La extinci¨®n del monopolio de Campsa no abaratar¨¢ la gasolina, seg¨²n su presidente
Ayer finalizaron 65 a?os de monopolio de petr¨®leos en Espa?a. 65 a?os para la "nostalgia", seg¨²n Jos¨¦ Luis D¨ªaz Fern¨¢ndez, presidente de la flamante Compa?¨ªa Log¨ªstica de Hidrocarburos (CLH), heredera de la antigua Campsa, que ayer dej¨® de existir junto con el monopolio. Este hecho, sin embargo, no provocar¨¢ un descenso de los precios de los combustibles para el consumidor, seg¨²n D¨ªaz.El ajustado margen con el que trabajan las empresas del sector impide que se d¨¦ una carrera a la baja en los precios de los carburantes, seg¨²n el presidente de CLH, a pesar de que a partir de ayer las distintas compa?¨ªas del sector pueden competir con precios m¨¢s bajos.
De las 98,7 pesetas que cuesta un litro de s¨²per, 68,13 pesetas, es decir el 69,2% del precio final, son impuestos. Si a esto se a?ade el coste del crudo, en principio igual para todos, la posibilidad de variaciones en el precio final es m¨ªnima, dijo D¨ªaz.
El presidente de CLH asegur¨® que Campsa ha obtenido unos resultados aproximados de 50.000 millones de pesetas en 1992. Para 1993, no obstante,
D¨ªaz Fern¨¢ndez prev¨¦ una reducci¨®n a la mitad de los benefic¨ªos. Este importante descenso se debe a dos factores, seg¨²n D¨ªaz. El primero es que CLH hereda tan s¨®lo la parte log¨ªstica de su antecesora Campsa -es decir transporte, operaci¨®n y distribuci¨®n final de productos petrol¨ªferos- La parte comercial ya ha sido transferida a sus accionistas Repsol, Cepsa, y BP Oil Espa?a.
Por otra parte, y como resultado del nuevo ordenamiento del sector, CHL reducir¨¢ en un 33% la tarifa media que aplica a sus clientes, lo que tambi¨¦n contribuir¨¢ a reducir sus beneficios hasta los 25.000 millones previstos para 1993.
La crisis econ¨®mica por la que atraviesa Espa?a tiene un reflejo inmediato en el consumo de carburantes. Frente a crecimientos en la demanda por encima del 5% hasta 199 1, el a?o pasado el consumo de gasolina s¨®lo creci¨®, de media, un 3,5%, y el de gas¨®leo cay¨® un 2,5%, seg¨²n datos de CLIH.
El crecimiento de la demanda fue normal a principios de 1992; pero a finales de a?o el crecimiento lleg¨® a ser cero para la gasolina y negativo -casi un 4%- para los gas¨®leos.
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