Desequilibrio territorial y fragilidad del recurso agua
El objetivo principal del Plan Hidrol¨®gico Nacional, el reequilibrio hidr¨¢ulico, es seg¨²n el autor un intento de justificar la necesidad de un nuevo reparto de los recursos h¨ªdricos entre aquella parte de la pen¨ªnsula excedentaria en agua, que coincide b¨¢sicamente con el territorio de producci¨®n agr¨ªcola que compite con los de la CE. Pero, agrega, incentivar¨¢ un desequilibrio territorial todav¨ªa m¨¢s intenso.
La desigual climatolog¨ªa existente en el Estado espa?ol condiciona el dispar reparto de la fuente de la vida: el agua. Las ¨¢reas de clima m¨¦diterr¨¢neo: Catalu?a, Comunidad Valenciana, Murcia, Andaluc¨ªa, Baleares y las islas Canarias son donde, como consecuencia de las precipitaciones escasas, existe un mayor d¨¦ficit del l¨ªquido elemento. Pero es precisamente en esas zonas donde se da una mayor presi¨®n de la demanda, pues los principales procesos urbanizadores se orientan hacia esos territorios, desarrollando usos enormemente consumidores de agua. No s¨®lo se concentra en estos espacios, en general, la poblaci¨®n y la actividad, econ¨®mica, sino que el turismo y la agricultura intensiva pugnan, asimismo, por apropiarse de este recurso escaso.La sobreexplotaci¨®n de acu¨ªferos en estas ¨¢reas es ya un hecho real, que est¨¢ suponiendo la disminuci¨®n de los niveles fre¨¢ticos y la intrusi¨®n marina, lo que provoca la salinizaci¨®n de las menguadas reservas de agua dulce. El Libro blanco de aguas subterr¨¢neas, elaborado por el AGME, se?ala que en grandes zonas del litoral mediterr¨¢neo, Canarias, Castilla-La Mancha y el Sur se ha llegado a esquilmar y contaminar sus acu¨ªferos. Los desarrollos tur¨ªsticos incontrolados son una de las principales razones de este hecho, a los que acompa?a la proliferaci¨®n de campos de golf, una actividad depredadora del recurso agua. Llama la atenci¨®n la aprobaci¨®n a primeros de 1991 de subvenciones por valor de 20.000 millones de pesetas para la construcci¨®n de casi 30 campos de golf -la mayor¨ªa en la Costa del Sol-, como forma de promocionar el turismo de calidad en el litoral.
La agricultura intensiva bajo pl¨¢stico en Almer¨ªa con 20.000 hect¨¢reas en Dal¨ªas- o Huelva, principalmente, contribuye, tambi¨¦n a esta sobreexplotaci¨®n de acu¨ªferos, y tras su fulgor, asentado en gran medida en la sobreexplotaci¨®n de mano de obra inmigrante barata, se adivina un gigante con pies de barro, pues el agua subterr¨¢nea se agota y saliniza. Toda ¨¦sta locura ¨²nicamente cabe explicarla por la l¨®gica de un modelo econ¨®mico que prioriza el m¨¢ximo beneficio a corto plazo. Pero los acu¨ªferos no s¨®lo est¨¢n en peligro en las zonas costeras. La aplicaci¨®n de t¨¦cnicas de agricultura intensiva, con el uso indiscriminado de fertilizantes sint¨¦ticos, est¨¢ suponiendo la contaminaci¨®n de las aguas subterr¨¢neas por nitratos, si bien este fen¨®meno parece aun menos grave que en otras ¨¢reas de la Europa comunitaria, no se sabe si por falta de informaci¨®n acerca de los niveles reales de presencia de estos compuestos, o porque estas t¨¦cnicas agr¨ªcolas llevan menos a?os de desarrollo en nuestro territorio, y existen zonas donde todav¨ªa. se ejerce una actividad agr¨ªcola m¨¢s o menos tradicional.Situaci¨®n cr¨ªticaAnte esta situaci¨®n cr¨ªtica, y el hecho de que el 40% de la poblaci¨®n se abastece de acu¨ªferos, se aprueba la Ley de Aguas en 1985, cuyo principal objetivo es que las aguas subterr¨¢neas pasen a integrarse en el llamado dominio p¨²blico hidr¨¢ulico, asign¨¢ndose al Estado la responsabilidad de la planificaci¨®n hidrol¨®gica, tanto superficial como subterr¨¢nea; pudiendo ¨¦ste declarar la limitaci¨®n de explotaci¨®n de acu¨ªferos en aquellas zonas donde existan temores de sobreexplotaci¨®n. Sin embargo, los intereses econ¨®micos que se mueven en las zonas de riesgo tienen un poder tal que hasta ahora pr¨¢cticamente no se ha hecho uso de esa prerrogativa.
