El equipo del Rey
SEG?N ESTABLECE la Constituci¨®n, el Rey "nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa". Es lo que acaba de decidir don Juan Carlos al designar a dos diplom¨¢ticos, Fernando Almansa y Rafael Spottorno, jefe y secretario general de la Casa del Rey, en sustituci¨®n de los generales Sabino Fern¨¢ndez Campo y Joel Casino, respectivamente.La Casa de su majestad el Rey es el organismo encargado de "servirle de apoyo administrativo en las actividades derivadas del desempe?o de sus funciones". El nombramiento de sus componentes corresponde directamente al monarca, siendo esa competencia suya la ¨²nica que no requiere del refrendo del Ejecutivo o las Cortes. La decisi¨®n ser¨¢ oficialmente conocida. hoy por el Consejo de Ministros, pero ¨¦ste no podr¨¢ interferir en el nombramiento. La circunstancia de que el nuevo secretario general, Rafael Spottorno, fuera jefe de gabinete -cargo de confianza por excelencia- del fallecido ministro de Asuntos Exteriores Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, as¨ª como de su sucesor, Javier Solana, parece indicar determinada coincidencia de criterios entre el Rey y el Ejecutivo sobre el sentido del relevo. El nuevo jefe de la Casa Real, Fernando Almansa, vizconde del Castillo de Almansa, fue consejero en la representaci¨®n permanente de Espa?a ante la OTAN y, desde 1991, por nombramiento, tambi¨¦n de Fern¨¢ndez Ordo?ez era subdirector del Departamento de Europa Oriental del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Que sendos generales ocupasen hasta ahora los dos puestos de m¨¢s relieve del entorno del Rey era un injustificado anacronismo. Tal juicio es independiente de la personalidad de quienes encarnaban esos puestos. El general Fern¨¢ndez Campo, en particular, desempe?¨® un importante papel en la asistencia y asesoramiento de don Juan Carlos en los primeros a?os de la transici¨®n. Su prudencia se puso a prueba sobre todo en las decisivas horas de febrero de 1981, en que algunos de los conjurados pretendieron utilizar el nombre del Rey para justificar su intentona golpista. Y, en cualquier caso, el general Fern¨¢ndez Campo tiene reservado un puesto de honor en la historia de Espa?a por los servicios important¨ªsimos que ha rendido al pa¨ªs. Esto dicho, es ingenuo colegir que son discrepancias puntuales con el Rey las que han llevado a ¨¦ste. a tomar la decisi¨®n del relevo, probablemente decidido desde hace tiempo por el simple hecho de que se hab¨ªa cumplido una etapa.
Cabr¨ªa interpretar que el protagonismo desempe?ado durante, estos a?os por los uniformados en la Casa del Rey fue debido en buena parte, al deseo del Monarca de subrayar una de sus funciones constitucionales: el, desempe?o del "mando supremo de las Fuerzas Armadas". Es altamente probable que la primera fase de la transici¨®n a la democracia habr¨ªa tenido que soportar pruebas todav¨ªa m¨¢s duras si don Juan Carlos no hubiese sido visto por los ej¨¦rcitos como su jefe supremo. Las vinculaciones del Rey con la familia militar han sido una garant¨ªa de estabilidad. Alejados aquellos peligros, la funci¨®n representativa es actualmente la de m¨¢s relieve de las asignadas a la Corona. Y es no s¨®lo l¨®gico, sino tambi¨¦n saludable que funcionarios civiles ocupen puestos de responsabilidad encomendados hasta ahora a mandos militares. Al elegir a diplom¨¢ticos de carrera para esos dos puestos clave de su equipo, el Rey parece asumir esos criterios.
El hecho de que se trate de dos personas m¨¢s joven es que el propio Rey subraya, adem¨¢s, la voluntad de modernizaci¨®n del aparato que le presta su apoyo, ya intentada pero frustrada -por razones que no se explicaron- con el nombramiento, hace dos a?os, del diplom¨¢tico Jos¨¦ Joaqu¨ªn Puig de la Bellacasa, que dimiti¨® tras permanecer unos meses corno secretario general de la Casa Real, y que ahora desempe?a el puesto de embajador en Lisboa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.