El Parlamento Europeo aprueba la mayor zona de libre comercio del mundo
El Parlamento Europeo aprob¨® ayer el Acuerdo sobre el Espacio Econ¨®mico Europeo (EEE), firmado entre la Comunidad Europea (CE) y los siete pa¨ªses de la Asociaci¨®n Europea de Libre Comercio (EFTA) por el que se constituye la mayor zona de libre comercio del mundo, con 380 millones de ciudadanos. El dictamen conforme obtuvo una amplia mayor¨ªa (351 votos de 384), aunque no ha sido f¨¢cil para un Parlamento receloso ante su poca participaci¨®n en la gestaci¨®n del "tratado m¨¢s importante firmado hasta ahora por la CE con pa¨ªses terceros" seg¨²n palabras del comisario europeo Frans Andriessen.
Espa?a condiciona su aprobaci¨®n a la ratificaci¨®n de Maastricht y a la obtenci¨®n de los fondos de cohesi¨®n, dentro del paquete de previsiones financieras para los pr¨®ximos cinco a?os.El EEE tiene todav¨ªa un largo camino que recorrer antes de convertirse en una realidad. Primero deber¨¢ ser ratificado por los siete miembros de la EFTA (dos de ellos, Austria y Noruega, ya lo han hecho) y por los parlamentos- nacionales de los Doce. Varios gobiernos, Espa?a entre otros, han indicado que el acuerdo sobre el EEE, en la medida en que significa un paso decisivo en la ampliaci¨®n de la CE, no entrar¨¢ en sus parlamentos antes de la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht y de la aprobaci¨®n de las perspectivas presupuestarias para los a?os 1993-1997 o paquete Delors II, en el que se incluyen los fondos de cohesi¨®n.
Los siete pa¨ªses de la EFTA (Austria, Noruega, Suiza, Suecia, Finlandia, Islandia y Liechtenstein) deber¨¢n proceder a partir de entonces a la transposici¨®n de la normativa comunitaria a sus legislaciones, entre las que se encuentran m¨¢s de 800 directrices s¨®lo sobre libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas. La pesca y la agricultura quedan excluidas.
?rganos comunes
Deber¨¢ crearse tambi¨¦n un conjunto de ¨®rganos comunes destinados a regir el EEE: un Consejo del EEE, un Comit¨¦ Parlamentario Mixto, un Comit¨¦ Consultivo formado por los interlocutores sociales de la CE y de la EFTA, y un Comit¨¦ Mixto. Queda claro as¨ª que el EEE, que ampl¨ªa una parte sustancial del Mercado ¨²nico del 1 de enero de 1993 a 19 pa¨ªses, tardar¨¢ todav¨ªa bastante tiempo en ser una realidad, y que la fecha m¨¢gica del primer d¨ªa del a?o pr¨®ximo ser¨¢ rebasada ampliamente.
El Parlamento ha reivindicado sus poderes en el futuro desarrollo del Espacio Econ¨®mico Europeo, y principalmente ante la nueva estructura organizativa,y ha recibido garant¨ªas de que no se producir¨¢n modificaciones sin su aprobaci¨®n previa. El acuerdo inicial "otorgaba m¨¢s poderes a los pa¨ªses de la EFTA que al propio Parlamento Europeo", aseguraron fuentes de la c¨¢mara. Lo mismo sucedi¨® con el Tribunal Europeo, que exigi¨® la revisi¨®n del Tratado y reivindic¨® el papel central del Derecho Comunitario y de sus competencias como ¨®rgano m¨¢ximo de jurisprudencia europea.
Disoluci¨®n de la Comunidad
Parte de los eurodiputados tem¨ªan que la creaci¨®n del EEE significara la disoluci¨®n de la Comunidad en la Asociaci¨®n de Libre Comercio, proyecto que en realidad est¨¢ en los or¨ªgenes de la propia EFTA como alternativa librecambista liderada por el Reino Unido frente a una CE m¨¢s pol¨ªtica y federalista liderada por Alemania y Francia. El bloqueo del EEE, en tanto no se despeje el camino de la Uni¨®n Europea, ser¨¢ la estrategia que seguir¨¢n los pa¨ªses que desean impedir una relectura de Maastricht tendente a diluir la Comunidad.
El retraso en la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht, la lentitud del debate sobre las dotaciones financieras del paquete Delors II y las primeras escaramuzas entre el Consejo de Ministros y Parlamento sobre el presupuesto de 1993, permiten pensar que el fin de la presidencia brit¨¢nica puede culminar a finales de a?o en un cuello de botella en el que la Comunidad tiene el riesgo de quedar totalmente atascada: todav¨ªa sin Maastricht, sin perspectivas financieras, con un presupuesto para 1993 prolongado sobre las doceavas partes del de 1992 y con el EEE tambi¨¦n en el aire.
El EEE no implicar¨¢ la desaparici¨®n de los controles aduaneros y fronterizos entre los Siete y la CE, aunque las cuatro libertades previstas en el Acta ¨²nica (sobre circulaci¨®n de mercanc¨ªas, personas, servicios y capitales) ser¨¢n efectivas en la nueva entidad. Se trata, seg¨²n el informe parlamentario, de "una zona de libre comercio ampliada y no de una real uni¨®n aduanera".
La elaboraci¨®n del acuerdo, realizada en paralelo con el Tratado de Maastricht, est¨¢ perfectamente engarzada en la construcci¨®n comunitaria. Si por un lado es un paso hacia la ampliaci¨®n de la CE y agrupa precisamente a los pa¨ªses mejor situados, por el otro tambi¨¦n incluye en el texto del propio acuerdo el compromiso de los Siete de contribuir a la cohesi¨®n econ¨®mica y social.
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