Analfabetos al volante

Guinea Ecuatorial desea que todos los espa?oles dispongan de carn¨¦ de conducir, aunque sean analfabetos. Un sencillo curso de un mes finaliza con un f¨¢cil examen de test. Ni siquiera es n¨¦cesario demostrar destreza al volante. El carn¨¦, del mismo tama?o y color que el espa?ol, es canjeado luego en Espa?a, donde s¨®lo se exige la realizaci¨®n de la prueba pr¨¢ctica. La Direcci¨®n General de Tr¨¢fico espa?ola desconoce cu¨¢ntos canjes de carn¨¦s guineados se han realizado en los ¨²ltimos a?os.R. H. conduce una furgoneta en 'Madrid desde hace muchos a?os, pero jam¨¢s se ha atrevido matruicularse en una -autoescuela -porque no se "defiende" bien en la lectura y la escritura. El examen pr¨¢ctico no es un obst¨¢culo :para ¨¦l porque a los 12 a?os su familia ya le permit¨ªa ponerse al volante. En cambio, las preguntas por escrito del te¨®rico representan para ¨¦l una aut¨¦ntica monta?a.Hace unos meses, un polic¨ªa municipal detuvo la furgoneta de R. H., le mult¨® y le amenaz¨® incluso con inmovilizarle el veh¨ªculo, seg¨²n cuenta. As¨ª es que comenz¨® a preguntar c¨®mo pod¨ªa obtener un permiso de conducir. De esta manera se puso en contacto con Jer¨®nimo S¨¢nchez, un guineano residente en Espa?a desde hace m¨¢s de 20 a?os. S¨¢nchez le organiz¨® el viaje a Malabo, la capital del pa¨ªs centroafricano.

R. H. ha gastado m¨¢s de 300.000 pesetas en la operaci¨®n y asegura que el pasado verano, cuando ¨¦l se encontaraba en Malabo, "varios espa?oles" estudiaban en la misma academia con id¨¦ntica intenci¨®n de obtener el carn¨¦ de conducir. La Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) espa?ola pide, posteriormente, una declaraci¨®n jurada de que el conductor conoce las se?ales de tr¨¢fico y somete al candidato a la prueba pr¨¢ctica.Examen individualJer¨®nimo S¨¢nchez se presenta como "asesor jur¨ªdico" y secretario general "en funciones" del Partido de Reconstrucci¨®n y Bienestar Social de Guinea Ecuatorial (PRBS), cuyo s¨ªmbolo es una gr¨²a. Sin embargo, el presidente de PRBS, Florentino Como, desnococe el asunto de lo1carri¨¦s y afirma que S¨¢nchez, de quienno tiene noticias desde hace una semana, es un simple "simpatizante".

Si R. H. hubiera solicitado informaci¨®n en la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico espa?ola sabr¨ªa que existen convenios entre ese departamento, el Ministerio de Educaci¨®n. y las comunidades aut¨®nomas para facilitar que los analfabetos puedan obtener el permiso, de conducir a trav¨¦s de y ex¨¢menes orales.

Con, este sistema,, despu¨¦s de un curso para conocer las se?ales de tr¨¢fico y el contenido del C¨®digo de la Circulaci¨®n, el examen se realiza de forma individual.Las preguntas son le¨ªdas por un funcionario. Tambi¨¦n las posibles respuestas son comunicadas en voz alta, y el candidato debe eligir la respuesta que considera correcta.Falta un certificadoAhora R. H. se desespera en los pasillos de la Embajada de Guinea en Madrid. Necesita un certificado oficial para acompa?arlo a su solicitud de canje del carn¨¦ guineano por el permiso de conducir espa?ol.Los tr¨¢mites en una emba ada j

sin tel¨¦fono por falta de pago y con una advertencia de la empresa del gas de cortar el suministro por el mismo motivo son interminables. Cuando concluyan, la furgoneta de R. H. pisar¨¢ las calles de Madrid sin amenazas de inmovilizaci¨®n.

Su propietario llevar¨¢ un carn¨¦ de conducir en el bolsillo, por vez primera en su vida, aunque para ello haya tenido que viajar al coraz¨®n del ?frica negra, gastar m¨¢s de 300.000 pesetas y hacer pasillos durante d¨ªas en una embajada sin tel¨¦fono.