Bingham, un decano que cobra como un principiante
Resulta imposible e incluso ileg¨ªtimo enfocar a la selecci¨®n de Irlanda del Norte sin colocar a su entrenador en un primer plano. William Laurie Billy Bingham es el decano de los seleccionadores europeos y se incluye, seg¨²n sus quejas, entre los peores remunerados. Se sienta en el banquillo de Windsor Park desde febrero de 1980, heredando -para una segunda etapa- el puesto de su ex compa?ero Danny Blanchflower.Bingham lleva con jovialidad sus 61 a?os y afirma, ri¨¦ndose que pocos de sus colegiales internacionales gozar¨¢n de una vida de 12 a?os en sus banquillos. "Dios les bendiga a todos", dice. Es uno de esos personajes curiosos, como el dan¨¦s Sepp Piontek, capaces de mantener cierta elegancia mientras visten un chandal y al mismo tiempo fuman en pipa.
Hace m¨¢s de un cuarto de siglo que reside "dirigiendo el tr¨¢fico" -seg¨²n sus palabras-, en Southport, una poblaci¨®n de la costa oeste inglesa. Sus jornadas laborales se desarrollan "observando a los jugadores perif¨¦ricos" en los m¨¢s modestos estadios ingleses y controlando de vez en cuando a los hombres que sobresalen en la Liga norirlandesa. ?l s¨®lo pudo concentrar a su equipo el domingo a causa de que la mayor¨ªa act¨²an en las divisiones inferiores donde s¨ª hubo jornada de Liga.
Su historial abraza los tres grandes ¨¦xitos de Irlanda del Norte. En el Mundial de 1958 estuvo en la banda derecha, y en los de 1982 y 1986 se abri¨® un par de metros m¨¢s para estar en el banquillo. Dirigi¨® al Everton, Southport y Mansfield, y luego prepar¨® a la selecci¨®n de Irlanda del Norte (1967-1971) y m¨¢s tarde a la de Grecia, para posteriormente (1987) compaginar el puesto de seleccionador con el de t¨¦cnico del Al Nasser, un club de los Emiratos Arabes Unidos.
"No soy fanfarr¨®n", dice Bingham, "y si digo que me siento optimista cara al futuro pienso decirlo con realismo. El equipo est¨¢ mejorando poco a poco y el ¨²nico problema es que logramos hacer en 10 a?os lo que la Rep¨²blica tard¨® medio siglo en, conseguir, y esto cre¨® muchas expectativas entre el p¨²blico. Yo siempre he sido realista y despu¨¦s del Mundial de 1986 present¨¦ un informe a la federaci¨®n deletreando los problemas que ¨ªbamos a tener a ra¨ªz de la marcha de algunos jugadores".La renovaci¨®n
"Nunca imagin¨¦", prosigue Bingham, "eso s¨ª, que ¨ªbamos a perder a Norman Whitside, que tiene 27 a?os pero est¨¢ retirado. Pero s¨ª pude ver la necesidad de probar a varios j¨®venes. Mi mayor ¨¦xito durante esta fase ha sido defender las murallas t¨¢cticamente para que los rivales no nos destrozaran la moral".
Bingham estuvo en Riga para observar a la. selecci¨®n de Clemente. "Vi como dominaban el partido sin problemas", comenta, "pero les fall¨® la punter¨ªa y sobre todo la calidad de los servicios desde las bandas". "Los espa?oles saben que estamos dispuestos a luchar hasta la muerte en este partido porque necesitamos los dos puntos para mantener nuestras ambiciones", anuncia, "y para que cunda un poco la trepidaci¨®n entre los espa?oles. Si les hacemos una faena en Belfast supondr¨¢ un golpe para ellos".
Aunque mantiene sus preferencias por un 4-4-2 cl¨¢sico y conservador, Bingham afirma que la superviviencia de Irlanda del Norte se debe a la flexibilidad t¨¢ctica.
Mi filosof¨ªa es creer ¨²nicamente en lo que ven mis propios ojos", declara. "En el f¨²tbol te cuentan muchas historias. Yo observo y decido. No trabajo nunca con una camisa de fuerza. Var¨ªo la t¨¢ctica para cubrir eventualidades e intentando eliminar riesgos. "Ahora", concluye el t¨¦cnico de Irlanda del Norte, "tengo un conjunto m¨¢s s¨®lido y con un buen equilibrio entre juventud y experiencia".
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