El pasado y la novedad
La segunda oferta del Ballet Nacional espa?ol pone de manifiesto el fervor del p¨²blico por el g¨¦nero: si la compa?¨ªa titular espa?ola tuviera el teatro a su disposici¨®n por dos meses, lo llenar¨ªa a diario. ?Claro que hay un p¨²blico para la danza!. Depende de lo que le echen para que se cuelgue el cartel de "no hay entradas".Una compa?¨ªa es grande, en lo art¨ªstico, cuando su identidad aflora s¨®lidamente tanto en un solo como en un paso a dos o una pieza de conjunto, y ¨¦ste es el caso. Quiz¨¢ lo m¨¢s positivo del paso de Jos¨¦ Antonio por la compa?¨ªa sea precisamente el haber consolidado y atado, de una vez por todas, esa coherencia que va desde lo t¨¦cnico a lo estil¨ªstico. La intenci¨®n comenz¨® en la etapa de Mar¨ªa de ?vila, y ahora el reto est¨¢ en que esa estructura, bella y potente, se mantenga y progrese. Cuando se escriba dentro de muchos a?os una historia retrospectiva del Ballet Nacional de Espa?a, se podr¨¢n ver con m¨¢s serenidad estos aspectos funcionales. Hay que repetir que la compa?¨ªa es espl¨¦ndida y comparable, desde su especialidad regional a los grandes conjuntos de ballets. No es el m¨¦rito de un solo, sino de muchos, eso est¨¢ claro. En danza, arrimar el hombro consolida intenciones.
Balet Nacional de Espa?a
Ritmos: Alberto Lorca, Jos¨¦ Nieto. Chacona: Victoria Eugenia, J. Nieto. El sombrero de tres picos: Jos¨¦ Antonio, Manuel de Falla. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 12 de noviembre.
Novedades y reposiciones
En la segunda oferta, una novedad y dos felices reposiciones: Chacona es como una joya antigua que saliera a la subasta de los aplausos. Victoria Eugenia, en estas peque?as miniaturas, condena su saber, aprieta en cada faceta de la gama su buen gusto y su conocimiento de los estilos de la danza espa?ola. El sabor siglo XVIII se mezcla con la experiencia de la escuela bolera del XIX en una exquisita porcelana que se anima y baila. Maribel Gallarco est¨¢ en una ¨¦poca buena de su baile. De sus palillos no hay nada que decir, pues son m¨²sica, y de la buena. La bailarina ha entendido la intenci¨®n de la core¨®grafa y se adapta al sutil manierismo del pasado.Los elogios sobre Ritmos tambi¨¦n son ya lugar com¨²n y poco aportan. La pieza se instala como un cl¨¢sico de nuestro tiempo, con su sabor ligero, cercano al gran musical americano que se trufa de la experiencia del ballet cl¨¢sico, en cuanto a conjuntos y evoluciones, para, con elegancia, dar un producto estilizado que facilita el lucimiento y muestra una danza espa?ola actual. Veremos Ritmos durante a?os, como una especie de Las S¨ªlfides del cl¨¢sico espa?ol de la segunda mitad del siglo XX.
Jos¨¦ Antonio tuvo el valor de hacer El sombrero de tres picos hace unos a?os. Al principio, muchos le criticaron claramente, y hoy, la mayor¨ªa se rinde a la evidencia de lo positivo de su trabajo sobre el original. En realidad, con esta pieza pasa lo que con tantas de hoy: lo definitivo no existe o est¨¢ por hacer. Las versiones anteriores de Le¨®nidas Massine y Antonio Ruiz Soler tienen sus valores, pero ello no impide que se recreen y se avance en ello. No es el caso de un cl¨¢sico del siglo pasado, sino de una pieza que invita a la evoluci¨®n, como la danza espa?ola misma. A¨ªda G¨®mez gana cada d¨ªa en eficacia. Su gestualidad y su humor se combinan con su facilidad para bailar, y su Molinera es una prueba de c¨®mo la personalidad de la bailarina puede aportar elementos al esquema literario de un personaje teatral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.