La reconciliaci¨®n
"S¨ª, tiene usted raz¨®n", afirm¨® el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, cuando Rodolfo Llopis le coment¨® ayer que lo que, finalmente, termin¨® haciendo el PSOE cuando alcanz¨® el poder -aceptar la econom¨ªa de mercado, integrar a Espa?a en la OTAN y pertenecer a la Comunidad Europea- era lo que defend¨ªa su padre antes de ser sustituido por el propio Gonz¨¢lez de la direcci¨®n de ese partido. Rodolfo LLopis, el autor de ese comentario, un profesor de ingl¨¦s en un liceo de Albi, tiene 53 a?os, y el mismo nombre que el tambi¨¦n profesor que durante 36 a?os mantuvo encendida en su exilio la llama del socialismo democr¨¢tico espa?ol.
Durante 20 minutos Gonz¨¢lez convers¨® en la prefectura de Albi con Rodolfo y Annie, los hijos del que fue su predecesor en la direcci¨®n del PSOE. Para el presidente del Gobierno fue la ocasi¨®n de cerrar una herida abierta por la defenestraci¨®n de Llopis en el congreso de Suresnes, de 1974, el ¨²ltimo en la clandestinidad. Y los herederos de Llopis, algo extra?ados por la presencia en la conversaci¨®n del para ellos desconocido Javier Solana, aceptaron la reconciliaci¨®n.
Ni una palabra desagradable
"Gonz¨¢lez nunca tuvo una palabra desagradable para mi padre", dijo el hijo de Llopis al t¨¦rmino del encuentro. Pero a?adi¨®: "No puedo decir lo mismo de otras figuras del PSOE, que intentan ensuciar la memoria de mi padre".El hijo de Llopis no quiso dar nombres, pero hac¨ªa alusi¨®n a hechos los comentarios despectivos con que el PSOE acogi¨® la muerte de su padre, en agosto de 1983, a trav¨¦s de El Socialista, ¨®rgano de prensa del partido.
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