Una maravillosa m¨¢quina
En esta secci¨®n, el 25 de octubre, don Francisco Alvarado Lozano dice: "El coche es el enemigo p¨²blico n¨²mero 1". Cierta la mayor parte de cuantos alegatos escribe para basar su rotunda conclusi¨®n, mas no cuando afirma que "tanto la Administraci¨®n central como las auton¨®micas o locales invierten gran parte de nuestro escaso presupuesto en hacerle la vida m¨¢s c¨®moda, otorg¨¢ndole m¨¢s espacio y capacidad de destrucci¨®n", porque apenas recibe de los impuestos que le gravan y riqueza que genera; ni es cierto que sea "el mayor culpable del d¨¦ficit exterior en nuestra balanza de pagos", como afirma tambi¨¦n.Sus alegatos no tendr¨ªan fundamento si cuando sab¨ªamos que vendr¨ªa el autom¨®vil hubi¨¦ramos preparado la infraestructura para recibirlo, como la mam¨¢ que espera su beb¨¦ dispone antes la ropita, la cunita, el cochecito y tantas cosas como necesitar¨¢ el reci¨¦n llegado.
Hemos sido tan inconscientes que hemos montado f¨¢bricas para producir miles de autom¨®viles, y, en lugar de hacer antes autopistas, construimos carreteras, estadios, palacios de deportes, edificios p¨²blicos y de viviendas, y hasta barrios enteros, como la Concepci¨®n, el Pilar, Arg¨¹elles y tantos otros rodeando Madrid, sin garajes y aparcamientos en sus propios terrenos, no sobre o bajo calles y plazas de la ciudad, ignorando que vivimos en la era del autom¨®vil, pese a quien pese.
El autom¨®vil, se?or Alvarado Lozano, es, una maravillosa m¨¢quina inerte de gran utilidad. El hombre, al ponerla en movimiento, es responsable de sus acciones y culpable de su agresividad si la hubiere, no el autom¨®vil.
En el mundo hay muchos pa¨ªses que no van en autom¨®vil, por eso no pueden avanzar; sus hombres a¨²n van descalzos. Pero, sin salir de nuestro pa¨ªs, encontrar¨¢ pueblos y hasta alguna ciudad donde el autom¨®vil no le impedir¨¢ cruzar una calle cuando lo desee.-
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