Liberia, un laberinto mortal
La guerra civil en el pa¨ªs africano deriva en conflicto entre la fuerza pacificadora y los rebelde
Liberia vive, desde mediados de octubre, un nuevo e intenso episodio de su guerra civil. El Frente Patri¨®tico Nacional de Liberia (FPNL), que dirige Charles Taylor, ha hecho retroceder a las fuerzas de paz enviadas por los 16 pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica de los Estados de ?frica Occidental (CEDEAO) hasta cercarlas en la capital, Monrovia. La contundente respuesta de estos pacificadores corre el riesgo de implicarles en el conflicto y tiene tremendas consecuencias para la poblaci¨®n civil. No menos de 3.000 personas han muerto durante las cuatro ¨²ltimas semanas.
Los cad¨¢veres de soldados nigerianos y senegaleses -las dos nacionalidades m¨¢s numerosas de las siete que integran las fuerzas de paz conocidas por ¨¦l acr¨®nimo de ECOMOG-, permanecen expuestos al sol abrasador frente a veh¨ªculos de transporte de tropas calcinados, casquillos de proyectil vac¨ªos y restos de bombas de fragmentaci¨®n. El olor a muerto es muy persistente en torno a Gardnersville, un barrio del noreste de Monrovia conquistado recientemente por los hombres de Taylor.Los j¨®venes rebeldes -alguno de ellos no tiene m¨¢s de 10 o 12 a?os-, excitados y victoriosos, llegaron desfilando mientras los refugiados saqueaban lo que quedaba en las viviendas y comercios tras los duros combates. Fue en Gardnersville donde cinco monjas norteamericanas fueron asesinadas a ¨²ltimos de octubre. Desde la calle Somalia es posible ver Monrovia central y el importante Tree Port, a pocos kil¨®metros, detr¨¢s de una reveno, tada tierra de nadie.
El FPNL odia a las fuerzas de la CEDEAO. La guerrilla de Taylor les acusa de haber protegido una ofensiva de las unidades del Movimiento Unido de Liberaci¨®n de Liber¨ªa para la Democracia (ULIMO, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s). Este grupo, que apoyaba al ejecutado presidente Samuel Doe, cuenta con el respaldo del presidente provisional, Amos Sawyer.
Bombarderos y 'cazas'
En estos momentos 10.000 soldados de la CEDEAO intentan defender al presidente Sawyer contra los rebeldes de Taylor, que est¨¢n a la puertas de la capital, a la que ayer sometieron a un intenso bombardeo, respondido por las soldados de ECOMOG. Sawyer apenas est¨¢ acompa?ado de varios cientos de boinas negras entrenados en Guinea y Sierra Leona, en tanto que las fuerzas de paz, s¨®lo pueden recibir suministros por aire y mar. Sin embargo, su aviaci¨®n -est¨¢n utilizando bombarderos y cazas contra el FPNL en toda Liberia-, les permite mantener en jaque a los rebeldes.La patrulla junto a la que se movi¨® EL PA?S entre las filas de Taylor tuvo que refugiarse en varias ocasiones ante las batidas de los aviones Alpha del Ej¨¦rcito de Nigeria, que buscan posiciones artilleras del FPNL en las ci¨¦nagas de Mesurado. Desde las ci¨¦nagas, cubiertas por la selva, los rebeldes pueden apuntara su obJetivo de Spriggs-Payne, la ¨²nica pista de aterrizaje de la ECOMOG , y a Monrovia central.
"Si quieren vencernos, tendr¨¢n que matar a todos los liberianos", afirma Dennis, un soldado rebelde de 12 a?os, mientras hace malabarismos en el aire con una granada de mano.
Vestidos con uniformes de soldados capturados, con ropas robadas, pelucas de mujer y amuletos, y armados con todo tipo de armas, desde los fusiles de asalto sovi¨¦ticos AK-47 hasta los norteamericanos M-16, pasando por lanzagranadas, los hombres del "invencible Ej¨¦rcito de rock and roll de Charles Taylor, dan una impresi¨®n aterradora. El FPNL, tiene al menos 12.000 soldados armados, pero afirma que puede movilizar a 85.000 rebeldes.
La batalla de Monrovia se libra en cuatro frentes alrededor de la capital. En el Norte, desde la base de CaldweIl, a lo, largo del r¨ªo Saint Paul. En el Este, desde Gardnersville, en la calle Somalia, hacia Free Port. Hay fuertes combates tambi¨¦n en la carretera de Mount Barelay y, en el Sur, en torno a la carretera de Scheiffelin.
Cuando el martes anunciaron una tregua unilateral -de tan escasa duraci¨®n que durante el pasado fin de semana, los monrovianos apenas pudieron pegar ojo por las noches- trataban de dafiar el campo de aterrizaje de Spriggs-Payne y de acercarse al puerto, para evitar la llegada a la tuerza de interposici¨®n de refuerzos procedentes de Sierra Leona u otros pa¨ªses de ?frica occidental.
El FPNL tambi¨¦n est¨¢ inten-, tando cortar la carretera norte de los cuarteles de Scheiffelin, para aislar a las fuerzas del presidente Doe, la milicia Fuerzas Armadas de Liberia, una unidad de ¨¦lite entrenada en Israel.
El odio y la violencia de la batalla de Monrovia se evidencian en la carretera de Scheiffelin. Los bien armados rebeldes bajan de Jeeps y camiones con pintadas agresivas como "Escuadr¨®n de la muerte 501 " o "Paz con AK-47'. Un prisionero yace desnudo en uno de los remolques. Mientras, "los rebeldes corean "ULIMO, ULIMO", en referencia al grupo guerrillero al que pertenece el desventurado, ¨¦l se vuelve hacia el periodista y grita algo incomprensible. Antes de que el cami¨®n se marche de nuevo, los hombres de Taylor golpean con las culatas de sus rifles al cautivo que gime inconsciente.
En 48 horas se pudieron contar al menos 50 soldados muertos de las fuerzas de la CEDEAO en los cuatro frentes de lucha. Eso significa m¨¢s del doble de las bajas que las fuerzas multinacionales reconocen oficialmente desde su llegada a Liberia, en el verano de 1990.
No hay carreteras, ni escuelas, ni siquiera iglesias, que sean seguras en Liberia, casi por completo bajo control de los rebeldes. La poblaci¨®n civil que apoya al FPNL de Charles Taylor ha sido obligada a escapar de las ciudades y aldeas hacia el interior de la selva. La fuerza de paz de la CEDEAO lleva cuatro semanas bombardeado todo el pa¨ªs sin reparar en esos civiles. Los bombarderos y los temibles aviones de combate, llamados por los liberianos p¨¢jaros Dodo debido al ruido de sus ametralladoras, han creado un ardiente odio contra la fuerza de paz.
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