"Yo soy de derechas, como UCD"
Alberto Ruiz Gallard¨®n, de 34 a?os, ha sido dos veces candidato a presidir la Comunidad de Madrid. En la primera, perdi¨®; en la segunda, gan¨® pero perdi¨®. El pacto PSOE-IU sum¨® m¨¢s esca?os y le cerr¨® el paso. Es hijo de brillante pol¨ªtico y abogado -Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Gallard¨®n, ya fallecido- y se educ¨® entre libros y buena familia. De la infancia le ha quedado encima ese aspecto de alumno aventajado -tambi¨¦n llamado empoll¨®n- que no parece importarle: un pol¨ªtico de su edad necesita ser visto como si fuera m¨¢s viejo. Su trato, en cambio, se le escapa joven y ¨¢gil. Y su conversaci¨®n, dura: "Joaqu¨ªn Leguina se ha convertido en una marioneta de Izquierda Unida".
El despacho de Alberto Ruiz Gallard¨®n en la sede del Grupo Popular de la Asamblea de Madrid -Princesa, 3- es umbr¨ªo y austero. Destacan en la pared, entre varios recuerdos, un trinquete de front¨®n -como la cesta punta, pero algo m¨¢s peque?o- regalado por sus compa?eros del Pa¨ªs Vasco, y dos mapas de la Comunidad de Madrid, uno de ellos con la sierra y las monta?as en relieve. Tambi¨¦n llama la atenci¨®n un plato de cer¨¢mica cuyo texto dice: "Villaviciosa de Od¨®n, con Ruiz Gallard¨®n". Y se ve una foto en la que aparece Manuel Fraga.Pregunta. ?Es usted de derechas?
Respuesta. S¨ª.
P. Pues ser¨¢ de los pocos que lo reconocen.
R. Es que la expresi¨®n estaba desprestigiada en Espa?a como consecuencia de la identificaci¨®n con el r¨¦gimen anterior. Y ¨¦sa evidentemente no es la derecha que nosotros representamos. Incluso yo parto del supuesto de que el Gobierno de UCD era de derechas. A las puertas del siglo XXI, s¨®lo hay dos modelos para gobernar una sociedad democr¨¢tica: uno, desde el Estado; y otro, desde la sociedad. Entender el Estado como impulsor de la actividad econ¨®mica, social, educativa, de la garant¨ªa de los servicios p¨²blicos, es un modelo de izquierdas; y entender que el Estado debe aplicar el principio de subsidiariedad, corregir los desequilibrios que se produzcan, pero que sea la sociedad la que tenga mayor protagonismo, de modo que la persona sea como centro de cualquier actuaci¨®n, es una pol¨ªtica de derechas. No hay actuaciones intermedias.
P. ?No hay centro?
R. El centro es m¨¢s una actitud vital, de moderaci¨®n. Lo que pasa es que yo apuesto por una izquierda moderada y una derecha moderada.
P. ?En qu¨¦ cambiar¨ªa la Comunidad de Madrid una pol¨ªtica de derechas?
R. Cambiar¨ªa radicalmente. Aplicar¨ªamos un principio fundamental: la Comunidad aut¨®noma de Madrid no tiene ninguna justificaci¨®n de ser, ni por razones hist¨®ricas, ni culturales, ni ling¨¹¨ªsticas, ni siquiera por razones socioecon¨®micas. Su ¨²nica raz¨®n de ser es que tenga una capacidad de prestaci¨®n de servicios m¨¢s eficaz que la antigua Administraci¨®n central del Estado. El ciudadano de Madrid no va a apreciar la Comunidad por sus s¨ªmbolos, sino por su capacidad de acercar la Administraci¨®n al ciudadano. Por tanto, el eje fundamental de un gobierno del PP ser¨ªa la utilidad de la Comunidad. Ahora bien, nosotros no nos dedicar¨ªamos a competir con la iniciativa privada, sino a llegar all¨ª donde la iniciativa privada no produce la situaci¨®n objetiva para generar riqueza. Es mejor generar, por ejemplo, una infraestructura de transporte que haga competitiva una zona de Madrid que subvencionar empresas para que se instalen en zonas que no son competitivas porque carecen de infraestructuras de transporte. La izquierda hace la pol¨ªtica de la subvenci¨®n -al empleo o a la industria- y nosotros practicar¨ªamos una pol¨ªtica de generaci¨®n. Es de verg¨¹enza que en los ¨²ltimos cinco a?os no se haya inaugurado ni una sola estaci¨®n de metro. Creo que ahora el alcalde impulsar¨¢ desde el Consorcio de Transportes la creaci¨®n de infraestructuras del metro.
