Inglaterra empieza a acostumbrarse a los 'mi¨¦rcoles negros'
Inglaterra empieza a acostumbrarse a los mi¨¦rcoles negros europeos. Hace casi dos meses, la libra esterlina fue humillada y devaluada en un mi¨¦rcoles hist¨®rico. Anteayer, otro desastre: un equipo alem¨¢n medianito -alem¨¢n como el Bundesbank, record¨® alg¨²n peri¨®dico se llev¨® por delante al Sheffield Wednesday; un equipo escoc¨¦s -viejos enemigos- destroz¨® al Leeds United, y un equipo ruso de presupuesto tercermundista le dio un ba?o al orgulloso Liverpool. Conclusi¨®n: "Otro eurodesastre" calific¨® The Sun, el m¨¢s grit¨®n y antieuropeo de los diarios sensacionalistas, lo sucedido. "El orgullo futbol¨ªstico ingl¨¦s est¨¢ hecho trizas", a?ad¨ªa. Las competiciones europeas no han hecho m¨¢s que empezar, y los inventores del f¨²tbol est¨¢n ya en la cuneta.
Para el Sheffield Wednesday, un club modesto, la eliminaci¨®n puede anotarse en el apartado de los avatares previsibles. El Kaiserslautern est¨¢ muy lejos de sus mejores tiempos y viaj¨® a Sheffield diezmado por las lesiones, pero tra¨ªa del Palatinado una renta de tres goles y la c¨¦lebre obstinaci¨®n germ¨¢nica.A los alemanes les bastaron para salvar la eliminatoria y enmudecer a los poetas urbanos que hab¨ªan instalado en el estadio una pancarta gigantesca: "Llenadnos de orgullo, joded a esos alemanes tramposos". No hubo trampas ni sublimaciones sexuales. S¨®lo un 2-1 (33 global) y una eliminaci¨®n digna para los ingleses.
Para el Liverpool, el asunto fue peor. No s¨®lo perdieron 0-2 con el Spartak de Mosc¨², sino que sufrieron la mayor goleada global encajada nunca en una eliminatoria europea (2-6 en total) y quedaron en mantillas para futuras competiciones continentales, con cuatro sancionados: su viejo y exc¨¦ntrico portero Grobbelaar, expulsado en Mosc¨² y responsable del 4-2 encajado en Rusia; el entrenador, Graham Souness, castigado con cinco partidos por insultar al ¨¢rbitro en Mosc¨²; Stewart, expulsado tambi¨¦n en Mosc¨², y Marsh, expulsado el mi¨¦rcoles.Asunto desastroso
Para el Leeds United, el asunto fue desastroso. Primero, porque sobre el papel era muy superior al Glasgow Rangers; segundo, porque los Rangers resultaban ser escoceses, los rivales del otro lado de la frontera, y tercero, porque el club contaba con los ingresos de la liguilla europea para sufragar la nueva tribuna que est¨¢n construyendo en Ellan Road.
El entrenador del Leeds, Howard Wilkinson, busc¨® refugio en la inexorable ley de Murphy: "Todo lo que pod¨ªa ir mal, fue mal". El Leeds jug¨® mejor, pero no marc¨® su gol hasta el final del encuentro, cuando los escoceses dispon¨ªan ya de dos.. Los contables del Leeds se mesan los cabellos pensando en qui¨¦n va a pagar ahora la tribuna.
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