El Rey defiende la convivencia de las lenguas "sin imposiciones ni violencia"
La Academia pide a los pol¨ªticos que no usen el idioma como agente de perturbaci¨®n
"Convivir no es tolerarse, sino integrarse, dando y recibiendo lo mejor de cada uno, sin imposiciones ni violencia", dijo ayer el rey Juan Carlos en San Mill¨¢n de la Cogolla (La Rioja), en cuyo monasterio se escribieron hace mil a?os las primeras palabras en castellano y en euskera. Y todas las lenguas "conviven normalmente en esta Espa?a unida en una sola monarqu¨ªa, que asume la variedad con naturalidad y con orgullo", a?adi¨® el Rey durante un acto cultural de homenaje a la lengua cuyo inter¨¦s pol¨ªtico estuvo en la presencia de 14 presidentes de comunidades aut¨®nomas, entre ellos los de las biling¨¹es, salvo Manuel Fraga, de viaje por M¨¦xico.
El director de la Real Academia Espa?ola, Fernando L¨¢zaro Carreter, pidi¨® a los pol¨ªticos que allanen el camino "hacia la desactivaci¨®n de ese poderoso agente de perturbaci¨®n que pueden ser las lenguas".El Gobierno de La Rioja dispuso un microb¨²s en el que los presidentes auton¨®micos se trasladaron desde Logro?o hasta el Monasterio de Yuso, en San Mill¨¢n de la Cogolla, viaje que se convirti¨® en excursi¨®n gracias a la ma?ana soleada en la que destacaban los amarillos y rojos de los chopos y vi?edos.
Los Reyes, que llegaron en coche desde el aeropuerto de Vitoria, fueron recibidos en el monasterio por el presidente de La Rioja, Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez S¨¢enz, que les entreg¨® el primer facs¨ªmile de las Glosas emilianenses, anotaciones en lat¨ªn, romance o vasco escritas alrededor del siglo XI y que constituyen los primeros testimonios documentados del primitivo romance castellano (que prefigura lo que ser¨ªa el espa?ol) y del euskera.
El Rey hizo referencia tanto a las glosas como a Gonzalo de Berceo, natural del pueblo del mismo nombre cercano al monasterio. "La vocaci¨®n universal que adorna nuestra, lengua", dijo, "no excluye, sino que reconoce y valora sin esfuerzo, las de todas las lenguas que hablan los espa?oles, cuya diversidad nos enriquece y es parte de nuestro patrimonio cultural, como acertadamente dice la Constituci¨®n".
El director de la Real Academia Espa?ola, Fernando L¨¢zaro Carreter, pronunci¨® un erudito discurso con referencias hist¨®ricas y literarias para demostrar que la intimidad y convivencia entre las lenguas de Espa?a fue natural durante siglos; desde el di¨¢logo entre castellano y euskera que se produjo en San Mill¨¢n como prueban las glosas, hasta la predilecci¨®n por los juglares gallegos que manifiesta en el siglo XIII el rey Castellano Fernando III.
L¨¢zaro Carreter cit¨® el Quijote como constataci¨®n literaria m¨¢xima de la convivencia pac¨ªfica entre las lenguas en aquellos siglos. "El caballero y el escudero", dijo el acad¨¦mico, "ya atravesado Arag¨®n y habiendo llegado cerca de Barcelona, son asaltados por los bandoleros catalanes y gascones de Roque Guinart. ?stos, dice el libro, 'les rodearon dici¨¦ndoles en lengua catalana que estuviesen quedos, y se detuviesen hasta que llegase su capit¨¢n'. Consta que los asaltados entendieron muy bien, porque bien quedos permanecieron mientras los expoliaban pero, tanto los forajidos como luego su jefe, siguen dialogando con los manchegos, sin que ya se diga en qu¨¦ idioma conversan".
En otras novelas del siglo XVII, cuya acci¨®n transcurre en Barcelona, tampoco existen los conflictos idiom¨¢ticos, seg¨²n L¨¢zaro Carreter, para quien "esa naturalidad se quebr¨® al imponer el poder pol¨ªtico la idea francesa de la lengua ¨²nica y central. A partir de entonces, el di¨¢logo ya sufri¨® contratiempos, interrupciones y enfados. Fue creciendo la sensaci¨®n real de diglosia, es decir, de opresi¨®n de una lengua por otra".
"Surge la cuesti¨®n idiom¨¢tica", dijo L¨¢zaro Carreter, "es decir, el recelo mutuo, con caracteres reivindicativos que recibir¨¢n una tonalidad vibrante a partir del Romanticismo. Las lenguas se convierten en banderas de doctrinas y movimientos pol¨ªticos, y los intentos represores que se suceden -bien cerca tenemos el ¨²ltimo- no hacen m¨¢s que agravar la disensi¨®n. La larga paz deja paso a una situaci¨®n inquieta que llega hasta hoy".
"S¨®lo el reconocimiento jur¨ªdico pleno de las lenguas espa?olas que la democracia ha estatuido", dijo L¨¢zaro Carreter, "un uso razonable de ese derecho a la libertad, que debe ser respetada por y para todos sin la menor voluntad de diglosia, y gestos de concordia idiom¨¢tica que contagien a los ciudadanos, como es, sin duda, esta reuni¨®n de los dirigentes de las comunidades de Espa?a, bajo la prudente autoridad del Rey, puede allanar el camino hacia la distensi¨®n, hacia la desactivaci¨®n de ese poderoso agente de perturbaci¨®n que pueden ser las lenguas, para convertirlo en sustento firme de armon¨ªa, con la cual, la naci¨®n com¨²n multiplique las fuerzas".
Babelia
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