Los males de la vejez
Cada vez son m¨¢s, pero no por ello lo tienen m¨¢s f¨¢cil. En la regi¨®n madrile? hay 600.000 personas mayores de 65 a?os, que disponen de s¨®lo 19.113 plazas en residencias de ancianos. Conseguir una es una aventura s¨®lo apta para ricos o pobres, siempre que lo sean de solemnidad. Cuatro mil ciudadanos est¨¢n en la lista de espera para ingresar en centros p¨²blicos y decenas de ellos se mueren sin conseguirlo. Para residir en los privados se necesita un m¨ªnimo de 90.000 pesetas al mes, si la persona se vale por s¨ª misma, o desde 150.000, en caso contrarios Hay quien llega a vender su piso para pagar una plaza, pero, cuidado, en Madrid hay 3.000 camas en residencias piratas.
Decenas de ancianos se mueren esperando plaza en una residencia p¨²blica
S¨®lo cuatro de cada 100 mayores son partidarios de acabar sus d¨ªas en una residencia, pero el objetivo resulta dif¨ªcil de cumplir para ellos. "Hay gente que se muere antes de conseguir la plaza", afirma una asistenta social del Ayuntamiento. En el Gobierno regional lo corroboran, pero nadie contabiliza esta particular estad¨ªstica de defunciones. Decenas parece una cifra cauta."A una persona mayor sin recursos le ponemos hasta la dentadura gratis, pero si es de clase media, la verdad es que no rascabola", reconoce la consejera de Integraci¨®n Social, Elena V¨¢zquez. Coincide con ella la concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, Ana Mar¨ªa Garc¨ªa Armend¨¢riz: "La angustia est¨¢ en la gente normal, que ni puede optar a plaza p¨²blica ni tiene dinero para pagar una privada".
De estas dos mujeres dependen la mayor¨ªa de los abuelos madrile?os, 360.000 entre 65 y 75 a?os y 240.000 con m¨¢s de 75 inviernos. Ambas creen que el lugar del anciano es su casa, o la de su familia. Para favorecer esta situaci¨®n funciona la ayuda domiciliaria -ahora v¨ªctima de los recortes presupuestarios-, que atiende a 6.000 personas.
Las dos ven el gran problema en el momento en que el mayor ya no se vale por sus medios o necesita cuidados que los parientes -o la cartilla de ahorros- no le pueden proporcionar. Entonces, el ingreso en una residencia p¨²blica parece la panacea.
V¨ªa crucis
Pero la panacea tiene mucho de v¨ªa crucis. O de concurso-oposici¨®n. El primer paso es hacer la solicitud para una plaza p¨²blica en las juntas de distrito municipales. La Administraci¨®n regional resuelve sobre ellas. La espera puede durar a?os: en este momento aguardan 4.000 mayores -la mitad, inv¨¢lidos-, seg¨²n la Comunidad. En 1992 han ingresado 825 personas en sus centros.
La demanda supera con creces la oferta. De las 19.113 plazas de Madrid, 6.667 son p¨²blicas -incluido Inserso- y 4.527 corresponden a centros privados sin ¨¢nimo de lucro.
Edad, pensi¨®n, familia y domicillo son los elementos para el baremo de entrada en un centro p¨²blico. "Con m¨¢s de 80.000 pesetas de pensi¨®n para una persona, desde luego hay que despedirse de plaza p¨²blica", reconoce el jefe de servicios de la tercera edad en la Comunidad, Santiago Mor¨¢n. Y tampoco es que sean gratis: los residentes deben abonar entre el 70% y el 80% de su pensi¨®n.
Las paradojas no terminan ah¨ª: resulta m¨¢s f¨¢cil lograr plaza p¨²blica si el anciano se vale por sus medios que si necesita asistencia. O sea, cuanta m¨¢s falta hacen los cuidados, m¨¢s dif¨ªcil es conseguirlos: de las plazas de la regi¨®n, s¨®lo 3.830 son asistidas (1.928 corresponden a centros privados con ¨¢nimo de lucro).
As¨ª las cosas, las 7.810 camas que ofrecen los centros privados de pago se presentan como alternativa. El mayor problema es el precio: entre las 90.000 y las 150.000 pesetas mensuales para los mayores que se valen por s¨ª La tarifa para los asistidos va de 150.000 a 300.000 pesetas al mes.
"Los precios pueden parecer elevados, pero est¨¢n en funci¨®n de los servicios que se ofrecen", puntualiza Juan Antonio Moya, presidente de la Asociaci¨®n Madrile?a de Residencias para la Tercera Edad. La ocupaci¨®n ronda el 90%. "Seis de cada 10 ingresados est¨¢n en lista de espera para centros p¨²blicos", dice.
La consejera Elena V¨¢zquez conf¨ªa en ir resolviendo la escasez con la puesta en marcha del Plan Gerontol¨®gico de la Comunidad de Madrid (el dise?ado a escala nacional qued¨® estancado por falta de presupuesto). El Gobierno regional -con competenclas plenas en la materia- proyecta ofrecer suelo barato para que el sector privado construya centros. Ir¨ªan dirigidos a personas asistidas con ingresos m¨¢ximos de 6,2 millones de pesetas anuales.
La idea es subvencionar el 55% del coste mensual de la plaza -160.000 pesetas- y que la familia?o la pensi¨®n cubran el resto. "La escasez se solucionar¨ªa antes y mejor si la Comunidad hiciese conciertos ya con los centros privados", replica Moya.
Aun con el plan, los mayores no impedidos lo seguir¨¢n teniendo dif¨ªcil. El a?o 2001, la vejez ser¨¢ la odisea especial de 740.000 madrile?os con m¨¢s de 65 a?os.
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