P. Sin embargo, parece que ustedes como oposici¨®n buscan m¨¢s en el PSOE el flanco de la gesti¨®n econ¨®mica y el despilfarro que las diferencias ideol¨®gicas.
R. Pues esa apreciaci¨®n no responde a nuestras intenciones. De todas formas, el control es sano. Los gobiernos que se asustan del control, como el gobierno de Leguina, tienen poca vocaci¨®n democr¨¢tica. Aun as¨ª, no tengo conciencia de no haber conseguido transmitir al pueblo de Madrid no s¨®lo nuestra capacidad de oposici¨®n sino tambi¨¦n de alternativa.
P. ?C¨®mo enfocar¨ªa desde el gobierno regional, si ganase las elecciones, una campa?a contra el sida?
R. Somos el partido que m¨¢s est¨¢ haciendo contra el sida, y contra la discriminaci¨®n de los enfermos. La lucha en favor de los marginados en Madrid la ha llevado el PP, y eso le ha sorprendido a mucha gente. ?Qu¨¦ har¨ªamos nosotros? Pues todas las propuestas que hacemos desde la oposici¨®n las convertir¨ªamos en realidad. En la lucha contra el sida hace falta una inversi¨®n muy importante, pero debe producirse mediante un programa nacional donde est¨¦n coordinadas todas las administraciones sanitarias. Y lo que s¨ª podemos hacer desde las comunidades aut¨®nomas es acabar con la discriminaci¨®n.
P. ?Fomentar¨ªa usted el uso de preservativos?
R. Fomentar¨ªa todas las campa?as que signifiquen m¨¦todos de prevenci¨®n. Y si uno de los mecanismos de prevenci¨®n es que en las relaciones sexuales se utilicen preservativos, yo, dentro de una campa?a de informaci¨®n, y evitando todas las groser¨ªas con las que habitualmente se han realizado estas cosas por el Ministerio de Asuntos Sociales, por supuesto que incluir¨ªa la recomendaci¨®n del uso de preservativos. Pero esto hay que hacerlo con un car¨¢cter cient¨ªfico. Lo que ha caracterizado en esto a los socialistas es la groser¨ªa y la demagogia.
P. ?C¨®mo se pueden resolver en Madrid los problemas de los ancianos desvalidos?
R. Haciendo algo que no ha hecho el gobierno regional: aumentando el n¨²mero de plazas de las residencias de ancianos, aplicando un criterio de disminuci¨®n de su tama?o... Por cierto, a veces los pol¨ªticos no sabemos valorar la labor social que realizan determinadas ¨®rdenes religiosas, su cooperaci¨®n civil... Las residencias de ancianos deber¨ªan ser muchas y peque?as, en distintos barrios, de tal forma s que el anciano que abandone su casa pueda vivir en un lugar pr¨®ximo, donde mantenga sus contactos. Tambi¨¦n es muy importante la asistencia domiciliaria. Fuimos los primeros en pedir en Madrid un programa de asistencia de forma que los ancianos tengan unas personas que les cuiden en sus casas, con cargo a los presupuestos regionales.
