?Virctor, son los socialistas!" Cientos de cargos p¨²blicos del PSOE recorren Espa?a 'puerta a puerta'
La se?ora del cuarto piso, con su chandal y sus rulos, debi¨® pensar que era la vecina que ven¨ªa a pedirle sal y un poquito de peregil. Abri¨® la puerta y, sorpresa, all¨ª estaba el senador del PSOE Francisco Moreno, alt¨ªsimo, con la mejor de sus sonrisas y un tono seductor capaz de venderle una bater¨ªa al mahatma Ghandi: "Buenas tardes, se?ora, somos militantes socialistas y venimos a regalarle el tebeo famoso". La se?ora esquiv¨® el primer asalto: "V¨ªctor!, son los socialistas, ?los dejo que pasen?" V¨ªctor, el marido, dijo que s¨ª.
Cientos de cargos p¨²blicos del partido socialista recorren estos d¨ªas el pa¨ªs para explicar en la campa?a "puerta a puerta" la labor de los socialistas en los ¨²ltimos 10 a?os de gobierno y pedir apoyo en las pr¨®ximas elecciones. Y tambi¨¦n para regalar "el tebeo famoso".Barrio C del Pol¨ªgono de San Pablo en Sevilla, zona electoral de predominio socialista, afectada por la, abstenci¨®n en las ¨²ltimas elecciones. Cinco y media de la, tarde del viernes. Hora aconsejable, sin culebrones en la tele.
El senador Francisco Moreno, secretario general del PSOE de Sevilla, llega al barrio escoltado por los militantes Salvador del Moral, m¨¦dico, y Mar¨ªa Jos¨¦ Ferreira, ama de casa. En la campa?a "puerta a puerta", ordenada por la direcci¨®n del PSOE a sus militantes, el tradicional 25% femenino se convierte en un 33%: siempre es una militante la que llama a los porteros electr¨®nicos y se coloca ante la puerta del piso "para amortiguar la primera impresi¨®n de la vecina", explica Del Moral.
V¨ªctor, el que dijo que s¨ª, que pasaran los socialistas, es empleado de Telef¨®nica, y explica que, ya en el trabajo, "uno que es del PSOE" le hab¨ªa hablado del tebeo, e incluso de la campa?a puerta a puerta. "Yo no soy militante, pero soy socialista de toda la vida", tranquiliza V¨ªctor. El senador Moreno, confortado por la confesi¨®n de V¨ªctor y curtido en otras campa?as similares, recoge del suelo a un perrito blanco que no deja de ladrar, lo acaricia, y hasta le llega a decir "vida m¨ªa".
Decirle "vida m¨ªa" a un caniche, t¨¢ctica no recogida por la "gu¨ªa de campa?a" de 42 p¨¢ginas distribuida por la direcci¨®n del PSOE entre las federaciones, da resultado. "La mayor¨ªa de la gente", explica Moreno, "suele recibir bien a los militantes, y basta una palabra amable y una disculpa por la molestia para que se pongan de tu parte".
A la mierda"
Otras veces no es as¨ª, y en la tarde del pasado viernes los militantes sevillanos debieron recoger de vuelta una octavilla informativa que, segundos antes, hab¨ªan deslizado por debajo de una puerta. Ahora, en el reverso, aparec¨ªa escrito con letras apresuradas de molde: "Socialistas a la mierda". Dijo Moreno a Del Moral: "Vaya por Dios, el tebeo se lo ha quedado, aunque imag¨ªnate para qu¨¦ puede utilizarlo...".
Andaluc¨ªa es, por su especial significaci¨®n hist¨®rica y electoral para Felipe Gonz¨¢lez, la regi¨®n donde el PSOE est¨¢ basando la campa?a "puerta a puerta", cuya idea fuerza es la de repetir que los socialistas son los ¨²nicos capaces de afrontar el futuro en Europa.
Desde que se inici¨® la campa?a, el pasado d¨ªa 10, m¨¢s de 250 cargos p¨²blicos -entre diputados, senadores, concejales y altos cargos de la Junta de Andaluc¨ªa- y unos 2.000 militantes de base ya ha visitado unos 2.000 hogares andaluces. Del Moral dice que "es dif¨ªcil extrapolar esta cifra al resto del pa¨ªs" y que ni en Ferraz, la calle donde est¨¢ la sede del partido socialista en Madrid, se tiene todav¨ªa una primera valoraci¨®n de la campa?a, sobre la que algunos responsables del PSOE han mostrado su escepticismo.
Durante la visita girada el pasado viernes al Pol¨ªgono de San Pablo, el senador Moreno y sus dos compa?eros no utilizaron los pol¨¦micos formularios, las llamadas fichas de seguimiento de visitas en las que, entre otras cosas, se recoge qui¨¦n es "simpatizante, indiferente u hostil".
Salvador del Moral reconoci¨®, no obstante, que en la mayor¨ªa de las visitas "puerta a puerta" s¨ª se registra, "aunque muy por encima", a cada uno de los encuestados. Fue por eso que la visita del viernes fue un visto y no visto. En poco m¨¢s de media hora, Salvador y Mar¨ªa Jos¨¦ pasearon al senador tan alto por dos docenas de pisos.
Del Moral explic¨® antes de la visita que, en ning¨²n caso, se pod¨ªa aceptar caf¨¦, ni siquiera penetrar en los hogares. Ah¨ª es donde los vecinos, ya en la seguridad del terreno conocido, aprovechan para recordar "lo escaso de la pensi¨®n de la abuela, la ni?a que se qued¨® parada tras la Expo y la cantidad de drogadictos que se ven por el barrio".
Cuidado con el perro
Moreno recuerda la vez que una pareja sali¨® a la puerta envuelta en toallas y que, despu¨¦s de percatarse de qu¨¦ iba el asunto, todav¨ªa con los colores en la cara, uno de ellos contest¨®: "Vaya por Dios, senador, no pod¨ªa haber escogido usted peor momento".
Ser¨ªan las seis y media de la tarde. El senador puls¨® por dos veces el ¨²ltimo timbre. Desde el otro lado de la puerta blindada ladr¨® un perro. Moreno, sabedor de que la pesadilla de muchos militantes es visitar pisos con perros, avis¨®: "?Cuidado Salvador, cuidado Mar¨ªa Jos¨¦, que ese es tobillero!".
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