Seles logra su tercer t¨ªtulo consecutivo

La l¨®gica que presidi¨® el Open de Australia de tenis se mantuvo hasta el final. La n¨²mero uno, la serbia M¨®nica Seles, se impuso a la segunda en la clasificaci¨®n mundial, la alemana Steffi Graf. Seles, de 19 a?os, necesit¨® una hora y 50 minutos para vencer por 4-6, 6-3 y 6-2 y lograr su tercer t¨ªtulo consecutivo en el primer gran torneo de 1993.

Seles igual¨® as¨ª a su rival de la madrugada pasada, Graf, de 23, ganadora en Melbourne entre 1988 y 1990. Sin embargo, a¨²n le faltan tres t¨ªtulos del Grand Slam para alcanzar los 11 de la germana."?ste es el m¨¢s satisfactorio de mis tres triunfos", declar¨® Seles despu¨¦s de embolsarse un cheque de 280.000 d¨®lares (unos 33 millones de pesetas) por su victoria; "cuando la n¨²mero uno y la n¨²mero dos se encuentran en una final, es algo diferente".

Eso deb¨ªan de pensar tambi¨¦n los miles de espectadores que abarrotaron, pese al calor, la r¨¢pida pista central de Flinders Park. Fueron recompensados: asistieron al partido quiz¨¢ m¨¢s vibrante de la historia de la tenista serbia, pero residente en Florida (Estados Unidos).

La retah¨ªla de estad¨ªsticas impactantes -el de ayer es su octavo t¨ªtulo del Grand Slam en menos de tres temporadas y el 31? de su carrera- oscurece, en relaci¨®n con el p¨²blico, el rasgo m¨¢s sobresaliente de su personalidad: Seles es una m¨¢quina que funciona a pleno pist¨®n cuando m¨¢s desesperada parece la situaci¨®n. Graf, derrotada en la ¨²ltima final de Roland Garros tras un ag¨®nico 10-8 en el ¨²ltimo set, lo sabe demasiado bien.

Por eso la alemana se prepar¨® para lo peor tras imponerse en la primera manga de la final de ayer. Seles jug¨® tensa y, sin darse cuenta siquiera, se encontr¨® con un 3-1 en contra. Cuando empez¨® a reaccionar, ya era tarde. Se hab¨ªan esfumado 39 minutos y un set.- 6-4. Pero ah¨ª acab¨® todo. Graf se qued¨® en la l¨ªnea de fondo, su territorio, y Seles empez¨® a acumular agresividad hasta imponerse claramente. Su fuerza es implacable.

Hoy se espera que suceda algo parecido en la final masculina entre la m¨¢quina del norteamericano Jim Courier y la mayor elegancia del sueco Stefan Edberg.