenario a las diez en punto. Calling Elvis abri¨® el recital con calor, algo que agradecer porque hac¨ªa un fr¨ªo pel¨®n. En esta canci¨®n emblema de su ¨²ltimo disco, On every street, Knopfler se explay¨® con la guitarra, mostrando que su t¨¦cnica utilizando tres dedos de la mano derecha multiplica. exactamente por tres las posiblilidades de los que s¨®lo utilizan la p¨²a, especialmente en los fraseos que se desarrollan sobre los acordes.
Exhibici¨®n y control
El sonido no era brillante, pero mejor¨® en Walk of life, una especie de twist que permiti¨® la exhibici¨®n de los m¨²sicos y la demostraci¨®n del control de Knopfler sobre los tempos de las canciones. Despu¨¦s lleg¨® Heavy fuel, la faceta m¨¢s dura del sonido Dire Straits, las baladas y las deudas con J. J. Cale. El p¨²blico, encantado.En Private investigations, el grupo demostr¨® su espectacular disciplina y precisi¨®n, apoyadas por un juego de luces que salvaron la reiteraci¨®n. Despu¨¦s, Sultans of swing, que se ha convertido en la inevitable concesi¨®n porque el grupo la ejecuta como para salir del paso y, adem¨¢s, muestra la discreta evoluci¨®n arm¨®nica de Mark Knopfler como guitarrista, casi 15 a?os despu¨¦s de inciar su carrera en Londres.
Pero el fr¨ªo iba a m¨¢s y el p¨²blico prefer¨ªa los ritmos vivos. Silb¨® el lento comienzo de On every street, impidiendo apreciar una de las caracter¨ªsticas m¨¢s peculiares de Knopfler: su expresividad a trav¨¦s del glissando. Y balanceando canciones lentas y r¨¢pidas fue transcurriendo el recital del grupo que ha convertido el pop en m¨²sica cl¨¢sica de este siglo. Con temas excesivamente mon¨®tonos por sus desarrollos en los que apenas pasa nada, con arreglos muy parecidos entre canciones -como en Private investigations y Telegraph road-, con un elevado nivel instrumental y con un planteamiento muy similar al de su anterior visita a Madrid, aunque de mayor austeridad en lo espectacular.
Al cabo de 90 minutos, Dire Straits hizo un amago de despedida, pero el p¨²blico quer¨ªa a Knopfler de calefacci¨®n. Y llegaron los bises, con Brothers in arms y Moneyfor nothing en cabeza. El ¨¦xito cerr¨® su primera actuaci¨®n en Madrid, preludio del fin de una gira y del comienzo de una nueva etapa para un Mark Knopfler que no quiere seguir jugando entre el pub y el estadio. Que dice adi¨®s a las giras.
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