Tres heridos al tirar los auxiliares libaneses de Tel Aviv contra los palestinos deportados
La crisis abierta por la deportaci¨®n de 415 palestinos por Israel hacia Libano se cobr¨® ayer sus tres primeros heridos cuando los milicianos aliados del Estado hebreo dispararon contra la columna desarmada de los desterrados. Despu¨¦s de vagar durante cuatro d¨ªas lluviosos por tierra de nadie, los palestinos intentaron regresar a territorio ocupado por Israel. Los detuvo una andanada de artiller¨ªa pesada y r¨¢fagas de ametralladora. Fue una atronadora advertencia de que Israel, indiferente a la condena internacional, no piensa dar marcha atr¨¢s.
Los palestinos Suleim¨¢n Kawasmi y Amjad Zamel, ambos de 20 a?os, convalec¨ªan ayer en una cl¨ªnica de la remota aldea libanesa de Rashaya. Kawasmi ten¨ªa el brazo derecho desgarrado por una esquirla. Otro fragmento de los morteros disparados por los aliados libaneses de Israel, los milicianos del Ej¨¦rcito de L¨ªbano del Sur (ELS), le destroz¨® la mand¨ªbula inferior a Zamel. La agencia France Presse asegur¨® poco m¨¢s tarde que otro palestino result¨® herido en un incidente separado.A pesar de que el Gobierno de Beirut ha jurado que no recibir¨¢ a ninguno de los 415 palestinos deportados el viernes, la hospitalizaci¨®n de los dos j¨®venes fue un m¨ªnimo acto de caridad. Sin m¨¢s protecci¨®n que unas cuantas tiendas de campa?a levantadas entre las rocas cerca del caser¨ªo de Marj Az-Zohur, los heridos no pod¨ªan recibir casi ning¨²n tipo de tratamiento. Lo ¨²nico que consiguieron los palestinos fue desplazarse unos cuantos kil¨®metros al norte y levantar simb¨®licamente un nuevo aunque m¨¢s reducido campamento a centenares de metros de las posiciones israel¨ªes. Las tiendas son menos numerosas, pero ya se han convertido, a todas luces, en la nueva trinchera del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª. Desde esas mismas colinas, los fedayin iniciaron su campa?a contra el Estado de Israel hace ahora m¨¢s de 25 a?os.
El intento de retornar a los territorios controlados por Israel refleja fielmente el esp¨ªritu desafiante de los palestinos. Para ellos -as¨ª como para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas-, la deportaci¨®n masiva cometida el martes es una burla a la justicia y un atentado contra la ley internacional. Tambi¨¦n pone en evidencia que, como tantas veces en el pasado, Israel est¨¢ recurriendo al ELS para un trabajo sucio.
Israel no se ha inmutado ante la ola de indignaci¨®n internacional, pero le resultar¨ªa pol¨ªticamente demasiado caro arriesgarse a enviar a sus propias tropas para disparar contra los deportados. Pagados, entrenados, armados y uniformados por Israel, los milicianos del Ej¨¦rcito Liban¨¦s del Sur vuelven, pues, a ser una pieza ¨²til para el Gobierno israel¨ª.
Los palestinos parecen resueltos a llamar la atenci¨®n mundial para forzar a Israel a revocar las deportaciones. Sus mejores aliados son la presi¨®n internacional, el creciente descontento en Israel con la medida (resultado m¨¢s bien de la abrupta escalada de violencia en los territorios ocupados, con un saldo de siete muertos), as¨ª como el grupo de abogados israel¨ªes defensores de los derechos humanos que llev¨® su caso al Supremo el domingo.
Improbable revisi¨®n
Si Israel est¨¢ secretamente considerando una revisi¨®n de su decisi¨®n, sus dirigentes, aparentemente, lo disimulan bastante bien. "Nuestra posici¨®n consiste en no permitir su regreso. Trataremos en la medida de nuestras posibilidades de no hacerles da?o", declar¨® ayer en Jerusalen Oded Ben Ami, portavoz del Ministerio de Defensa.
Prudentemente, el Gobierno no hizo ning¨²n comentario sobre el ataque en el sur de L¨ªbano, un episodio del que fueron testigos los mismos periodistas que trasladaron a los heridos hasta Rashaya.
Fue precisamente la noticia del ataque del ELS la que provoc¨® disturbios en varios distritos de los territorios ocupados. En el campo de refugiados de Ein Bet Elma, cerca de Nablus, pueblo natal del palestino herido Amjad Zamel, tropas israel¨ªes dispersaron a balas una furiosa manifestaci¨®n de protesta.
Informaciones de la franja de Gaza, que sigue bajo toque de queda, afirman que un palestino de 10 a?os llamado Aiman Abu Amer muri¨® de un disparo en el tercer d¨ªa de violentos disturbios en el campo de Khan Yunis. El ni?o se hab¨ªa sumado a una manifestaci¨®n contra la ocupaci¨®n israel¨ª y las deportaciones. Era sobrino de Mamun Abu Amer, uno de los 415 palestinos expulsados a tierra de nadie.
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