P. ?Los realojamientos de chabolistas son el principal fracaso de las administraciones?
R. Tenemos dos fracasos en esto: que no hayamos cumplido los plazos marcados y que se est¨¦n produciendo nuevos asentamientos chabol¨ªstas despu¨¦s de que hayan sido realojadas buen n¨²mero de familias. Frente a esa nueva demanda no est¨¢ haciendo nada la Comunidad de Madrid. Es necesario un acuerdo de las distintas administraciones. Uno de los problemas es que sobre los
ciudadanos de Madrid operan tres administraciones con mal entendimiento entre ellas. El PSOE no coopera lealmente con el Ayuntamiento de Madrid. Y adem¨¢s Leguina no tiene un criterio reivindicativo respecto al Estado. Ha cambiado su comodidad interna en el PSOE a cambio de anular el car¨¢cter reivindicativo de la comunidad aut¨®noma. Cuando Leguina entra en la Moncloa, no entra el presidente de Madrid, sino el militante del PSOE; y no va a ver al presidente del Gobierno, sino al secretario general de su partido. Y eso ha significado una marginaci¨®n de Madrid en inversiones, infraestructuras, sanidad... Denunciando como denuncio la mala relaci¨®n entre las administraciones, el perjuicio mayor no lo llevamos de la mano Comunidad y Ayuntamiento, sino la escasa presencia reivindicativa del gobierno regional.P. ?Es usted partidario de los centros de atenci¨®n a drogodependientes, los pol¨¦micos CAD?
R. S¨ª, por supuesto.
P. Pues el Ayuntamiento del PP no ha sido muy partidario, no ha abierto ninguno.
R. El Ayuntamiento ha intentado mantener una postura razonable, consistente en decir s¨ª a los CAD y buscar la ubicaci¨®n m¨¢s adecuada [el fuerte rechazo de los vecinos rode¨® de pol¨¦mica a los que cre¨® el PSOE]. Pero todos tenemos que dar un paso adelante, no s¨®lo las administraciones. La sociedad est¨¢ en deuda con los drogadictos, que en su inmensa mayor¨ªa son consecuencia de situaciones de injusticia que ha creado la propia sociedad. El drogadicto tiene que ser tratado como un enfermo, nunca como un delincuente. Y es evidente que en la rehabilitaci¨®n tiene que haber un esfuerzo mayor de la sociedad que el que ha habido hasta ahora. No se resuelve ese problema ¨²nicamente con las administraciones p¨²blicas, es necesario que toda la sociedad d¨¦ un paso adelante en la solidaridad. Donde hay un campo inmenso es en la prevenci¨®n. Hay que evitar que la pr¨®xima generaci¨®n tenga una entrada en el mundo de la droga tan absolutamente irresponsable como la que ha tenido la generaci¨®n actual de j¨®venes. No se les ha advertido de la gravedad de la droga. Ha habido una generaci¨®n de pol¨ªticos que han bromeado sobre ese asunto y no se han dado cuenta de que han roto muchas barreras psicol¨®gicas que nosotros tenemos que volver a crear en nuestros j¨®venes. Yo he propuesto crear en Madrid una agencia antidroga que unificar¨ªa la actuaci¨®n de las tres administraciones p¨²blicas en este campo.
P. ?Legalizaci¨®n de la droga?
R. Rotundamente, no. Es posible que eso acabase con uno de sus efectos: la quiebra del orden p¨²blico (el drogadicto roba para pagar su dosis). Pero creo que las mafias encontrar¨ªan otro elemento prohibido para enriquecerse. Esa medida es profundamente ego¨ªsta, la m¨¢s insolidaria que se ha propuesto nunca. Es una manera de decir: el que se quiera suicidar, que se suicide, lo que yo no quiero es que a m¨ª me roben el bolso. La legalizaci¨®n a lo mejor acababa con eso, pero significa condenar a muerte a miles y miles de j¨®venes, que se inician en la droga en momentos dif¨ªciles que todo el mundo puede tener en su vida. Si la droga estuviera al alcance de cualquiera, el n¨²mero de drogadictos aumentar¨ªa much¨ªsimo, y los estar¨ªamos condenando a muerte.
P. ?C¨®mo definir¨ªa la actuaci¨®n pol¨ªtica del presidente Leguina?
R. Sumisi¨®n respecto a la Administraci¨®n central, celos respecto al Ayuntamiento y -la responsabilidad m¨¢xima- dependencia de IU. Se ha convertido en una marioneta de Izquierda Unida. Anunci¨® un presupuesto restrictivo, pero IU le oblig¨® a rectificar. Incluso Isabel Vilallonga (diputada de IU) le exigi¨® que se bajase el sueldo y a los tres d¨ªas, sumisa y d¨®cilmente, aparec¨ªa Joaqu¨ªn Leguina a decir que ¨¦l se congelaba el sueldo. Con tal de permanecer en el poder, no ha dudado en entregar el poder. Creo que es una burla al electorado: el PP gan¨® las elecciones, pero el pacto PSOE-IU les dio el gobierno regional. Y resulta que gobierna el partido m¨¢s minoritario de las minor¨ªas.
