Indignaci¨®n en la Rep¨²blica Dominicana
Los dominicanos no se explicaban todav¨ªa ayer que su compatriota Lucrecia P¨¦rez Martos hubiera sido v¨ªctima de un crimen racista en un pa¨ªs como Espa?a que est¨¢ fuertemente comprometido en cuanto a inversiones en esta isla caribe?a. La ¨²nica reacci¨®n p¨²blica, pese a la indignaci¨®n general que se extiende entre la poblaci¨®n, ha sido la del Gobierno del anciano Joaqu¨ªn Balaguer, que ha reclamado con moderaci¨®n a las autoridades espa?olas que se tomen especial inter¨¦s por descubrir a los culpables.La agitaci¨®n de momento s¨®lo viene de algunos peri¨®dicos. De hecho, el tr¨¢fico ilegal de dominicanos hacia Espa?a ha sido objeto de reiteradas denuncias en este pa¨ªs y, especialmente, las condiciones de sobreexplotaci¨®n a que se ven sometidas muchas de esas personas. Los niveles de pobreza en la isla, cerradas cada vez m¨¢s las posibilidades de emigraci¨®n a Estados Unidos, ha obligado a muchas mujeres a elegir el camino de Europa o Centroam¨¦rica en busca de ingresos para enviar a sus familiares.
El idioma com¨²n las lleva a Espa?a o a Panam¨¢. Dejan atr¨¢s incluso a sus familiares, como es el caso de Lucrecia P¨¦rez, que tiene en su poblaci¨®n natal, Campos de Vicente Noble (suroeste de la isla) a su marido y a su hija. A veces se pasan hasta un a?o recolectando el importe del billete de avi¨®n, que incluye las escalas m¨¢s dispares para evitar as¨ª la sospecha del funcionario policial del aeropuerto de destino.
La prensa dominicana ha sido extremadamente generosa en sus editoriales. Condenan el crimen, pero justifican a la polic¨ªa espa?ola cuando ¨¦sta persigue a los indocumentados.
Espa?a, en Santo Domingo, es sumamente familiar y cercana. El Gobierno es el m¨¢s proespa?ol de toda Am¨¦rica. El turismo est¨¢ pr¨¢cticamente en manos de espa?oles. El Gobierno de Balaguer acoge a un grupo de etarras, entre los que se encuentra su dirigente Antxon Etxeveste.
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