Por otra parte, la utilizaci¨®n masiva de recursos h¨ªdricos en ciertas zonas de gran valor natural, como los humedales de las Tablas de Daimiel o las lagunas de Ruidera, ha supuesto la desecaci¨®n de gran parte de su extensi¨®n, con las repercusiones medioambientales -p¨¦rdida de diversidad biol¨®gica, quiebra en los pasillos migratorios de las aves, etc¨¦tera- que ello implica. Una amenaza de esta naturaleza se cierne sobre el ¨¢rea de mayor valor ambiental de la Pen¨ªnsula: el parque de Do?ana, que es de esperar que las acciones de protesta ecologistas logren frenar.
La calidad de las aguas superficiales se ve condicionada por el d¨¦bil grado de depuraci¨®n de las aguas residuales en el territorio estatal" pues s¨®lo se trata, aproximadamente, la mitad de su volumen, y m¨¢s. de las tres cuartas partes de los municipios espa?oles carece de sistema de depuraci¨®n. ?sta es la causa de los elevados niveles de contaminaci¨®n de r¨ªos, lagos y embalses. Desde la presencia -entre otros compuestos- de metales pesados, nitratos y materia org¨¢nica en los r¨ªos, que impiden la vida pisc¨ªcola en muchos de sus tramos, hasta la eutrofizaci¨®n de embalses, en gran medida consecuencia de su alto contenido en fosfatos. Lo que provoca que m¨¢s de las tres cuartas partes de los pantanos se encuentren en malas o muy malas condiciones.
La principal responsabilidad de esta situaci¨®n recae en los vertidos industriales, que se efect¨²an en su inmensa mayor¨ªa directamente a los cauces sin tratar, cuando adem¨¢s son los que poseen un car¨¢cter m¨¢s t¨®xico -en concreto por su contenido en metales pesados-, obviando la te¨®rica m¨¢xima liberal de "el que contamina paga". Los vertidos residenciales tienen una naturaleza menos contaminante, pues en gran medida se componen de materia org¨¢nica, si bien su concentraci¨®n y volumen, en particular en los grandes n¨²cleos urbanos, incrementa su impacto. Por ¨²ltimo, la ganader¨ªa estabulada, que se ha incrementado espectacularmente en los ¨²ltimos 25 a?os, representa tambi¨¦n importantes focos de contaminaci¨®n puntual de agua, as¨ª como los fertilizantes qu¨ªmicos y pesticidas que se utilizan en la agricultura intensiva.
Los sistemas de saneamiento que se han potenciado propician tratamientos duros (gigantismo de dise?o, concentraci¨®n de vertidos, grandes depuradoras, grandes conducciones ... ) del conjunto de las aguas residuales, que son de elevado coste -tanto de inversi¨®n como de mantenimiento- y cuya financiaci¨®n repercute sobre el conjunto de la poblaci¨®n; en lugar de fomentar la reducci¨®n de la contaminaci¨®n en origen, obligando a las empresas altamente contaminantes a tratar sus propios afluentes, pues esto va contra la l¨®gica del mercado, al incrementar los costes de producci¨®n. Una alternativa de esta naturaleza reducir¨ªa los procesos productivos peligrosamente contaminantes, y permitir¨ªa optar por procedimientos m¨¢s blandos (peque?as depuradoras, filtros verdes ... ) de menor coste de realizaci¨®n y gesti¨®n, posibilitando, adicionalmente, una mejor reutilizaci¨®n de las aguas con fines agr¨ªcolas; pues las grandes depuradoras al tener que situarse en las tierras m¨¢s hondas, para captar el m¨¢ximo de vertidos con el fin de hacer¨ªas rentables, dificultan el reaprovechamiento de las aguas depuradas aguas arriba, y privan a los cauces naturales de los caudales m¨ªnimos necesarios. En los sistemas de saneamiento utilizados se han primado claramente los intereses de la industria contaminante y las grandes constructoras.
