"Pepe, la tierra est¨¢ removida"
"Ch¨¦, Pepe, la tierra est¨¢ removida por aqu¨ª". Pepe, Jos¨¦ Sala, se hab¨ªa quedado unos metros m¨¢s abajo fumando un cigarro. Eran las 10.30 del pasado mi¨¦rcoles y Gabriel Aquino, su consuegro, daba una vuelta por la partida de La Romana, donde explota unas 150 colmenas "por afici¨®n", cuando sospech¨® que ocurr¨ªa algo extra?o. Debajo de esa tierra removida se hallaban los cad¨¢veres de las tres ni?as de Alc¨¤sser. Tambi¨¦n se encontraban las pistas que llevar¨ªan al total esclarecimiento del delito. De no haber mediado la "casualidad", recuerda Aquino, podr¨ªan haber transcurrido muchos meses hasta el desenlace del caso.Pepe, de 59 a?os, antiguo trabajador de una empresa ap¨ªcola de la comarca, se acerc¨® al lugar y removi¨® la maleza. Ambos observaron aterrados c¨®mo la mano de un ser humano, con un reloj en la mu?eca, sal¨ªa de la tierra como pidiendo auxilio. , V¨¢monos para abajo a hablar con la Guardia Civil". Por ofrecer esta, pista, Ruiz Mateos prometi¨® 10 millones de pesetas.
En las primeras horas de la tarde, Aquino y Sala colaboraron con los guardias y el juez para desenterrar los cad¨¢veres, hasta que el "fuerte olor" y la terrible imagen les impidi¨® continuar apartando la tierra.
Aquino, de 69 a?os, es un agricultor jubilado, propietario de las tierras donde se hallaron los cad¨¢veres, que recorre muy de tarde en tarde los m¨¢s de 20 kil¨®metros que separan su casa de Montroi del terreno donde posee las colmenas. "Har¨¢ un mes y medio que sub¨ª, pero no pase por ese sitio y no Vi nada".
Ahora, recuerda horrorizado la visi¨®n de los tres cad¨¢veres, completamente vestidos "y con los zapatos puestos y anudados". Los apicultores no observaron si los cuerpos de las ni?as presentaban fracturas y heridas por armas de fuego, algo que confirmaron despu¨¦s las autopsias.
Despu¨¦s de aquel lo, decidi¨® desaparecer de su domicilio durante dos d¨ªas para evitar la continua presencia de periodistas a la puerta de su casa. Regresaron el viernes.
Aquino, un hombre de talante abierto y militante de la Uni¨® de Llauradors, el sindicato mayoritario del campo valenciano, no puede explicarse c¨®mo "alguien comete un hecho as¨ª". Sus tierras de La Romana, una zona pedregosa inapta para el cultivo, fue el lugar donde enterraron los cad¨¢veres. Y probablemente una de las casas abandonadas dentro de su propiedad fue el escenario de una sangrienta tortura. Las abejas de Aquino fueron testigos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.