Los vecinos amables

Hay que valorar muy positivamente esta mirada al oeste que hace la sala Pradillo en colaboraci¨®n con Forum Danza de Lisboa y los apoyos del Festival de. Oto?o y el Consorcio de la capitalidad europea, y ¨¦ste ¨²ltimo no hace sino responder a lo que debe ser su l¨ªnea natural de actuaci¨®n. Por una u otra raz¨®n, el im¨¢n franc¨¦s transpirenaico ha hecho olvidar lo que se cocinaba en el borde atl¨¢ntico.La danza contempor¨¢nea portuguesa es aqu¨ª una desconocida a pesar de la vecindad geogr¨¢fica, y no es justo. Hace dos anos, Rui Horta llevo a Madrid su trabajo hecho en Alemania, y aquello constituy¨® su exitoso deb¨² dentro del Madrid en Danza. Por otra parte, el conjunto de la Fundaci¨®n Gulbenkian ha estado este a?o en It¨¢lica y su sede es una especie de alma mater de la investigaci¨®n y desarrollo de las nuevas tendencias lusitanas, y donde se han formado Vera Mantero (Lisboa, 1966) y Francisco Camacho (Lisboa, 1967), colegas generacionales de Joana Providencia (Braga, 1965), y companeros de viaje en este desembarco madrile?o.

Los productos de los nuevos core¨®grafos portugueses interesan por su diferencia. Se sienten conectados por una did¨¢ctica serena y particular, pero con una vitalidad y un deseo de actualizaci¨®n que los imbrica en la corriente continental. A lo que se hace en Espa?a se parecen poco, resultan m¨¢s maduros, menos angustiados por la innovaci¨®n.

Destaca su cultura ambiental y del movimiento. Bailan bien, entienden l¨¢s formas nuevas, pero no desechan la experiencia moderna del pasado. La banda sonora de Don Giovanni ennoblece el producto, le da un vuelo po¨¦tico y un sentido argumental.