Recientemente ha saltado a los medios de comunicaci¨®n las grandes propuestas de un llamado Plan Hidrol¨®gico Nacional, que ya se apunta que ser¨¢ uno de los temas m¨¢s pol¨¦micos de los pr¨®ximos a?os, habl¨¢ndose de la necesidad de un pacto, de Estado para llevarlo a cabo. El mencionado plan supone una inversi¨®n de casi tres billones de pesetas en nuevas infraestructuras, entre las que destacan la creaci¨®n de m¨¢s de 200 nuevos embalses, algunos de ellos de gran capacidad. El objetivo principal del plan en cuesti¨®n es el reequilibrio hidr¨¢ulico, eufemismo que intenta justificar la necesidad de lograr un nuevo reparto de los recursos h¨ªdricos entre aquella parte de la pen¨ªnsula excedentaria en agua, que coincide b¨¢sicamente con el territorio cuya producci¨®n agr¨ªcola entra en competencia con la del grueso de la CE, y aquella parte del ¨¢mbito estatal: el arco mediterr¨¢neo, Extremadura y Andaluc¨ªa occidental, donde se desarrollan, o se pueden desarrollar a¨²n m¨¢s, cultivos de agricultura intensiva en regad¨ªo que por las caracter¨ªsticas clim¨¢ticas no entran en conflicto con los excedentes de la producci¨®n continental europea; o donde se localizan las principales ¨¢reas tur¨ªsticas, as¨ª como hacia d¨®nde se dirige la actividad econ¨®mica, que se sedimenta prioritariamente en sus regiones metropolitanas. Con lo cual el pretendido reequilibrio hidr¨¢ulico incentivar¨¢ un desequilibrio territorial todav¨ªa m¨¢s intenso y supondr¨¢ una a¨²n mayor marginaci¨®n de la cornisa cant¨¢brica y de la llamada Espa?a interior.Obras mastod¨®nticasEl trasvase de m¨¢s de 4.000 hect¨®metros c¨²bicos pretende paliar el agotamiento, salinizaci¨®n y contaminaci¨®n de acu¨ªferos en las zonas de recepci¨®n, e impulsar nuevos desarrollos urbanos, tur¨ªsticos y de regad¨ªos; aunque oculta las enormes p¨¦rdidas de recursos h¨ªdricos que normalmente se dan en estas obras mastod¨®nticas de ingenier¨ªa. El plan en su conjunto prev¨¦ crear m¨¢s de medio mill¨®n de hect¨¢reas de regad¨ªo, localiz¨¢ndose gran parte de ¨¦stas en las ¨¢reas de destino de los travases. Todo ello provocar¨¢ un importante impacto ambi¨¦ntal, en origen -embalses-, en trayeto -grandes conducciones- y en destino -impactos sobre el territorio y el suelo a causa de los planes de regad¨ªo y t¨¦cnicas agr¨ªcolas-. En Andaluc¨ªa, concretamente, se asiste ya a una reducci¨®n de las ¨¢reas de bosque para dar respuesta a las presiones de incremento de tierras cultivables. El plan tambi¨¦n, y quiz¨¢ principalmente, dar¨¢ respuesta al d¨¦ficit h¨ªdrico que presentan ya las principales concentraciones tur¨ªsticas y urbanas de estos territorios, en donde se ha disparado el consumo suntuario de agua como resultado de las nuevas tipolog¨ªas de desarrollo residencial -viviendas unifamiliares, chalets adosados...-, robando este recurso escaso a las cuencas excedentarias,, lo que mermar¨¢ su diversidad biol¨®gica. En la actualidad, por ejemplo, el ¨¢rea metropolitana de Barcelona presenta serios pro blemas de abastecimiento y calidad del agua, pens¨¢ndose en el trasvase de la cuenca del Ebro para eliminar este techo al desarrollo de la conurbaci¨®n.
La v¨ªa para acometer este ambicioso y costoso plan ser¨¢, en gran medida, a trav¨¦s del incremento del precio del agua, que, bajo la coartada de propiciar un uso m¨¢s racional del agua, gravar¨¢ proporcionalmente m¨¢s al peque?o usuario residencial, vi¨¦ndose libradas en buena parte de tan molesta labor los verdaderos beneficiarios: Tour Operadores, empresas del agrobusiness, grandes industrias y la gran actividad econ¨®mica, en general, con el benepl¨¢cito del sector de la construcci¨®n, al que se le ofrece una ocasi¨®n m¨¢s de inundar de cemento el territorio.
es ingeniero de caminos y miembro de Aedenat.
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