Enzensberger dice que un pol¨ªtico ya no baja de posici¨®n social por ser un iletrado
El grupo BerteIsmann re¨²ne en Madrid a editores y pensadores para debatir sobre el libro
La alta cultura est¨¢ de capa ca¨ªda. Hans Magnus Enzensberger dijo ayer en Madrid que, en cuanto a la posici¨®n social, ya da igual que te guste Sch¨®nberg o Michael Jackson. "Hay taxistas en paro versados en Dante y Proust, y pol¨ªticos y banqueros de alto rango pr¨¢cticamente iletrados", a?adi¨®. "Dependiendo del punto de vista, esto se puede ver como s¨ªmbolo de depravaci¨®n o como un grado de libertad sin precedentes". Enzensberger concluy¨® que la supervivencia de la literatura seria en un mundo indiferente es un peque?o milagro que favorece la independencia de los escritores apasionados. El autor particip¨® en el congreso internacional organizado por el prestigioso grupo editorial BerteIsmann, que hoy concluye en Madrid.
La tesis de Enzensberger, poeta, ensayista, editor y traductor alem¨¢n, que titul¨® su ponencia con un significativo ?Adelante, Gutenberg! ?Que viva la minor¨ªa!, es que vivimos en una sociedad ac¨¦fala, t¨¦rmino antropol¨®gico utilizado para describir civilizaciones prehist¨®ricas sin un corte claro de estructura vertical. Esta idea de organizaci¨®n social no verticalizada es incompatible con las tradiciones de Occidente. "En Europa, al menos, la sociedad ha sido vista siempre como una especie de organismo modelado como el cuerpo humano", seg¨²n Enzensberger, "con Gobierno y una cabeza del Estado a modo de centro simb¨®lico en el que descansa el poder de controlar, decidir y predecir. Pienso que, e nuestras actuales circunstancias un cerebro central de decisiones ya no existe. En vez de ello hemos desarrollado una especie de sistema nervioso que se ha desarrollado por todo el cuerpo social, una cadena de autorregulaci¨®n que ya no puede ser controlada por un centro omnisciente y todopoderoso. ?sta es la raz¨®n por la que los pol¨ªticos han deja do de concitar el respeto y la deferencia a la que estaban acostumbrados en el pasado, y la causa por la que su status ha perdido irrevocablemente su m¨ªstica. Los vemos simplemente como otra instituci¨®n, necesaria pero ligeramente aburrida. Su semimetafisico status se ha des vanecido para siempre".
Secularizaci¨®n
Enzensberger se permiti¨® esta digresi¨®n porque a trav¨¦s de ella se puede establecer una analog¨ªa con otro concepto que, en su opini¨®n, "est¨¢ m¨¢s cerca" de nuestros corazones. "Me parece que la alta cultura ha sufrido una p¨¦rdida similar de posici¨®n", seg¨²n el escritor. "Como el Estado, ha sufrido una secularizaci¨®n radical, y en el proceso ha perdido su hegemon¨ªa, su centralidad. El cuerpo social ya no sigue sus directrices. Esto no significa, por supuesto, que la alta cultura ya no cuente, que est¨¦ desprovista de influencia, pero comparada con su posici¨®n anterior ha perdido buena parte de autoridad, y debe aprender a vivir en el declive de su pasada ascendencia. Para la intelligentsia en general, y para los escritores en particular, no es f¨¢cil encajar la situaci¨®n, y muchos de ellos todav¨ªa no la han comprendido totalmente. El cambio cualitativo puede ser m¨¢s dif¨ªcil de aceptar que las presiones cuantitativas del mercado".La centralidad de la alta cultura ten¨ªa un precio igualmente alto: las implicaciones ideol¨®gicas, el escritor serio utilizado como profeta para todas las ocasiones. Ahora, el poeta no ser¨¢ ya reverenciado como si fuera un sabio consejero, pero, en la otra cara de la moneda, "se aclarar¨¢, de una vez por todas, que su trabajo no tiene nada que ver con la propaganda", seg¨²n Enzensberger, "que no est¨¢ aqu¨ª para salvar al g¨¦nero humano, al proletariado, al Tercer Mundo o a la bandera nacional. Su trabajo es escribir lo mejor que pueda, escribir literatura que pueda resultar seria o incluso dificil. En una sociedad ac¨¦fala, la gente puede expresarse por s¨ª misma, no necesita al poeta como guardi¨¢n o como l¨ªder vitoreado. Como mucho, al escritor y su obra".
Para Enzensberger, los lectores de literatura dif¨ªcil pueden ser una peque?a minor¨ªa, "pero esto no quiere decir que no cuenten. En la actualidad deber¨ªa estar claro que la supervivencia de las minor¨ªas es una cuesti¨®n de vida o muerte social". En una democracia, concluy¨® Enzensberger, cualquiera tiene derecho a ser un bruto ignorante, pero, por lo mismo, cualquiera puede reclamar el acceso a todas las fuentes literarias, incluidas las m¨¢s dif¨ªciles. "Pienso que esto es todo lo que debemos pedir a los pol¨ªticos. En lo que se refiere a mi propio inter¨¦s, lo ¨²nico que les pido es que me dejen en paz".
"Esp¨ªritu creador"
Bertelsmann, empresa, alemana que gestiona en Espa?a el C¨ªrculo de Lectores (que cumple este a?o su 300 aniversario) y Plaza Jan¨¦s, entre otras firmas, reuni¨® ayer, entre otros, a Ricardo D¨ªez Hochleitner, presidente del Club de Roma, quien hizo una defensa del libro como "expresi¨®n tangible de lo mejor del esp¨ªritu creador de los hombres y de la lectura como "reflexi¨®n serena y profunda de los mayores saberes"; a Christian Br¨¦gou, presidente del grupo franc¨¦s Presses de la Cit¨¦, y al investigador del cerebro Ernst P?ppel.Tambi¨¦n particip¨® en el programa el director del C¨ªrculo de Lectores, Hans Meinke, y Frank W?ssner, miembro de la presidencia de BerteIsmann. Hoy participar¨¢ en el congreso el presidente del grupo, Mark W?ssner.
Babelia
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