El enfoque econ¨®mico del comportamiento humano
En este texto analiza su autor el modelo econ¨®mico del Premio Nobel de Econom¨ªa 1992, Gary S. Becker, profesor de la Universidad de Chicago, la originalidad de su pensamiento y su influencia en otros economistas.
Explicar aspectos del comportamiento humano Individual en el seno de una unidad de decisi¨®n como la familia, con independencia del n¨²mero de componentes y sus dedicaciones al trabajo remunerado o las tareas dom¨¦sticas, utilizando el an¨¢lisis econ¨®mico, es decir, el an¨¢lisis coste-beneficio o esfuerzo-rendimiento, en t¨¦rminos de los usos alternativos de nuestro recurso b¨¢sico por excelencia, el tiempo, le ha sido reconocido a Gary S. Becker (Universidad de Chicago) con el Premio Nobel de Econom¨ªa de 1992. Es el m¨¢s joven de una fant¨¢stica serie de economistas neocl¨¢sicos que, tras el par¨¦ntesis keynesiano, configuran todo un cuerpo de doctrina en econom¨ªa; nombres como F. Knight, J. Viner, R. Coase, H. Dernsetz, G. Stigler, T. W. Schultz y M. Friedman avalan esta afirmaci¨®n (la pl¨¦yade de premios Nobel de Econom¨ªa de la Universidad de Chicago es tan impresionante como la valent¨ªa de la Academia Sueca al otorgar dos a?os consecutivos el galard¨®n a economistas de la misma escuela).Mediada la d¨¦cada de los sesenta, el planteamiento de Becker result¨® novedoso debido a que entre la profesi¨®n se hab¨ªan casi olvidado las viejas definiciones de econom¨ªa y la potencialidad de sus instrumentos de an¨¢lisis, limitando el campo de estudio microecon¨®mico al comportamiento de dos agentes en el mercado, el consumidor individual por el lado de la demanda y la empresa por el de la oferta. Los economistas neocl¨¢sicos ve¨ªan la mano invisible de Smith en el comportamiento de los agentes econ¨®micos que ten¨ªa lugar en el sector monetizado de la econom¨ªa. Demasiada sordera y miop¨ªa, ya que el sonido y los destellos de las monedas no pueden amortiguarse ni atenuarse cuando se lleva a cabo una transacci¨®n en el mercado. ?C¨®mo captar, sin embargo, toda la serie de continuos apretones de manos que de manera invisible se producen tanto dentro como fuera del mercado? En otras palabras, ?c¨®mo analizar toda una serie de comportamientos humanos que escapan a la pura medici¨®n monetaria?
La econom¨ªa, esencialmente, es -aunque a veces parezca in¨²til recordarlo- una ciencia social. Si los economistas mantenemos esta opini¨®n, entonces la econom¨ªa tiene algo que decir sobre los comportamientos sociales de las unidades b¨¢sicas de decisi¨®n, y, por consiguiente, su an¨¢lisis es competitivo con el" otras disciplinas. La Academia viene reconociendo con este galard¨®n la potencialidad del an¨¢lisis econ¨®mico no s¨®lo en la explicaci¨®n del funcionamiento del mercado, sino tambi¨¦n de las actividades que los seres humanos desarrollan fuera del mismo. El planteamiento de Becker es extremadamente sencillo. Se trata de aplicar la racionalidad que se supone al individuo en su comportamiento en el mercado a todo el resto de actividades que desempe?a como ser humano.
M¨¦ritos
El m¨¦rito de Becker no reside tanto en la calidad de sus modelos econ¨®micos -que, l¨®gicamente, es de primera fila- como en el tipo de enfoque y su influencia sobre el colectivo de economistas. Tan s¨®lo a partir de la publicaci¨®n de su trabajo pionero Una teor¨ªa de la asignaci¨®n del tiempo (1965), y sus estudios sobre el matrimonio y el divorcio, el crimen, la discriminaci¨®n, el altruismo, la fecundidad, las interacciones sociales, la familia y el papel del Estado, los economistas hemos comenzado a utilizar de forma expl¨ªcita el razonamiento econ¨®mico en el an¨¢lisis de comportamientos humanos tan amplios como los descritos, llevados a cabo fuera del mercado y del sector monetario de la econom¨ªa, y que hasta esa ¨¦poca se basaban en razonamientos puramente sociol¨®gicos o antropol¨®gicos, cuando no en concepciones cargadas de ideolog¨ªa.
