Annie Leibovitz retrata dos d¨¦cadas enfrentadas
La fot¨®grafa opone los "c¨¢lidos" setenta a los "artificiales" ochenta en una exposici¨®n.
"Los espa?oles tienen las pesta?as muy bonitas", dice la escrutadora Annie Leibovitz observando a un grupo de j¨®venes camareros. Podr¨ªa haber sido la doble corpulenta de Barbra Streisand, pero su' mirada de ave rapaz la destin¨® a la fotograf¨ªa. El resultado es una extraordinaria galer¨ªa de personajes, retratados con originalidad y sentido cr¨ªtico, muchos de los cuales pueden verse en una exposici¨®n abierta ayer en la Casa de Vacas del Retiro de Madrid. Dos d¨¦cadas, enfrentadas, los "c¨¢lidos y espont¨¢neos" setenta y los "artificiales" ochenta, desfilan en las metaf¨®ricas im¨¢genes.
"No soy historiadora, sino una simple fot¨®grafa que puede hablar de esos a?os a trav¨¦s de sus fotograf'ias", dice Annie Leibovitz, de 43 a?os, muchas de cuyas im¨¢genes han aparecido ¨²ltimamente en El Pa¨ªs Semanal. "Se podr¨ªa observar, por ejemplo, que los setenta fueron un poco m¨¢s c¨¢lidos, un poco m¨¢s naturales y espont¨¢neos, realmente los setenta son una parte de los sesenta. Se ve que el estilo, no s¨®lo desde mi punto de vista, sino tambi¨¦n del de la gente retratada, es m¨¢s natural, m¨¢s en blanco y negro. Pasas a los ochenta y el estilo es m¨¢s opulento, grueso y artificial".Una de las fotograf¨ªas de Annie Leibovitz que marcan una ¨¦poca es la de Ivana y Donald Trump en el hotel Plaza de Nueva York en 1988, reflejo carnavalesco del mundo del dinero. Leibovitz trata de disculparse de lo que le hizo a Ivana Trump. "Hay una fotograf¨ªa del libro, que no est¨¢ en la exposici¨®n, que es la de los Trump, una especie de quintaesencia de lo que habl¨¢bamos. Fue hecha para una posible portada de Vanity Fair por Navidad, as¨ª que deseaba una habitaci¨®n dorada, todo dispuesto con un aire chic italiano, como en las fotos de Norman Parkinson, que trabaj¨® mucho con la revista Town & Country, pero que- era un genio, especialista en retratar a la gente de la jet, capaz de transmitir el absurdo de una situaci¨®n. Y lo que es interesante acerca de la fotograf¨ªa de los Trump es que Ivana est¨¢ posando de una manera tan r¨ªgida que parece que estuviera pensando que en cualquier momento se le romper¨¢ la silla. ?Y no la pude ayudar! No soy una fot¨®grafa con mala idea, trato de sacar lo mejor de la gente, pero hay veces en que lo m¨¢s apropiado es dejar a la gente sola, dejar a la gente ser quien es".
Leibovitz considera que despu¨¦s de la futilidad de los ochenta, los noventa suponen un reencuentro con la esencia de las cosas, "un pensamiento m¨¢s filos¨®fico de la vida". En ese sentido, se producir¨ªa una conexi¨®n con los setenta, como en esa fotograf¨ªa suya en la que los adeptos esperan, tumbados en la pista de aterrizaje, al gur¨² Maharaj Ji en Houston (Tejas, EE UU) en 1974. Pero Leibovitz advierte que le parece arriesgado mitificar rom¨¢nticamente los setenta, "una ¨¦poca muy autodes tructiva". Ella misma dice que en los ochenta tuvo que recuperarse de la d¨¦cada anterior, "en la que me met¨ª tanto en el trabajo que casi perd¨ª la vida en ello".
En los setenta, Arnold Schwarzenegger era un joven culturista que posaba para ella desnudo por detr¨¢s. En los ochenta, en Malib¨², California, Schwarzenegger, el actor mejor pagado de Hollywood, posa encima de su enorme caballo blanco con pantalones blancos y botas de jinete. "Siempre se ha dicho que los perros se parecen a sus amos. En este caso podr¨ªa decirse que el due?o se parece a su caballo", dice Lebovitz esbozando una amplia sonrisa.
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