Mesas separadas para Carlos y Diana de Gales

I C., Si el Gobierno espa?ol hubiese querido compensar su mala relaci¨®n con el primer ministro brit¨¢nico, John Major, desarrollando una labor mediadora para fomentar la reconciliaci¨®n entre los pr¨ªncipes de Gales ayer pudo haber aprovechado una ocasi¨®n de oro. El protocolo de la Casa Real de Su Majestad la Reina Isabel II coloc¨® al presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, y a su ministro de Asuntos Exteriores , Javier Solana, al lado, respectivamente, del pr¨ªncipe Carlos y de la princesa Diana. Al lado, pero en mesas diferentes.

El palacio de Buckingham anunci¨® el mi¨¦rcoles en un comunicado la separaci¨®n de los pr¨ªncipes de Gales, pero ayer Carlos y Diana acudieron juntos a la cena que la reina ofreci¨® a bordo del yate Britannia a los jefes de Estado y de Gobierno y a sus ministros que asisten al Consejo Europeo de Edimburgo. Entre los hu¨¦spedes de la soberana figuraban dos divorciados de la familia real: la princesa Margarita y la princesa Ana, que se vuelve a casar justamente hoy en Balmoral, no lejos de Edimburgo.

Los comensales se distribuyeron en tres mesas. A Solana le toc¨® sentarse en la que presid¨ªa Isabel II justo entre la princesa de Gales y la secretaria de Estado, Linda Chalker. A Gonz¨¢lez le correpondi¨® una silla en otra mesa, a la izquierda del pr¨ªncipe de Gales, con quien convers¨® en franc¨¦s, y casi enfrente de Major. En un extremo de este misma mesa se situ¨® el ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga.

Aunque por diferentes motivos, el Britannia no debe traer muy buenos recuerdos ni a los pr¨ªncipes de Gales ni a las autoridades espa?olas. Los pr¨ªncipes Carlos y Diana pasaron a bordo su luna de miel en julio de 1981 e hicieron escala en Gibraltar. Cuando supieron que el yate atracar¨ªa en la colonia, los Reyes de Espa?a cancelaron su prevista asistencia a la boda.