Andr¨¦ Ricard crea el soporte para la llama ol¨ªmpica eterna del museo del COI en Lausana
El dise?ador de la antorcha ol¨ªmpica del 92 opta por una soluci¨®n "a escala humana"
El pr¨®ximo 22 de febrero, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) presentar¨¢ en Lausana el soporte creado por el dise?ador barcelon¨¦s Andr¨¦ Ricard para la llama ol¨ªmpica eterna que arder¨¢ a partir del mes de julio junto al nuevo Museo Ol¨ªmpico del COI en un parque de la localidad suiza de Ouchy. Ricard, que dise?¨® el contenedor de la documentaci¨®n de la candidatura ol¨ªmpica barcelonesa y la antorcha de los Juegos de 1992, reflexiona sobria la simbolog¨ªa y formas de un objeto para el que no hay referentes hist¨®ricos y se inclina por una llama eterna "a escala humana y separada del museo, que no sea como el agua bendita, sino como el baptisterio".
A¨²n recientes los ¨¦xitos de la antorcha y del contenedor para la documentaci¨®n de la candidatura ol¨ªmpica, el COI dio a Ricard una sorpresa que significa tambi¨¦n un desaf¨ªo: el encargo del soporte para una llama ol¨ªmpica eterna. "A partir de julio pr¨®ximo", explica el dise?ador, "el COI abrir¨¢ un nuevo museo ol¨ªmpico en Ouchy, cerca de Lausana; vinieron a verme, porque quer¨ªan una llama eterna semejante a la del Arco de Triunfo de Par¨ªs".A partir de ah¨ª, el dise?ador comenz¨® a meditar sobre las complejidades del encargo. "Se trata", dice, "de un problema muy distinto al de la antorcha, porque antorchas ol¨ªmpicas hay muchas, una por cada Olimpiada, pero esto es nuevo, no hay referentes hist¨®ricos; tampoco cabe buscar parangones con los pebeteros de los estadios ol¨ªmpicos: cuando se habla de un pebetero, se piensa en algo muy grande, que sea visible a gran distancia; una llama eterna como la que se plantea para el museo de Ouchy debe ser algo mucho m¨¢s recoleto, m¨¢s trascendente, no puede tener ni la misma dimensi¨®n ni la misma posici¨®n que en un estadio. Adem¨¢s, una de las primeras cosas que pens¨¦ fue que la llama ol¨ªmpica eterna no pod¨ªa ser parte del museo, deb¨ªa tener un recinto propio".
"El museo", prosigue, "recoge recuerdos, cosas que han ocurrido en el pasado; la llama eterna se proyecta hacia el futuro. Para seguir con las im¨¢genes lit¨²rgicas, no pod¨ªa ser como el agua bendita, sino m¨¢s bien como el baptisterio, aunque para los referentes simb¨®licos me inclino por aludir a la tradici¨®n griega sobre el modo en que la humanidad aprendi¨® a dominar el fuego, el mito de Prometeo".
"Pero no se trata", finaliza, "de dise?ar s¨®lo el objeto, sino tambi¨¦n un territorio en torno a ¨¦l, pues est¨¢ claro que alrededor de ese fuego habr¨¢ ceremonias. Por la misma raz¨®n, tiene que ser una llama televisable".
Variables de dise?o
La reflexi¨®n de Ricard acerca del encargo es ilustrativa de las variables que debe tener en cuenta el dise?ador. "Me preocupa crear un objeto que sea al tiempo cercano y distante, que propicie cierto entorno de veneraci¨®n y sostenga la unci¨®n de lo sacro sin llegar a ser una especie de divinidad pagana. Deseo llegar a una forma que sea testimonio de contemporaneidad, pero tambi¨¦n de clasicismo, pues lo rabiosamente contempor¨¢neo no atraviesa bien las barreras del tiempo".Los materiales del soporte de la llama ol¨ªmpica eterna son otra l¨ªnea de meditaci¨®n para el dise?ador: "Deben ser cl¨¢sicos y muy resistentes, pues es un objeto que debe durar decenios, incluso siglos. Tambi¨¦n es preciso que el fuego no se apague, por que toda la simbolog¨ªa depende de eso". Los materiales deber¨¢n tener tendencia a adquirir p¨¢tina antes que a deteriorarse. "Pienso", dice Ricard, "en la se?alizaci¨®n que dise?¨¦ para los edificios modernistas de Barcelona. Para la llama ol¨ªmpica, preveo materiales de durabilidad probada, como el granito o el bronce".
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