P. ?Y los consejeros?
R. Algunos lo hacen bien, y hay otros que lo hacen rematadamente mal.
P. ?Qui¨¦nes lo hacen bien?
R. Si los cito, les estar¨¦ condenando al cese.
P. Insisto.
R. Si insiste... La Consejer¨ªa de Transportes es un fracaso. Sus consecuencias van a ser que no se haga el tren a San Sebasti¨¢n de los Reyes, que no se hagan carreteras y suba el precio del autob¨²s y el metro. Pero, por ejemplo, en la Consejer¨ªa de Salud se ha hecho uno de los esfuerzos m¨¢s importantes. Espero que esto no le cueste el puesto a Pedro Sabando.
P. El mismo d¨ªa en que Aznar presentaba su programa para bajar los impuestos, el alcalde de Madrid los sub¨ªa. ?No es desmoralizante?
R. Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano ha explicado que los impuestos de Madrid est¨¢n t¨¦cnicamente congelados, y no suben por encima del IPC. Se ha creado una falsa realidad. Madrid es la ciudad de toda Espa?a que tiene los tipos m¨¢s bajos. Pagamos menos que si vivi¨¦semos en Barcelona o en Bilbao.
P. Pero Madrid tiene los valores catastrales m¨¢s altos.
R. Y qui¨¦n los fija? El Estado.
P. Bueno, el valor que fija el Estado y el tipo que le aplica luego el Ayuntamiento van a parar finalmente, los dos juntos, a las arcas municipales, ?no?
R. Hemos hecho los tipos m¨¢s bajos de todas las capitales de provincia. Ah¨ª se demuestra que quien sube la presi¨®n fiscal no es el Ayuntamiento. Nosotros hemos solicitado la congelaci¨®n de los valores catastrales. Mientras los impuestos municipales suban por debajo del IPC, insisto, creo que se puede hablar de congelaci¨®n t¨¦cnica. En cualquier caso, en Madrid se pagan menos impuestos que en Barcelona o cualquier otra ciudad.
P. ?Est¨¢ de acuerdo con Jordi Pujol en que se ceda a las autonom¨ªas un 15% del IRPF?
R. S¨ª. No puede ser que haya instituciones que gastan pero no recaudan. Las comunidades est¨¢n empezando a aplicar pol¨ªticas que no pueden ser consideradas de solidaridad: tiene que haber mecanismos de compensaci¨®n para invertir en infraestructuras, en carreteras, pero no se puede aplicar luego ese dinero a una televisi¨®n auton¨®mica, para que la paguen todos los espa?oles, o a la normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica. Es leg¨ªtimo y razonable que los catalanes dediquen mucho dinero a la normalizaci¨®n, no lo critico, pero es de inter¨¦s de esa comunidad aut¨®noma y tiene que correr con cargo a sus presupuestos.
P. Un juzgado investiga el fraude del voto por correo cometido en sufragios gestionados por su partido. ?Han hecho ustedes alguna investigaci¨®n interna?
R. S¨ª, y todos los datos se aportaron al procedimiento judicial. Y sal¨ªa todo conforme a la legalidad. Y es evidente que en ning¨²n momento se quebr¨® la voluntad del votante. Que no se cumplieran todos los tr¨¢mites, puede ser. Que se anulen entonces esos votos. Pero no hubo quiebra de la voluntad del elector.
P. Pues entonces algunos electores han cometido falso testimonio.
R. Yo lo que digo es que no conozco a nadie en el PP que haya hecho semejante cosa. Intelectualmente me repugna esa posibilidad. Y si alguien lo hubiese hecho, el primero en censurarlo ser¨ªa yo.
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