Los conceptos tradicionales quedan intactos
En el nuevo catecismo universal puesto a la venta el, pasado lunes en las librer¨ªas francesas ha quedado intacta la vieja doctrina cat¨®lica, incluso en aquellos puntos que la moderna teolog¨ªa y la nueva ex¨¦gesis b¨ªblica moderada hab¨ªan ya elaborado con conceptos m¨¢s avanzados. ?stos son algunos de los m¨¢s significativos:- La existencia real y personal de ¨¢ngeles y demonios como "verdad de f¨¦".
- La existencia del purgatorio y del infierno, este ¨²ltimo como "lugar de fuego eterno", aunque desparece el "limbo" para los ni?os no bautizados.
- Se defiende -seg¨²n la doctrina emanada del Concilio de Trento celebrado en el siglo XVI- que "el pecado original se trasmite con la naturaleza humana". Y que, a consecuencia de dicho pecado, la naturaleza humana est¨¢ debilitada en sus fuerzas, sometida a la ignorancia, al sufrimiento, a la muerte, al pecado y a la concupiscencia".
- La muerte no la cre¨® Dios, sino que entr¨® en el mundo "por la envidia del demonio".
- Sigue en pie la doctrina tradicional, tan discutida, acerca de la "virginidad f¨ªsica" de la Virgen Mar¨ªa antes, durante y despu¨¦s del parto, ya que Jes¨²s fue concebido "sin semen de var¨®n".
En este caso, el catecismo sale al paso con una nota a las teor¨ªas m¨¢s modernas, que afirman que se trata m¨¢s bien de un texto simb¨®lico o mitol¨®gico, rechazando tales interpretaciones de no pocos biblistas cat¨®licos, y afirmando que se trata de las "burlas e incompresiones de ateos, jud¨ªos y paganos"
- Otro punto controvertido por la teolog¨ªa moderna es la interpretaci¨®n acerca de la "resurrecci¨®n de Cristo", que el catecismo mantiene en su forma m¨¢s tradicional de un hecho f¨ªsico e hist¨®rico. Y por lo que se refiere a la resurrecci¨®n de los muertos, sigue firme la doctrina antigua de la "resurrecci¨®n de la carne".
Se afirma que nuestro cuerpo se pudrir¨¢, pero que Dios dar¨¢ a cada alma "un cuerpo incorruptible". Y a la pregunta "?c¨®mo suceder¨¢ eso?", el catecismo responde que "ello supera nuestra imaginaci¨®n y nuestro entendimiento y que se puede entender s¨®lo con la fe".
- Se mantiene la pol¨¦mica afirmaci¨®n de que "fuera de la Iglesia no existe salvaci¨®n". El nuevo catecismo universal intenta traducirla en positivo afirmando que significa que "todo lo bueno viene de Jesucristo, a trav¨¦s de la Iglesia que es su Cuerpo".
- En cuanto al ecumenismo el nuevo catecismo universal se mantiene el viejo concepto que lo bueno que pueda haber en las otras religiones es s¨®lo una "b¨²squeda en la sombra" de Dios y como "una preparaci¨®n" para llegar a la verdadera Iglesia, que es la cat¨®lica, y que sigue siendo una, santa, cat¨®lica, apost¨®lica e infalible en la verdad", bajo la gu¨ªa del Papa, que posee "un poder pleno, supremo y universal".
- Nada cambia en lo referente a materia sacramental. Conceptos como el bautismo y el sacerdocio siguen vi¨¦ndose, seg¨²n la ¨®ptica medieval, como ideas que "imprimen car¨¢cter" y, por tanto, resultan "irreversibles".
- La confesi¨®n de los pecados "mortales" sigue siendo "secreta y personal". La absoluci¨®n general o comunitaria queda l¨ªcita, como en el pasado, s¨®lo en casos excepcionales de una multitud, cuando no hay tiempo ni sacerdotes suficientes para escuchar las confesiones personales. Pero incluso en este caso los pecadores est¨¢n obligados a confesarse personal y detalladamente en cuanto les sea posible.
En materia matrimonial en el nuevo vadem¨¦cum cat¨®lico no se admite m¨¢s anulaci¨®n que en los casos prescritos por el derecho can¨®nico. La Iglesia cat¨®lica no admite el divorcio civil. Admite s¨®lo la "separaci¨®n f¨ªsica" de los esposos y el fin de la cohabitaci¨®n, pero siempre que sea "sin que se pueda contraer nuevo matrimonio", puesto que "pecar¨ªan objetivamente contra la ley de Dios".
Si los c¨®nyuges separados quieren poder acceder a los sacramentos, "deben vivir en absoluta castidad", ya que el matrimonio sigue siendo v¨¢lido. La ¨²nica finalidad del matrimonio es "la procreaci¨®n y la educaci¨®n de los hijos".
- Nada ha cambiado en la pol¨¦mica cuesti¨®n de las "indulgencias" que hab¨ªa llevado de cabeza ya al alem¨¢n Mart¨ªn Lutero y que tanta responsabilidad hab¨ªa tenido en la Reforma protestante.
El nuevo catecismo universal le dedica dos p¨¢ginas a esta cuesti¨®n y contin¨²a distinguiendo entre indulgencia "parcial" e indulgencia "plenaria". Ello supone que el catecismo mantiene firme la existencia del purgatorio y la necesidad de una purificaci¨®n despu¨¦s de la muerte, antes de alcanzar la presencia de Dios, un tiempo de prueba que puede ser abreviado.
Permanecen asimismo tambi¨¦n vigentes los sacramentos tradicionales de la confirmaci¨®n y de la extremaunci¨®n, que a partir de ahora se denomina "unci¨®n de los enfermos", dos de los sacramentos que han suscitado m¨¢s cr¨ªticas entre la mayor¨ªa de los te¨®logos modernos.
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