El Frente Nacional de Le Pen pierde terreno al cumplir 20 a?os
Tras haber contaminado la pol¨ªtica y la vida cotidiana de Francia durante toda una d¨¦cada, la marea negra del Frente Nacional refluye lenta pero persistentemente desde la pasada primavera. Este mes de octubre, el partido ultraderechista de Jean-Marie Le Pen cumple su 20? aniversario con serias divisiones internas, una p¨¦rdida significativa de influencia popular y la aparici¨®n de duros competidores en el seno de la derecha tradicional. En un intento de galvanizar a los suyos, Le Pen afirma: "No estamos en decadencia".En esos repasos al estado de la naci¨®n que acompa?an en Par¨ªs toda buena comida empieza a ser un¨¢nime la idea de que el Frente Nacional quiz¨¢ toc¨® techo cuando, el pasado marzo, consigui¨® el 14% de los sufragios en las elecciones regionales. Las encuestas posteriores al refer¨¦ndum sobre Maastricht confirman esa impresi¨®n. El partido de Le Pen cuenta ahora con el 10% de las intenciones de voto.
Pese a que casi la mitad de los franceses apoyaron en el refer¨¦ndum la opci¨®n defendida por Le Pen -el no a Maastricht-, el caudillo ultraderechista fue uno de los grandes- perdedores de la consulta.
Su campa?a contra el tratado careci¨® de br¨ªo, apenas tuvo eco en los medios de comunicaci¨®n y su influencia en el resultado fue escasa. Los franceses que votaron no escucharon a tres francotiradores de la derecha tradicional: los gaullistas Charles Pasqua y Philippe S¨¦guin y el conservador Philippe de Villiers.
La historia s¨®lo retendr¨¢ una declaraci¨®n de Le Pen durante toda la batalla de Maastricht: la acusaci¨®n de que el presidente Fran?ois Mitterrand program¨® su operaci¨®n de pr¨®stata a fin de conseguir simpat¨ªas para el s¨ª. Una declaraci¨®n que fue condenada por "grosera" y "fascista" por los dem¨¢s l¨ªderes pol¨ªticos, fueran amigos o enemigos de Maastricht. Desde entonces, Le Pen y los suyos est¨¢n callados, replegados sobre s¨ª mismos.
Dos de los mosqueteros del no, Pasqua y De Villiers, cazan abiertamente desde hace meses en lo que hasta ahora era coto vedado del Frente Nacional. El meridional Pasqua, ex representante de pastis, ex ministro del Interior y senador de la Asamblea para la Rep¨²blica (RPR), enarbola la bandera de un bonapartismo o jacobinismo de derechas de gran raigambre popular. La rep¨²blica que defiende es fuerte, autoritaria y justiciera, tal como la quieren millones de electores gaullistas.
De Villiers, diputado de la centrista Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF), denuncia la corrupci¨®n pol¨ªtica, la lucha contra la conversi¨®n de Francia en un pa¨ªs plurirracial y el no a Maastricht.
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