La Asamblea Nacional francesa autoriza el enjuiciamiento de Laurent Fabius
Desde que Laurent Fabius consigui¨® escapar con las manos limpias al caso Greenpeace -el hundimiento de un buque ecologista por los servicios secretos franceses en el periodo en que ¨¦l era primer ministro-, el caricaturista Jacques Faizant le presenta en Le Figaro bajo un inmenso paraguas. Ahora, Fabius ha perdido su paraguas. La Asamblea Nacional le acus¨® ayer de no asistencia a persona en peligro por el caso de las trafusiones con sangre contaminada con el virus del sida.
El ¨²ltimo pleno de la actual legislatura fue tr¨¢gico para el Partido Socialista franc¨¦s (PS). Presionados por la opini¨®n p¨²blica, los socialistas, mayoritarios en la Asamblea, tuvieron que votar ayer la resoluci¨®n que ellos mismos hab¨ªan presentado al acusar ante el Alto Tribunal de Justicia a Fabius, a la ex ministra de Sanidad, Georgina Dufoix, y al ex secretario de Estado, Edmond Herv¨¦. Los tres son los presuntos responsables pol¨ªticos de la infecci¨®n en 1985-1986 de millares de hemof¨ªlicos. La votaci¨®n no ofreci¨® lugar a dudas, 518 diputados apoyaron el proceso al ex primer ministro, seis se abstuvieron y s¨®lo uno emiti¨® su voto en contra. El Senado, dominado por la derecha, debe ratificar hoy esa acusaci¨®n.El Alto Tribunal de Justicia, un organismo de excepci¨®n destinado a juzgar los presuntos delitos cometidos por los ex ministros en el ejercicio de sus funciones, jam¨¢s ha llegado a constituirse en la historia de la V Rep¨²blica.
Ha sido 1992 un annus horribilis para el PS y para Fabius, que lo dirige desde comienzos del pasado enero. Fabius tom¨® posesi¨®n el mismo d¨ªa en que un juez registraba por sorpresa la sede central del partido en el poder en busca de pruebas de corrupci¨®n. Acusado en el Parlamento por sus propios camaradas, concluye el a?o convertido en el s¨ªmbolo viviviente de la decadencia del PS.
El que fue en 1984 el m¨¢s joven primer ministro de Francia, el ahijado pol¨ªtico de Mitterrand, el personaje que Le Monde llamaba "el ni?o mimado de la izquierda", tiene un negro futuro pol¨ªtico.
Hombre vacilante
Su partido puede sufrir en las elecciones legislativas del pr¨®ximo marzo una derrota que: en la reciente historia de Europa. occidental s¨®lo tiene el precedente de la registrada en 1982 por la espa?ola Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico. Y las vacilaciones de Fabius durante el culebr¨®n de la sangre le han enemistado con Mitterrand, han sembrado dudas entre los socialistas sobre su capacidad de liderazgo y le han creado ante los ciudadanos una imagen de hombre escapista.A Fabius le parece una injusticia tener que sentarse en el banquillo de los acusados. Est¨¢ profundamente convencido de su inocencia, condici¨®n que hasta la oposici¨®n le reconoci¨® al exculparlo en una primera votaci¨®n sobre el asunto en el Senado. Pero como dijo en la televisi¨®n el propio Mitterrand, el ¨²nico modo que tiene Fabius de lavar su honor es comparecer ante el Alto Tribunal.
Antes de cambiar de opini¨®n en la noche del pasado jueves y, pedir a sus camaradas que relanzaran el proceso de acusaci¨®n ante el Alto Tribunal, Fabius hab¨ªa decidido aceptar la exculpaci¨®n del Senado. Di¨® la impresi¨®n de querer escapar a la prueba, y ese paso en falso represent¨® un grave error pol¨ªtico.
Hijo de un rico anticuario parisiense, antiguo alumno de la elitista Escuela Nacional de Administraci¨®n, militante socialista desde 1974, casado con una mujer hermosa y culta, todo le hab¨ªa salido bien a Fabius hasta que se empe?¨® en hacerse con la direcci¨®n del PS en el peor de los momentos. Mitterrand, que admiraba su "modernidad", su "elegancia" y su "eficacia", le nombr¨® ministro del Presupuesto a los 35 a?os, jefe del Gobierno a los 38 y presidente de la Asamblea Nacional a los 42.
Muchos socialistas nunca han visto con buenos ojos esta espectacular ascensi¨®n. Entre sus propios correligionarios Fabius est¨¢ considerado como un "se?orito" fr¨ªo y ambicioso, que oscila de modo permanente entre la indecisi¨®n y el autoritarismo.
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