Encuentro con el clas¨ªcismo

Nyman no para. Este hombre tiene tantos proyectos entre manos que le faltan horas para poder dormir. Cuando no es la m¨²sica de una pel¨ªcula o de una serie de televisi¨®n que le retiene componiendo en Londres, es la sesi¨®n de graduaci¨®n de una banda sonora en M¨²nich, una mesa redonda en torno a su obra en S¨¢o Paulo o un concierto en Dubl¨ªn; y entre unas cosas y otras siempre encuentra un hueco para pasarse por aqu¨ª. Otro que tampoco parece disfrutar de vacaciones es su inseparable violinista, el rumano Alexandre Balanescu, que aterriz¨® en el aeropuerto de Madrid con el tiempo justo para llegar al concierto.En los ¨²ltimos cinco a?os, Michael Nyman ha recorrido un buen n¨²mero de ciudades espa?olas ofreciendo la mayor¨ªa de' las veces el repertorio de sus trabajos para las pel¨ªculas de Peter Greenaway. Anoche la propuesta fue distinta.

M¨¢s l¨ªrico

Y es que ya sus medidas creaciones para otros directores de cine (Monsieur Hire o El marido de la peluquera) mostraban a un Nyman mucho m¨¢s l¨ªrico e introspectivo. Aunque en directo se mantiene la tensi¨®n interpretativa, poco tiene que ver con las en¨¦rgicas y casi compulsivas piezas pensadas para Greenaway. Con composiciones y orquestaciones como las escuchadas en el Conde Duque, Nyman gana en credibilidad musical.Michael Nyman posee un conocimiento muy amplio de la tradici¨®n musical occidental y lo sigue utilizando como mejor le parece. Las citas y las influencias surgen por doquien Toma prestados brev¨ªsimos fragmentos de otros compositores y otras m¨²sicas que le sirven de cimientos para construir su propio edificio. Con el Cuarteto de cuerda n¨²mero 2 (1988) aparecen ritmos del sur de la India, y en el emotivo Cuarteto n¨²mero 3 (1990), el m¨¢s cercano a la m¨²sica de c¨¢mara, ecos del folclor rumano.

El m¨²sico brit¨¢nico suele decir que le gusta tocar ante gente que no conoce todav¨ªa su m¨²sica. Y parece experimentar un placer inconfesable llevando a su p¨²blico m¨¢s incondicional por senderos inesperados.

Ya les hizo la jugada el pasado mes de febrero con los poemas de Paul Celan y Rimbaud en la voz de Ute Lemper, y ha repetido ahora con estas piezas para cuerda en compa?¨ªa del Cuarteto Balanescu, una formaci¨®n en la l¨ªnea ecl¨¦ptica que transita el Kronos.

Se puede preferir su faceta m¨¢s popular, pero ¨¦sta de los cuartetos permite descubrir a un m¨²sico con m¨¢s talento del que muchos pod¨ªan pensar. Un Nyman sin coartadas cinematogr¨¢ficas.