Un incendio devasta el castillo real de Windsor y amenaza el tesoro art¨ªstico de Isabel II
"Sorpresa". "Horror". Andr¨¦s, duque de York, describi¨® con estas dos palabras su reacci¨®n, y la de su madre, Isabel II, ante el incendio que destruy¨® ayer parte del castillo de Windsor, una de las residencias habituales de la familia real brit¨¢nica. No hubo muertos, pero los da?os materiales podr¨ªan ser inmensos. El castillo, casi milenario, albergaba centenares de obras de arte. "Podr¨ªa ser una de las peores cat¨¢strofes art¨ªsticas de este siglo", se?al¨® un especialista. El fuego se inici¨®, aparentemente por un cortocircuito, a media ma?ana, y a¨²n no hab¨ªa sido extinguido a primera hora de la madrugada de hoy.
El duque de York era el ¨²nico miembro de la familia real presente en el castillo a las 11,35 hora local (12,35 hora peninsular espa?ola), cuando se inici¨® el fuego. La reina ten¨ªa previsto llegar a primera hora de la tarde para instalarse, como de costumbre, durante el fin de semana.Seg¨²n su propio testimonio, Andr¨¦s se encontraba en sus habitaciones privadas cuando sonaron las alarmas, a las 11,37. Mientras los turistas eran evacuados de las salas p¨²blicas, el duque de York se uni¨® a los empleados de palacio para tratar de rescatar los cuadros m¨¢s valiosos. Pinturas de Rembrandt, Rubens, Van Dyck y Canaletto, fueron descolgadas a toda prisa y amontonadas en el patio. Simult¨¢neamente, empezaron a llegar los bomberos, hasta 150, con 30 camiones y varias gr¨²as, y fue evacuado el primero de los tres heridos, un trabajador que sufri¨® quemaduras leves. Posteriormente, dos bomberos fueron evacuados, uno con la pierna rota y otro conmocionado por una ca¨ªda.
El ala del castillo de Windsor donde se inici¨® el incendio estaba siendo sometida a trabajos de restauraci¨®n. Seg¨²n los bomberos, la cat¨¢strofe debi¨® empezar con alg¨²n cortocircuito, ya que la instalaci¨®n el¨¦ctrica estaba siendo renovada.
"Tratamos de poner a salvo cuadros, relojes, muebles, todo tipo de objetos irreemplazables, pero el fuego se propag¨® con una rapidez terrible. Inevitablemente, algo se habr¨¢ perdido. A¨²n no sabemos cu¨¢nto". El pr¨ªncipe Andr¨¦s, duque de York, explic¨® a los periodistas que el siniestro se hab¨ªa iniciado en la capilla privada de la familia, en el ala Noreste, y que las llamas hab¨ªan prendido inmediatamente en el artesonado de madera que cubr¨ªa la estancia, pasando en pocos minutos al sal¨®n de San Jorge, que albergaba decenas de obras de arte y a la suntuosa sala de banquetes.
Andr¨¦s telefone¨® personalmente a la reina para explicarle el alcance del incendio. Isabel II se person¨® inmediatamente en el castillo y permaneci¨® durante una hora en el patio central del recinto. No hizo declaraciones, pero Andr¨¦s se?al¨® que su madre estaba "muy impresionada y muy triste, desolada".
El primer ministro, John Major, fue permanentemente informado sobre la evoluci¨®n del siniestro, que parec¨ªa menguar a media tarde pero se reaviv¨® violentamente hacia las ocho de la tarde, hora local. Una de las torres del castillo amenazaba con derrumbarse ya de madrugada, y los bomberos se?alaban que parte del castillo sufr¨ªa da?os estructurales.
"Me siento inmensamente aliviado por el hecho de que esto haya ocurrido por la ma?ana. De suceder por la noche, la destrucci¨®n habr¨ªa sido completa", dijo Andr¨¦s, vestido con jersey granate y pantal¨®n militar. "Puedo asegurarles que lo que he visto ah¨ª dentro, mientras sac¨¢bamos objetos, era un desastre bastante feo", se?al¨®. "Pero a¨²n no se puede calcular, ni siquiera aproximadamente, el alcance de los da?os", agreg¨®.
Cat¨¢strofe art¨ªstica
La oficina de prensa del palacio de Buckingham insisti¨® en el temor a que se hubieran perdido valiosas obras de arte: "Hay pinturas, porcelanas, tapices, estatuas, trajes, armaduras... Hay tanto ah¨ª dentro, que har¨¢n falta d¨ªas para efectuar una primera estimaci¨®n", explic¨®.
Los especialistas se mostraban muy pesimistas respecto al efecto que sobre las obras de arte pueden tener el fuego, el intenso calor dentro del castillo, el agua de los bomberos y la espesa humareda. La columna de humo se ve¨ªa a 20 kil¨®metros de distancia. "Puede ser la peor cat¨¢strofe art¨ªstica de este siglo", se?al¨® Roy Strong, ex director del museo londinense Victoria and Albert.
El edificio carec¨ªa de seguro, al igual que las dem¨¢s posesiones de la reina de Inglaterra: las primas resultar¨ªan desorbitadas. Un portavoz del Ministerio del Patrimonio coment¨®: "La factura nos llegar¨¢ a nosotros, es decir, al contribuyente", y aventur¨® que las reparaciones del castillo, obras de arte al margen, costar¨ªan "bastantes a?os y decenas de millones de libras".
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