La 'guerra' entre los 'tories' brit¨¢nicos se acent¨²a ante el debate sobre Maastricht
Las encuestas preelectorales, que predec¨ªan un Gobierno en Minor¨ªa para el Reino Unido, no andaban tan erradas como pudo parecer. El primer ministro John Major obtuvo una mayor¨ªa absoluta s¨®lo te¨®rica en las ¨²ltimas elecciones generales. En la pr¨¢ctica, est¨¢ gobernando gracias a algo parecido a una coalici¨®n inestable de dos grupos con el mismo nombre, Partido Conservador, cuyas ideolog¨ªas son muy distintas: uno de ellos es moderado y procomunitario, y el otro es derechista y antieuropeo.
Las divergencias entre los dos bandos tories se han exacerbado de tal forma ante la votaci¨®n sobre el Tratado de Maastricht que s¨®lo la victoria definitiva de uno sobre otro puede resolver la crisis pol¨ªtica brit¨¢nica.La batalla de Maastricht dirimir¨¢ qui¨¦n representa al aut¨¦ntico Partido Conservador: si la minoritaria ala derecha y ultranacionalista, identificada con el thatcherismo, o el ala centrista y procomunitaria.
La divisi¨®n ya es demasiado obvia como para mantener una cohabitaci¨®n razonable. Unos y otros aceptan que el Partido Conservador est¨¢ en plena guerra civil y que no habr¨¢ paz posible sin la rendici¨®n de uno de los bandos.
"La inmensa mayor¨ªa de los tories moderados empieza a estar asqueada y harta de esa minor¨ªa vociferante de derechistas exc¨¦ntricos que a¨²n lloran la ca¨ªda de Margaret Thatcher", dijo ayer el procomunitario Hugh Dykes.
Sir Michael Grylls, uno de los patriarcas del partido, coincidi¨® con Dykes al se?alar que "las acciones de un 10% de nuestros parlamentarios est¨¢n llevando al pa¨ªs hacia la ingobernabilidad".
Pero la minor¨ªa thatcherista no est¨¢ dispuesta a ceder. Un 10% del grupo parlamentario supone exactamente 33 esca?os, dos m¨¢s de los necesarios para derrotar al Gobierno -si los laboristas votan no- en la ratificaci¨®n de Maastricht.
Un cabecilla rebelde
Ayer, sir George Gardiner, uno de los cabecillas rebeldes, lanz¨® una nueva amenaza contra Major, con una dureza ins¨®lita. "No queremos que la situaci¨®n se complique a¨²n m¨¢s, y nuestro consejo a John Major es el siguiente: 'Por favor, d¨¦ marcha atr¨¢s [respecto a Maastricht] y, por favor, deje de intimidar al partido con esas est¨²pidas e incongruentes amenazas de dimisi¨®n y disoluci¨®n del Parlamento", dijo sir George Gardiner.
Puntos de vista
El primer ministro Major est¨¢ decidido a imponer sus puntos de vista, coincidentes con los de la mayor¨ªa del partido, sobre los de la minor¨ªa levantisca. Y la ¨²nica forma de hacerlo consiste en propiciar un choque frontal.
De ah¨ª la importancia que concede a la votaci¨®n del pr¨®ximo 4 de noviembre, en el debate previo a la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht.
Con sus amenazas de dimisi¨®n, John Major espera atraer hacia su campo a unos cuantos rebeldes, los justos para asegurarse la mayor¨ªa y demostrar a los thatcheristas (que se pavonean sobre su creciente fuerza) que ya no cuentan en el partido y no pueden seguir chantajeando al Gobierno.
John Major no quiere poner en peligro el Tratado de Maastricht, que ¨¦l considera fundamental para el futuro del Reino Unido, por una querella partidaria. Por eso plantea el desaf¨ªo en una votaci¨®n sin influencia directa sobre la supervivencia del tratado. Si es derrotado, John Major quedar¨¢ maltrecho, deber¨¢ someterse al d¨ªa siguiente a una moci¨®n de confianza y los thatcheristas cantar¨¢n victoria. Pero el tratado seguir¨¢, legalmente, entero y sin mella.
El primer ministro reiter¨® ayer en el Parlamento que el Reino Unido necesita aprobar el Tratado de Maastricht, y acus¨® a los laboristas -que acarician la idea de votar no el d¨ªa 4- de poner en peligro el futuro brit¨¢nico por intereses partidistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.