13 y martes
El autor responde al socialista Alfredo Tejero, ex concejal de Hacienda, quien sosten¨ªa que los tributos locales de Madrid han elevado la presi¨®n fiscal de una forma desconocida en los ¨²ltimos 10 a?os sobre las empresas de nueva creaci¨®n.
El 13 y martes -d¨ªa aciago para los supersticiosos- me encuentro en EL PA?S con un art¨ªculo que por su significativo t¨ªtulo atrajo mi atenci¨®n: Una pol¨ªtica fiscal contra el desarrollo m¨¢drile?o. Su contenido me hizo ver r¨¢pidamente el desvar¨ªo de su autor, la incoherencia de su disposici¨®n y la frivolidad de su argumento. El negro d¨ªa se hab¨ªa cobrado, su primera v¨ªctima. Su lectura me hizo pensar que el autor iba a criticar la pol¨ªtica fiscal del Gobierno, ya que cualquiera sabe que solamente los tributos del Estado pueden servir como aut¨¦nticos instrumentos de pol¨ªtica econ¨®mica y fiscal, y que los tributos locales, s¨®lo en muy peque?a medida, pueden servir para coadyuvar o corregir los desequilibrios de un sistema fiscal general. Lo contrario producir¨ªa movimientos indeseables de personas y capitales de un municipio a otro.Entre los impuestos que integran el sistema tributario local surgido de la nueva ley elaborada por el Gobierno socialista, el m¨¢s desafortunado es, sin duda, el impuesto sobre actividades econ¨®micas. Desde todas las instancias del Partido Popular (PP) y desde el Ayuntamiento de Madrid se ha solicitado reiteradamente al Gobierno la suspensi¨®n de su entrada en vigor porque efectuaba un reparto asim¨¦trico de la carga tributaria, porque entendemos que era susceptible de perfeccionamiento y porque era imperativa su articulaci¨®n con el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas y sociedades, mediante la oportuna deducci¨®n en la cuota de dichos impuestos, y todo ello sin olvidar la infraestructura necesaria no s¨®lo para facilitar al ciudadano el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, sino para que la Hacienda estatal pudiera elaborar un censo del impuesto que alcanzara a la. totalidad de los contribuyentes de los impuestos que sustituye, no d¨¢ndose desprop¨®sitos tan importantes como que el censo de Madrid elaborado por el Ministerio de Hacienda s¨®lo alcanza al 50% del total.
Una falacia
La pretendida neutralidad del IAE es una falacia, ya que reparte la carga tributaria de forma absolutamente desigual, benefici¨¢ndose algunos sectores de producci¨®n, normalmente aquellos en que se produce una mayor acumulaci¨®n de capital financiero, en detrimento de otros, y especialmente perjudicados resultan los profesionales.
De esta fuerte subida de cuotas para unos contribuyentes y la disminuci¨®n para otros no es responsable el Ayuntamiento de Madrid, sino que hay que buscarlo en los aleda?os de la calle de Alcal¨¢. El impuesto sobre actividades econ¨®micas es as¨ª -como dir¨ªa Italo Calvino- la historia de un desprop¨®sito rampante.
Por otra parte, resulta sorprendente que personas o sectores que carecen de autoritas por su historia reciente y que defienden postulados socialdem¨®cratas intoxiquen a la opini¨®n p¨²blica por la actualizaci¨®n del tipo impositivo del IBI conforme al IPC en un 7% para el a?o 1993. Sobre todo si te nemos en cuenta que el partido so cialista, durante los a?os 1983 a 1986, subi¨® la contribuci¨®n territorial urbana un 134,95%, voracidad recaudatoria a la que tuvieron que poner fin por una parte el Tribunal Constitucional y por otra el voto de la mayor¨ªa de los madrile?os. Madrid sigue teniendo el tipo impositivo de IBI m¨¢s bajo de todas las ciudades: el 0,46% para 1993, y si sirve de consuelo, ah¨ª van algunos datos: Barcelona, el 0,86%; Sevilla, el 0,78%; Bilbao, el 0,84%; Getafe, el 0,93%; Aran juez, el 0,95%.
El autor del art¨ªculo, viejo conocido de los sufridos contribuyentes madrile?os, por su voracidad recaudatoria, deb¨ªa conocer la influencia real de los diversos tributos, estatales y locales, para articular una pol¨ªtica fiscal, y lo l¨®gico ser¨ªa que, en lugar de sacar a la luz p¨²blica los atropellados criterios que esboza, hubiese, empezado por entonar un mea culpa. Tendr¨ªa que haber reconvenido a sus compa?eros en el Gobierno de la naci¨®n por haber reducido nuestra renta disponible con la subida retroactiva de las tarifas del IRPF, por haber subido el IVA un 16% y los impuestos especiales, como el de la cerveza, en m¨¢s de un 100%. Estas medidas s¨ª que demuestran la inexistencia de una pol¨ªtica fiscal por parte del Gobierno, y que tienen como exclusivo fin el incrementar el nivel de ingresos del Estado para hacer frente a sus gastos consuntivos, logrando, adem¨¢s, cercenar el desarrollo econ¨®mico. Podemos a?adir el traspaso a las empresas del pa¨ªs del coste de la incapacidad laboral transitoria y el ajuste que a trav¨¦s de la Ley General de Presupuestos del Estado recaiga sobre los sueldos de los funcionarios.
Madrid es la Cenicienta, la Malquerida, la gran abandonada del Estado y de su comunidad aut¨®noma. A los madrile?os, contribuyentes netos del Estado, el Gobierno ni siquiera le paga lo que es exigencia legal, su participaci¨®n en los tributos del Estado, adeud¨¢ndonos en la actualidad cerca de 20.000 millones. Parece que el Gobierno del Estado y el de la comunidad tratan de impedir que Madrid funcione.
Es parad¨®jico que se nos acuse de realizar una pol¨ªtica fiscal contra el desarrollo madrile?o, y que lo hagan precisamente los socialistas, culpables ¨²nicos de elevar la presi¨®n fiscal y de hacerlo de manera injusta y antisocial. El Partido Popular, en el Ayuntamiento, seguir¨¢ instando al Gobierno para que modifique el sistema fiscal general y el local en particular, que es incapaz de garantizar la suficiencia financiera de las corporaciones locales.
Al se?or Tejero, antiguo concejal de Hacienda, le ruego que, en lugar de confundir a los madrile?os, se dedique a defenderlos y le exija al Gobierno que pague al Ayuntamiento lo que le debe, que establezca un sistema. tributario local m¨¢s justo y que, junto con la comunidad aut¨®noma, coopere con el Ayuntamiento, destinando una parte de lo que pagamos los madrile?os a superar las deficiencias estructurales que padecemos. Este trato, que Madrid no merece, ha sido fruto, hist¨®ricamente, de una "culpabilidad mesocr¨¢tica", y, hoy, de unas decisiones de gasto p¨²blico que dependen de los sectores dominantes del PSOE.
es concejal de Hacienda de Madrid.
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