El mayor esc¨¢ndalo de la historia de Brasil
Collor de Melo pierde la presidencia por su implicaci¨®n en una red de corrupci¨®n y chantaje
Corr¨ªa pl¨¢cidamente el mes de mayo de 1992. El Gobierno brasile?o ultimaba los preparativos para cumplir su papel de anfitri¨®n en la Cumbre de la Tierra, mientras miles de visitantes de todo el mundo aguardaban la conferencia ecol¨®gica. Nadie esperaba por entonces que Brasil fuera a verse sacudido por el mayor esc¨¢ndalo de su historia, cuando el hermano menor del presidente Fernando Collor de Mellor, Pedro, declar¨® p¨²blicamente que el jefe de Estado utilizaba el cargo para amasar una fortuna fabulosa en una red de extorsi¨®n, corrupci¨®n y chantaje. El pasado 30 de diciembre el Senado brasile?o condenaba a Collor por corrupci¨®n, a pesar de que el presidente hab¨ªa renunciado a su cargo un d¨ªa antes.
La acusaci¨®n cay¨® como una bomba en la opini¨®n p¨²blica, salt¨® a las primeras p¨¢ginas de los peri¨®dicos y rebot¨® en los teletipos de todo el mundo.Sin embargo, nadie crey¨® por entonces que las, ondas de choque del esc¨¢ndalo se propagar¨ªan como un se¨ªsmo de intensidad creciente hasta los ¨²ltimos d¨ªas del a?o, para que todos vieran el s¨®rdido tr¨¢fico de influencias que se escond¨ªa tras las bambalinas del poder, un tr¨¢fico que oblig¨® al jefe de Estado a una dimisi¨®n humillante.
A poco m¨¢s de dos a?os de haber asumido el cargo, el mandatario brasile?o hab¨ªa fracasado en el combate contra la inflaci¨®n mientras los graves problemas sociales de Brasil se hab¨ªan agudizado. Sin embargo, Collor mostraba algunos triunfos a la comunidad financiera internacional. Oscuro pol¨ªtico de provincias, aupado al poder gracias a su notable carisma personal, el mandatario era elogiado en el exterior por haber abierto el mercado brasile?o a la inversi¨®n extranjera, inaugurado un osado plan privatizaciones, iniciado la liberalizaci¨®n de la econom¨ªa brasile?a y acumulado el mayor volumen de reservas ¨¢ureas de la historia.
Pedro Collor de Mellor revel¨® que el multimillonario empresario Paulo C¨¦sar Far¨ªas, amigo ¨ªntimo del presidente y tesorero de la campa?a electoral de 1989, bland¨ªa como un arma su amistad de Collor para extorsionar a poderosos empresarios con la amenaza de arruinarles. En declaraciones publicadas por la revista Veja, que cuenta con una tirada de 800.000 ejemplares, Pedro Collor precis¨® que Far¨ªas entregaba al presidente el 70% de los "beneficios" de este programa y se quedaba con el 30% restante. La polic¨ªa federal estima ahora que durante los 30 meses del Gobierno de Collor, la red de corrupci¨®n rindi¨® al presidente y a Far¨ªas unos 1.000 millones de d¨®lares (del orden de 110.000 millones de pesetas).
Pleitos de familia
Seg¨²n las declaraciones del hermano menor del presidente, Far¨ªas se jactaba en fiestas y reuniones de pagar las tarjetas de cr¨¦dito de la primera dama, Rosane Collor. "Lo hac¨ªa para mostrar su intimidad con el poder y tener as¨ª m¨¢s facilidad para extorsionar, corromper y chantajear", explic¨®.Pedro Collor record¨® tambi¨¦n que PC, como es conocido Far¨ªas, cubr¨ªa de regalos a la ex ministra de Econom¨ªa de Brasil, Zelia Cardoso: "Le dec¨ªa a todo el mundo que le regalaba a Zelia vestidos, collares y cosas de ese tipo". El hermano menor de Collor acus¨® tambi¨¦n al presidente de haber sido en la juventud "un consumidor contumaz de drogas" y de haberle iniciado en el uso de la coca¨ªna y LSD cuando era adolescente.
Bajo la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica indignada por el esc¨¢ndalo, el Congreso form¨® r¨¢pidamente una comisi¨®n investigadora para estudiar las denuncias. Sin embargo, Pedro Collor de Mellor admiti¨® que no ten¨ªa ninguna prueba para respaldar sus afirmaciones.
El mandatario habl¨® entonces por una cadena nacional de radio y televisi¨®n para pedir disculpas a la naci¨®n "por las declaraciones falsas y mentirosas de mi hermano". Al mismo tiempo, la madre de ambos, Leda Collor, destituy¨® a Pedro de la direcci¨®n de las empresas de la familia, alegando que su hijo menor estaba mentalmente turbado. Parec¨ªa que las investigaciones hab¨ªan llegado a un callej¨®n sin salida. "Esta comisi¨®n parlamentaria no va a llegar a ninguna parte", vaticinaba por entonces el ministro jefe del gabinete, Jorge Bornhausen, acostumbrado a la tradici¨®n de impunidad que corroe la pol¨ªtica brasile?a y a la proverbial inoperancia de las comisiones investigadoras que se multiplican en los salones del Congreso.
Testigo sorpresa
A fines de junio, cuando ya parec¨ªa que las denuncias de Pedro Collor quedar¨ªan olvidadas y la acci¨®n de la comisi¨®n se desvanecer¨ªa en el tiempo como tantas otras, un testigo clave provoc¨® un vuelco espectacular en las investigaciones.Eriberto Fran?a, el ch¨®fer de la secretaria particular de Collor, Ana Acioly, revel¨® que ¨¦sta lo mandaba peri¨®dicamente a buscar gruesos fajos de dinero, en moneda nacional y en d¨®lares, a las empresas de Far¨ªas. Franca afirm¨® tambi¨¦n que son ese dinero la se?ora Acioly pagaba despu¨¦s los gastos y abastec¨ªa las cuentas bancarias del presidente y de su esposa. Las declaraciones del ch¨®fer, hoy convertido en celebridad nacional, estimularon a la comisi¨®n y por primera vez el juicio pol¨ªtico se torn¨® una alternativa viable.
Apoyada en sus potestades legales, la comisi¨®n parlamentaria orden¨® la suspensi¨®n del secreto bancario de numerosas cuentas corrientes, hasta descubrir la existencia de clientes ficticios en varios bancos. Luego se supo que todos ellos eran funcionarios o amigos de Far¨ªas, que abr¨ªan cuentas corrientes fantasmas para eludir a la polic¨ªa y a la oficina de rentas. Muchos de estos fantasmas enviaban ilegalmente dinero hacia el exterior y uno de ellos le compr¨® un autom¨®vil Fiat al jefe del Estado.
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