El terrible accidente de Villa Giralda
Don Alfonso de Borb¨®n muri¨® la tarde de Jueves Santo de 1956 de un disparo en la frente. D¨ªas despu¨¦s, la Casa de Don Juan emit¨ªa desde Estoril -la ciudad portuguesa que acogi¨® a la familia real espa?ola durante el exilio- un lac¨®nico comunicado: "Mientras su alteza el infante Alfonso limpiaba un rev¨®lver aquella noche con su hermano, se dispar¨® un tiro que le alcanz¨® en la frente y le mat¨® en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20.30, despu¨¦s de que el infante volviera del servicio religioso de Jueves Santo, en el transcurso del cual hab¨ªa recibido la santa comuni¨®n".El infante Alfonso hubiera cumplido 15 a?os ese oto?o. Don Juan Carlos ten¨ªa 18. Los dos estaban disfrutando de unas vacaciones en Villa Giralda. Alfonso de Borb¨®n estudiaba el bachillerato en San Sebasti¨¢n. Su hermano mayor hab¨ªa ingresado ya en la Academia Militar de Zaragoza.
El comunicado de la Casa de Don Juan no contaba toda la verdad, ni conten¨ªa la m¨¢s m¨ªnima alusi¨®n al dolor inmenso que la tragedia desencaden¨® en toda la familia. La madre, do?a Mar¨ªa de las Mercedes, necesit¨® una larga estancia en una cl¨ªnica cercana a Francfort para superar la depresi¨®n.
Treinta a?os despu¨¦s del accidente, la periodista Frangoise Laot, autora de una concienzuda y rigurosa biograf¨ªa sobre los reyes, le oy¨® decir: "Yo jam¨¢s he sido desdichada, salvo cuando muri¨® mi hijo".
La abuela, la reina Victoria Eugenia, repet¨ªa constantemente a sus ¨ªntimos: "?Cu¨¢ndo cesar¨¢n las tragedias? ?Cu¨¢ndo se interrumpir¨¢ su curso? S¨¦ que mis amigos protestantes me maldijeron cuando les abandon¨¦. Lo sab¨ªa, lo sab¨ªa...".
Complejo de culpa
El propio don Juan Carlos tuvo que luchar lo indecible para superar el complejo de culpabilidad que le supuso haber sido el autor involuntario de la muerte de su hermano y haber desobedecido a su padre.La pistola fue un regalo del general Franco a don Juan. Se guardaba siempre con llave en un secreter. Los dos j¨®venes quer¨ªan jugar con ella porque les encantaba disparar. El conde de Barcelona nunca les dio su permiso, los dos muchachos ten¨ªan orden tajante de no acercarse al mueble cuando estuviera abierto... hasta que un d¨ªa Alfonso compr¨® proyectiles en Lisboa, se uni¨® a su hermano y los dos fueron a llorarle a su madre, prometi¨¦ndole que tendr¨ªan mucho cuidado. A pesar de la diferencia de edad -tres a?os y diez meses- los dos adolescentes estaban muy unidos.
Do?a Mar¨ªa de las Mercedes cedi¨® al fin y les abri¨® el secreter. Don Juan Carlos manipul¨® el rev¨®lver y ¨¦ste se dispar¨®. La bala atraves¨® mortalmente la frente de don Alfonso, que fue enterrado dos d¨ªas despu¨¦s, el S¨¢bado Santo, en el peque?o cementerio de Cascais. Diez grandes de Espa?a portaron el f¨¦retro, que iba cubierto con la bandera espa?ola. Ayer, 36 a?os despu¨¦s, fue trasladado hasta El Escorial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.