El nacionalismo croata caza brujas
Campa?a de desprestigio contra varias intelectuales desafectas al r¨¦gimen de Tudjman
Pensar no est¨¢ prohibido en Croacia. Escribir, tampoco. Pero m¨¢s vale que lo que se piense y lo que se escriba se ci?a al nuevo catecismo nacionalista del presidente Franjo Tudjman. Y si no que se lo pregunten a las cinco prestigiosas intelectuales para las que el semanario Globus ha acu?ado el nada cari?oso t¨¦rmino de "brujas". En cambio, si una se llama Tanja Torbarina, todo le est¨¢ permitido. Su envenenada pluma teje semanalmente, desde la ¨²ltima p¨¢gina de Globus, arteras redes para atrapar a todo aquel que ose alzarse en armas intelectuales contra las pr¨¢cticas fascistas. Esta periodista y sus an¨®nimos compinches disfrazados de equipo de investigaci¨®n enarbolan el despectivo t¨¦rmino de yugonost¨¢lgicos (el mayor de los insultos) para arrojar al cubo de la "basura no reciclable" (as¨ª las llaman) a las cinco conocidas escritoras y a todo aquel que ose no comulgar con el tudjmandismo.
Las cinco intelectuales vinieron al mundo reci¨¦n acabada la II Guerra Mundial (entre 1945 y 1949). En su partida de bautismo figuran como nacidas en Yugoslavia. Algunas de ellas siguen consider¨¢ndose yugoslavas, pero no de la actual Yugoslavia (Serbia y Montenegro), sino de la confederal fundada por Josip Broz Tito, aquella que ellas cre¨ªan un ¨²nico pa¨ªs hasta que las pasiones nacionalistas les convencieron de lo contrario.Con su pluma, intentaron calmar pasiones, esgrimir razones, contar verdades y enterrar odios. Desde el inicio de la guerra serbo-croata (mayo de 1991) alertaron contra el auge de los nacionalismos totalitarios, empezando por el croata. Algunas est¨¢n o estuvieron casadas con serbios. Sus hijos eran croatas y yugoslavos a la vez. Ahora, gracias a Globus, se las conoce como las brujas de R¨ªo".
Bajo este ep¨ªgrafe, de pestilente olor fascista, Globus public¨® en diciembre un demoledor informe de su equipo de investigaci¨®n cuya pieza principal era un cuadro en el que figuraban los siguientes datos (gran parte de ellos, falsos) sobre cada una de ellas: lugar de nacimiento, nacionalidad, estado civil, n¨²mero y nombre de hijos y esposos, estudios, curr¨ªculos, salidas al extranjero durante la guerra, publicaciones, caracter¨ªsticas de su vivienda, si fueron o no miembros del fenecido partido comunista y una recopilaci¨®n de frases supuestamente pronunciadas por ellas sobre el conflicto b¨¦lico.
"Odiar a los serbios"
En fin, una excelente gu¨ªa para los cazadores de brujas, una fauna humana que la independencia de Croacia (15 de enero de 1992) no ha hecho sino alimentar. Por si hubiera alguna duda, Bosiljko Misetic, el l¨ªder de la ¨²ltima de las creaciones partidistas croatas (el Nacional Dem¨®crata) se ha lanzado al ruedo bajo el lema "Hay que ense?ar a los ni?os croatas a odiar a los serbios".
Y la mayor de las iron¨ªas: el art¨ªculo, bajo el t¨ªtulo Femenistas croatas violan Croacia, en enormes caracteres, sali¨® publicado el D¨ªa Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1992).
Lo ocurrido en el 58? Congreso del Pen Club, celebrado en R¨ªo de Janeiro a finales del a?o pasado, fue la gota que colm¨® la marmita ultranacionalista. El escritor estadounidense Mike Kinsey pidi¨®, infructuosamente, a sus colegas que se abstuvieran de convocar la pr¨®xima reuni¨®n del Pen Club en Dubrovnik, ya que la libertad de expresi¨®n no es precisamente una de las querencias del r¨¦gimen croata. El equipo de investigaci¨®n de Globus, convertido en vengador del honor de los croatas, utiliz¨® lo ocurrido en R¨ªo para denunciar "el escandaloso compl¨® fomentado por las feministas croatas con el fin de te?ir la imagen de Croacia en el congreso del Pen Club". Ninguna de las emblem¨¢ticas f¨¦minas, no todas ellas feministas militantes, pero s¨ª, todas, militantes antifascistas, estuvo en R¨ªo. Es m¨¢s, ni siquiera se mencionaron sus nombres.