Es por esto que el premio Nobel de Econom¨ªa de 1992 supone una especie de certificado m¨¦dico en el que la Academia reconoce la extinci¨®n de la esquizofrenia econ¨®mica que denunci¨® A. Caimcross en 1958, aludiendo a la dicotom¨ªa que los economistas impon¨ªan entre las actividades de consumo y producci¨®n. Becker utiliza la idea de que el consumo resulta ser una actividad productiva llevada a cabo fuera del mercado que convierte al hogar en una especie de peque?a f¨¢brica que controla y combina sus recursos materiales y humanos para obtener una serie de bienes dom¨¦sticos con las caracter¨ªsticas deseadas cuyo consumo constituye el objetivo final del hogar. De hecho, su enfoque econ¨®mico de comportamiento humano analiza la conducta de seg¨²n sus palabras, "la organizaci¨®n m¨¢s importante a lo largo de la historia, en todas las sociedades humanas: la familia". La culminaci¨®n de sus trabajos en este terreno dio lugar a la aparici¨®n de su libro Tratado sobre la familia (Madrid, Alianza, 1987), en donde se presentan modelos de comportamiento relativos a la divisi¨®n del trabajo en el hogar, las decisiones de tener hijos, despu¨¦s la decisi¨®n de educarlos y dotarlos de herencias, el altruismo y el ego¨ªsmo en la familia, las oportunidades de los hijos y la desigualdad intergeneracional, entre otros.
Nueva l¨ªnea
Uno de los usos m¨¢s importantes que el individuo puede dar a su tiempo y recursos monetarios disponibles es el de invertirlos en s¨ª mismo para aumentar su capacidad productiva. En este t¨¦rmino, Becker -de la mano de Schultz- public¨® en 1964 un libro clave, titulado El capital humano (Madrid, Alianza, 1983), con el que se formaliz¨® una nueva l¨ªnea de investigaci¨®n en econom¨ªa: las inversiones particulares y de la sociedad en el capital humano de los individuos en forma de educaci¨®n, determinadas por el correspondiente an¨¢lisis de sus costes y beneficios privados y sociales. El n¨²cleo de su planteamiento es, nuevamente, muy simple, pero de gran potencia explicativa. Los dos componentes del gasto en educaci¨®n, privado y social, tienen car¨¢cter de inversiones en capital humano, ya que el individuo que toma la decisi¨®n de invertir en s¨ª mismo o recibe la inversi¨®n obtendr¨¢, al igual que la sociedad, un rendimiento futuro de car¨¢cter monetario y no monetario.
En las sociedades desarrolladas el proceso de inversi¨®n en capital humano ha alcanzado una generalidad y unas cotas muy elevadas, con la consiguiente contribuci¨®n al crecimiento econ¨®mico global y al aumento del valor del tiempo de los individuos. Este incremento en el coste de oportunidad del tiempo, que supone un cambio hist¨®rico de precios relativos entre recursos humanos y materiales, ha provocado un cambio en las pautas de conducta de, por ejemplo, la participaci¨®n laboral de las mujeres y el n¨²mero y calidad de los hijos en la familia, as¨ª como en la tradicional distribuci¨®n de tareas de sus componentes. En Espa?a, el impulsor de toda una serie de estudios que, utilizando el enfoque de la denominada econom¨ªa de la familia, han abordado los problemas del descenso de la natalidad y del aumento de la oferta de trabajo femenina fue el profesor Jos¨¦ Vergara, quien, adem¨¢s de crear esta fruct¨ªfera l¨ªnea de investigaci¨®n, impuls¨® la difusi¨®n de los planteamientos de Becker en nuestro pa¨ªs mediante su docencia en la Universidad y el trabajo editorial, gracias al cual los estudiantes de econom¨ªa disponen hoy en castellano de dos libros de Becker fundamentales en el an¨¢lisis microecon¨®mico moderno.
Becker encabez¨® el pr¨®logo de su libro The economic approach to human behavior con una definici¨®n de econom¨ªa prestada por G. Bernard Shaw: "Econom¨ªa es el arte de sacarle a la vida el mayor partido posible". Un economista que realice esta declaraci¨®n de, principios no puede por menos, en estos tiempos, que despertar una mueca de complicidad o una sonrisa de envidia que, como ¨¦l se ocupa de demostrar, es un comportamiento condenado al fracaso. En efecto, el m¨¢s famoso teorema enunciado por Becker, denominado Teorema del ni?o malvado, rememorando los distintos comportamientos de las hijas del rey Lear, tiene un sorprendente corolario sobre el comportamiento humano; el envidioso se. comporta por puro ego¨ªsmo como un altruista y ayuda a quienes envidia.
es profesor titular del departamento de an¨¢lisis econ¨®mico de la Universidad de Valencia.
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