El texto del mal llamado reportaje, ya que de una sarta de imbecilidades se trata, acusa a las escritoras de haber actuado durante 20 a?os como una secta intelectual bien organizada", de "viajar frecuentemente, sobre todo, a trav¨¦s del eje Belgrado-Zagreb-Liubliana". Pero ah¨ª no acaban sus pecados: "Algunas lograron establecer relaciones internacionales" (de hecho, todas est¨¢n excelentemente consideradas en el extranjero).
"El rect¨¢ngulo feminismo -marxismo-comunismo-yugoslavismo funciona de maravilla", a?aden los aguerridos investigadores de Globus. En este saco caben todas sus presas, las cinco que nos ocupan y las futuras. Y el haberse casado con serbios, aquellas que lo hicieron, no fue, en opini¨®n de Globus, por amor, sino fruto de una "elecci¨®n pol¨ªtica deliberada".Hace ahora un a?o (9 de enero de 1992), una de las protagonistas de esta historia, Jelena Lovric, publicaba en EL PA?S un art¨ªculo en el que, bajo el t¨ªtulo La Taberna Balc¨¢nica, planteaba serias dudas sobre la viabilidad democr¨¢tica de una Croacia independiente. Y ped¨ªa a la comunidad internacional que no permitiera a los gobernantes croatas "la m¨¢s m¨ªnima desviaci¨®n", ya que "tienen una idea muy particular de ese logro de la civilizaci¨®n" que es la democracia. Por esas mismas fechas (20 de enero de 1992), Slavenka Drakulic se confesaba "superada por la nacionalidad" en un ensayo publicado en la revista Time.
"En el nuevo Estado de Croacia no se le permite a nadie no ser croata" Esta frase, junto a otras afirmaciones denunciadas como "antipatri¨®ticas", era utilizada por Globus para estigmatizarla. Lo ¨²nico que pide Drakulic, al igual que otros muchos escritores croatas, serbios, bosnios..., es su derecho a considerarse "personas y ciudadanos primero, y despu¨¦s croatas", serbios, bosnios...
Tanja Torbarina, hace a?os estrella de la s¨¢tira yugoslava en la antigua Danas, se pas¨® a Globus con un contrato millonario, convirti¨¦ndose en una de las m¨¢s corrosivas plumas nacionalistas. Punta de lanza de la caza de brujas, sus art¨ªculos en la ¨²ltima p¨¢gina del semanario son una permanente denuncia de todo aquel que ose violar las ense?anzas del tudjmandismo. Jelena Lovric, por ejemplo, lo sabe muy bien. Fue Torbarina quien la puso en la picota el pasado oto?o por atreverse (nunca mejor dicho) a publicar en Vreme. La respuesta del prestigioso semanario de Belgrado no se hizo esperar: "Agradecemos a Torbarina que, a pesar del embargo, compre nuestra revista". Vreme llega actualmente a Zagreb clandestinamente y se reparte por suscripci¨®n.
Destruir personas
El semanario Globus apareci¨® hace a?o y medio con f¨®rmato de tabloide y bajo la batuta editorial de Denis Kuljis. Especializado en escandalizar, es el m¨¢s vendido (150.000 ejemplares). Plagado de entrevistas, destaca por lanzar su an¨®nimo equipo de investigaci¨®n contra aquellas personas cuya dignidad las hace despreciar las vilezas nacionalistas. Su ¨²nica funci¨®n, seg¨²n periodistas de otros medios, es destruir a personas que no quieren plegarse a los turbios manejos de los ultranacionalistas.La actriz Mira Furlan era, hasta que estall¨® la guerra serbocroata, uno de los grandes orgullos tanto del p¨²blico de Belgrado como del de Zagreb. Globus la hundi¨® en la mayor de las miserias. Bast¨® que aceptara actuar en la capital yugoslava, a su vez capital de Serbia, para que las aguerridas plumas investigadoras hurgaran durante varias semanas, con la mayor de las tosquedades, en- lo m¨¢s ¨ªntimo de su vida privada. Obligada a abandonar escenarios y plat¨®s, Mira Furlan acab¨® abandonando, asimismo, su pa¨ªs y hoy reside, de mala manera, en EE UU.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.